El linfoma, cuyo Día Mundial se conmemora el próximo 15 de septiembre, se trata de una enfermedad que “representa el 4 por ciento de todos los nuevos diagnósticos de cáncer que se dan en España cada año, lo que supone más de 6.100 pacientes. Hoy en día, el linfoma se cura en el 60% de los casos”, señala Ramón García Sanz, hematólogo del Hospital Universitario de Salamanca y vicepresidente 2º de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH).
Por otra parte, “los linfomas agresivos se engloban dentro de la categoría de linfomas no Hodgkin y presentan, como su propio nombre indica, un curso clínico agresivo que hace necesario iniciar el tratamiento de forma inmediata tras el diagnóstico. El subtipo de linfoma no Hodgkin más frecuente (30%-40% de los casos) es el linfoma B difuso de células grandes (LBDCG), que suele afectar a pacientes en torno a los 60 años, en un estadio localizado (generalmente, en estadio II) y que puede presentar afectación extraganglionar. Asimismo, podemos incluir en este grupo a los linfomas de células T periféricas, mucho menos frecuentes (menos del 15% de todos los linfomas no Hodgkin), pero tratados con la misma estrategia que los LBDCG”, explica Miguel Ángel Canales, jefe de Sección de Hematología del Hospital Universitario La Paz (Madrid) y miembro del Grupo Español de Linfomas y Trasplante Autólogo de Médula Ósea (GELTAMO).
La introducción de la inmunoterapia
“Actualmente, el tratamiento de primera línea del LBDCG pasa por la combinación de rituximab con quimioterapia. Este régimen de tratamiento no ha sido superado por ningún otro hasta el momento, por lo que continúa siendo el estándar para la mayoría de los pacientes. Sin embargo, el abanico terapéutico que se ha abierto para este tipo de linfomas es extraordinariamente amplio, e incluye, tanto a nuevos citostáticos, como anticuerpos y terapias dirigidas”, explica este experto.
A todo ello debemos añadir la introducción de la inmunoterapia, con el desarrollo creciente de la terapia CAR-T. “Esta técnica supone una aproximación diferente al tratamiento de este tipo de procesos cancerígenos, ya que se trata de modificar nuestro sistema inmune para dirigirlo más específicamente contra la enfermedad, suponiendo un cambio radical respecto al tratamiento convencional con quimioterapia o radioterapia”, añade Canales.
Desde la SEHH, transmiten un mensaje de esperanza a los pacientes con linfomas agresivos, no sólo porque una proporción significativa de pacientes se cura gracias al tratamiento de primera línea disponible, sino porque las nuevas opciones terapéuticas, como la terapia CAR-T, están demostrando buenos resultados.
La SEHH muestra esperanzas en los nuevos tratamientos frente a los linfomas agresivos
Las nuevas opciones terapéuticas, como la terapia CAR-T, están demostrando buenos resultados
El Médico Interactivo
14 de septiembre 2018. 2:10 pm