Uno de los temas más comentados del
XXIX Congreso de la Asociación Española de Patología Cervical y Colposcopia (AEPCC) ha sido la conmemoración del décimo aniversario de la vacuna Cervarix contra el virus del papiloma humano (VPH).
Como apuntaba Aureli Torné Bladé, presidente de la AEPCC, e investigador en los estudios de fase III del desarrollo clínico de la vacuna, la misma 'ha representado una verdadera revolución y el inicio de una nueva era en la prevención del cáncer de cérvix”, ya que según el experto,
esta vacuna “es uno de los mayores logros conseguidos dentro de la prevención del cáncer de cérvix, ya que la posibilidad de erradicar este cáncer y sus lesiones precursoras durante las próximas décadas se sustenta, fundamentalmente, en la prevención primaria basada en la vacunación”.
Concretamente habló sobre la evolución de la misma Charo Cambronero, especialista en Inmunología del Departamento Médico de GSK, que durante la mesa oficial de vacunas, a la que asistieron más de 500 ginecólogos especializados en patología cervical, hizo un repaso de los resultados de la vacuna contra el papiloma durante los últimos diez años.
Así, la experta expuso las conclusiones del estudio de
Kavanagh y cols, que recoge los resultados de las niñas vacunadas en Escocia con Cervarix a los 12-13 años de edad y que entraron en el programa de cribado cervical a la edad de 20 años. Sobre el mismo, Cambronero destacaba que la vacuna ha demostrado una reducción del 89 por ciento en la prevalencia de infección por VPH 16/18, los tipos más agresivos del virus.
Efectividad cruzada
Otro dato positivo es que en el caso de la efectividad cruzada se ha conseguido una reducción del 85 por ciento de las infecciones por VPH 31, 33 y 45. Tal y como argumentaba Cambronero, “el sistema inmune no diferencia entre protección directa y cruzada, este último concepto fue acuñado por inmunólogos y vacunólogos para denominar aquella protección conferida por algunas vacunas y que no puede ser explicada basado únicamente en el número de antígenos incluidos en su composición”.
Así, insistiendo sobre esta idea, el estudio
Kavanagh y cols también demostraba que el beneficio de la protección cruzada se consigue, no sólo en las niñas vacunadas, sino también en las no vacunadas gracias a la inmunidad de grupo lograda con Cervarix, siete años después de la vacunación”. Por ello, Cambronero afirmaba que “dado que la protección cruzada demostrada por la vacuna mejora su coste-efectividad, debería seguir siendo considerada como una sólida candidata para los programas de inmunización frente al VPH”.