La OMS sitúa la tasa de adherencia en tratamientos crónicos en torno al 50%, y un estudio europeo calcula que en España este problema supone un coste en torno a los 10.500 millones de euros
7 de noviembre 2019. 2:00 pm
La falta de adherencia tiene consecuencias clínicas, económicas y sociales importantes,siendo uno de los retos sanitarios más globales y transversales. Por ello, el grupo de Adherencia de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (ADHEFAR) ha celebrado una Jornada sobre Adherencia, contando con los grupos de…
La falta de adherencia tiene consecuencias clínicas, económicas y sociales importantes,siendo uno de los retos sanitarios más globales y transversales. Por ello, el grupo de Adherencia de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (ADHEFAR) ha celebrado una Jornada sobre Adherencia, contando con los grupos de trabajo de crónicos, oncología, psiquiatría, inmunomediadas y VIH.
Gracias a un formato innovador, los asistentes han podido discutir sobre casos clínicos de patologías para las que el enfoque de la adherencia tiene características singulares: paciente crónico con multimorbilidad, paciente oncohematológico, paciente con problemas de salud mental, paciente con enfermedad inmunomediada y paciente con infección por VIH. Cada mesa ha contado con un moderador ‘experto’ en el abordaje de la adherencia en ese tipo de pacientes.
Como exponía Maite Martín, coordinadora del Grupo ADHEFAR, “la misión del farmacéutico de hospital es conseguir los mejores resultados en salud para nuestros pacientes mediante el uso adecuado del medicamento, es decir, que sea efectivo, seguro y eficiente. En este sentido la falta de la adherencia en los tratamientos crónicos es un problema universal y real que afecta a la efectividad de estos y se traduce en unos resultados peores en salud con un impacto negativo.”
Diversas consecuencias
Para poder entender el impacto de este problema, los expertos analizaban su influencia en todos los ámbitos. Así, a nivel clínico afecta a la efectividad de los tratamientos, disminuyendo la probabilidad de éxito terapéutico, lo que puede propiciar un aumento de dosis o cambios a tratamientos más agresivos, de forma que se incrementan los riesgos y los costes.
De esta forma, la falta de adherencia supone un incremento de hospitalizaciones, visitas a urgencias, pruebas complementarias y utilización de otros medicamentos, con el consiguiente aumento en los costes además de la financiación de fármacos que no se llegan a tomar. En concreto, un reciente estudio efectuado en la Unión Europea sitúa el coste de la no adherencia en España en torno a los 10.500 millones de euros, y en 10.000 las muertes que podrían evitarse si la adherencia fuera la adecuada.