La delicada situación por la que atraviesa la Atención Primaria (AP), que se ha visto acentuada por la crisis sanitaria derivada de la pandemia COVID-19, ha dejado al descubierto un secreto a voces entre los sanitarios: que
una parte importante de los profesionales de AP de nuestro país sufren burn out, “síndrome del trabajador quemado”.
Así se desprende de la
encuesta realizada por SEDAP y el MÉDICO INTERACTIVO, con el patrocinio de
Sanofi, que ha servido de base para un exhaustivo informe sobre la situación de la Atención Primaria.
Un informe para el que se ha encuestado a directivos de los centros de AP, médicos, enfermeros, administrativos y otros colectivos que conforman este primer nivel asistencial, con el fin de conocer de primera mano su opinión sobre el funcionamiento de la AP y los
problemas a los que se enfrentan en el día a día.
Así, el 33,06 por ciento reconoce que la sobrecarga de trabajo al que tienen que enfrentarse en sus consultas es el elemento que más les quema. El 16,13 por ciento se refiere a la falta de recursos y un 12,10 por ciento al escaso reconocimiento profesional del trabajo que realizan.
Sin reconocimiento
Un trabajo que estuvo invisibilizado durante la pandemia, a pesar de que la mayoría de pacientes COVID-19 fueron atendidos en los centros de AP, situación que propició que muchos sanitarios se sintieran cansados y desmotivados.
Más del 10 por ciento sostiene que les quema el exceso de burocracia que deben de llevar a cabo y que les resta tiempo para dedicarlo a sus pacientes; además, un 8,06 por ciento se siente sobrepasado por el uso inadecuado que hace la ciudadanía de la Atención Primaria.
El 14 por ciento de los sanitarios destaca también entre las causas que los llevan a sufrir
burn out el
maltrato que padecen y las c
ondiciones laborales; el 3,23 por ciento cita los
horarios y el 2,42 por ciento la
falta de liderazgo.
Poca inversión
Entre los elementos que han contribuido al
burn out en AP, el 37 por ciento indica que es la falta de inversión en Primaria; el 28,40 por ciento apunta a los problemas estructurales y organizativos y el 13,64 por ciento cita el desprestigio de la AP entre la ciudadanía, e incluso entre los propios profesionales.
Para el 7,39 por ciento, otra causa que ha propiciado este síndrome es el mal uso de la AP, mientras que el 4,55 por ciento considera que la pandemia ha ayudado a que este problema se haya acentuado en la Primaria. Un 3,41 por ciento contesta que la politización también ha contribuido, y un 5,68 por ciento apunta a otros motivos.
Elementos motivadores
De las opiniones testadas se desprende que una
mayor capacidad de decisión y gestión motivaría al personal de AP, así como una
mayor inversión y unas mejores condiciones laborales, sin olvidar un mayor
apoyo por parte de la Administración sanitaria.
Los encuestados han hecho hincapié en otros factores motivadores, como son una mayor y mejor valoración de su trabajo y el que se cuente con ellos en la toma de decisiones. Asimismo, han apuntado la necesidad de contar con una mejor dirección, además de un equilibrio de cargas de trabajo y mejoras retributivas.
Abogan también por corregir los errores ya conocidos de la AP, por continuar su actividad habitual, por el trabajo en equipo y el reconocimiento de su labor, al tiempo que reforzar la AP con más administrativos.
Lo que importa en AP
Entre los 20 elementos que más importan en la AP, el 16,60 por ciento de los encuestados apunta a la satisfacción de los profesionales y de los pacientes y el 7,12 por ciento contesta que los resultados del trabajo realizado.
Un 13,77 por ciento considera muy relevante la relación con los hospitales y la calidad y seguridad del paciente, mientras el 18,62 por ciento piensa que es clave el presupuesto, la accesibilidad de la AP y la autonomía de los equipos.
Otros puntos destacados por el 18,62 por ciento tienen que ver con la conciliación laboral-personal, la relación con la comunidad y las sustituciones de los profesionales por vacaciones, bajas u otros motivos.
Para el 17,89 por ciento de los participantes en la encuesta, la innovación, la nómina de los profesionales, la historia clínica electrónica y la atención urgente en AP son los aspectos que importan en este nivel asistencial.
Mientras, el 8,39 por ciento opina que lo que más valor tiene para la AP son la relación con los servicios sociales, los residentes y la farmacia; y concluyen la lista de los elementos importantes en AP, los sindicatos y la industria farmacéutica, con un 0,91 por ciento.
