La propuesta de la Comisión Europea ahora debe ser debatida por el Parlamento y el Consejo de la UE
31 de enero 2018. 4:08 pm
La Comisión Europea ha presentado una propuesta legislativa cuyo objetivo es reforzar la cooperación entre los países del bloque comunitario en materia de evaluación de tecnologías sanitarias, con el objetivo de aumentar la innovación y mejorar la competitividad de la industria médica europea. En concreto,…
La Comisión Europea ha presentado una propuesta legislativa cuyo objetivo es reforzar la cooperación entre los países del bloque comunitario en materia de evaluación de tecnologías sanitarias, con el objetivo de aumentar la innovación y mejorar la competitividad de la industria médica europea. En concreto, la propuesta abarca nuevos medicamentos y algunos nuevos productos sanitarios, al mismo tiempo que sienta las bases de una cooperación 'permanente y sostenible' a nivel comunitario para las evaluaciones clínicas conjuntas. La propuesta ahora debe ser debatida por el Parlamento Europeo y el Consejo de la UE.
Según se explica en un comunicado, una mayor transparencia 'reforzará la capacidad de decisión de los pacientes al garantizar su acceso a la información sobre el valor clínico añadido de toda nueva tecnología que pueda beneficiarlos'.
'Con más evaluaciones se podría conseguir que los pacientes dispusieran más rápidamente de instrumentos eficaces e innovadores. Para las autoridades nacional, eso exige ser capaces de formular políticas sobre sus sistemas de salud basadas en pruebas más sólidas', se informa en la nota de prensa.
Según la propuesta, los países podrán utilizar herramientas, métodos y procedimientos comunes sobre la ETS en toda la UE y en cuatro 'pilares principales', que son las evaluaciones clínicas conjuntas centradas en las tecnologías más innovadoras con el máximo impacto potencial, consultas científicas conjuntas mediante las que los desarrolladores pueden solicitar asesoramiento, identificación de tecnologías emergentes y mantenimiento de cooperación voluntaria en otros ámbitos.
Los Estados miembros continuarán siendo responsables de la evaluación de aspectos no clínicos (como económicos, sociales o éticos) de la tecnologías sanitaria, así como de la toma de decisiones sobre precios y reembolsos.