Lainco ha sido, desde su fundación en 1934, una empresa inspirada por la innovación. Su fundador, el Dr. José Antonio Serrallach, se graduó en Química en la Universidad de Fráncfort (Alemania) y obtuvo su doctorado en el Instituto Tecnológico de Massachusetts, en Boston (Estados Unidos), en un momento en el que las universidades europeas y americanas eran muchísimo más inalcanzables que ahora. Junto con su esposa, Montserrat Carulla, construyeron los cimientos de lo que se convertiría en Lainco S.A.
El laxante coloidal Emuliquen y el antiséptico Mercromina son dos de los productos desarrollados y patentados por la compañía en los primeros años que perviven aún hoy en el mercado farmacéutico. «Esto significa que son productos que generan confianza, es decir, que la clase médica sigue prescribiendo y los farmacéuticos siguen dispensando”, señala Jordi Ballesta, director general de Lainco. «Emuliquen es el ejemplo más claro, ya que es un producto que sigue creciendo y que, junto con otros productos de nuestro catálogo, genera sinergias, lo que facilita su prescripción».
En 1950, Lainco abrió una división dedicada a la protección de cultivos, una iniciativa que no solo amplió su gama de productos, sino que también posicionó a la empresa como un actor clave en la industria agrícola y la convirtió en un referente en la lucha frente a plagas y enfermedades. Desde entonces, Lainco cuenta con dos divisiones, Agro y Pharma, que se han ido modernizando para mantenerse a la vanguardia del sector.
En la década de los 60, Lainco trasladó sus instalaciones de Barcelona a Rubí para incrementar la capacidad de fabricación y hacer posible la introducción de nuevos productos. En las siguientes décadas, la empresa siguió creciendo hasta alcanzar actualmente los 185 empleados.
Con su división Pharma, Lainco está presente tanto en el mercado farmacéutico como en el hospitalario. Sus especialidades son los productos para trastornos digestivos, como el estreñimiento y la diarrea, y los productos antisépticos, aunque dispone también de una gama de productos respiratorios y de un producto para intoxicaciones, a base de carbón activado, líder en su sector.
«Nuestro objetivo es seguir creciendo en el campo de la antisepsia y de digestivo, pero tenemos en el horizonte la construcción de una nueva planta que nos permitirá desarrollar nuevos productos en el futuro», explica Carlos Moreno, director comercial de la división Pharma.
La compañía ha hecho también una apuesta decidida por la exportación, con la vista puesta en el mercado del sudeste asiático, Oriente Medio, América Latina… Este año, por primera vez, y como parte de la estrategia de posicionamiento en el mercado internacional, ha contado con un estand en el CPHI, uno de los principales congresos del mercado farmacéutico internacional. «Supuso un reto para un laboratorio como el nuestro, pero ha sido una experiencia muy enriquecedora porque nos permitió descubrir algunas diferencias con otros países, como la importancia de disponer de algunos formatos, entre ellos, las unidosis, mucho más valorados fuera de España que en nuestro país. Ahora, el reto es dar respuesta a esta demanda», apunta Jordi Ballesta.
A pesar de su larga trayectoria, Lainco sigue estando en manos de la familia fundadora, con un accionariado que tiene voluntad de permanencia. «No somos una comercializadora. No vivimos de licencias, sino de desarrollar y comercializar nuestros productos», puntualiza Carlos Moreno. «Creemos que hasta ahora hemos hecho las cosas bien y queremos seguir haciéndolas así durante muchos años más, pero dando un paso adelante para estar presentes en el mercado internacional».
«Celebramos los 90 años para dar a conocer mejor la empresa y hacer sentir a nuestros clientes que son parte de esta. Nos encontramos en una fase de innovación y pensamos que este 90.o aniversario era un buen momento para celebrar nuestra historia de éxito y el futuro que tenemos por delante», comenta Jordi Ballesta.
«En el ámbito farmacéutico, esperamos seguir teniendo productos que ayuden al profesional sanitario en su día a día y que hagan de Lainco un partner de confianza», añade Carlos Moreno.
Una mirada hacia el futuro en las patologías digestivas
Con el objetivo de compartir la celebración del 90.o aniversario con clientes y partners, Lainco organizó el pasado 30 de abril una jornada que reunió a más de 200 personas, tanto del sector farmacéutico como agroquímico. La jornada comenzó de forma conjunta, con una conferencia sobre agricultura y cambio climático, a la que siguieron dos mesas redondas, una de ellas dirigida al sector farmacéutico y la otra, al sector agroquímico. Bajo el título «Una mirada hacia el futuro en las patologías digestivas», la mesa redonda dirigida al sector farmacéutico contó con la presencia de un gastroenterólogo, un especialista en medicina familiar y una farmacéutica, cada uno de los cuales ofreció su particular visión sobre las patologías digestivas.Pasado, presente y futuro de las patologías digestivas
Nuestro presente es el resultado de nuestro pasado y, sin duda, es la semilla de nuestro futuro. Teniendo en cuenta esta premisa, el Dr. Javier Santos, del Servicio de Aparato Digestivo del Hospital Vall d’Hebron, de Barcelona, hizo una revisión de la historia del conocimiento médico, que, si bien es continuo en el tiempo, está marcado por aquellos descubrimientos que originan un cambio de paradigma. Hemos de agradecer los avances en el conocimiento a pensadores clásicos como Platón, Sócrates o Aristóteles. Sin embargo, en el campo de la medicina, los avances vinieron de la mano de médicos tan reconocidos como Hipócrates, Galeno, Avicena y Maimónides. Según el Dr. Santos, las fuentes de conocimiento son múltiples. La inspiración y la intuición, así como el azar o la suerte, han contribuido sin duda al conocimiento. De la aportación de esta última, el ejemplo más conocido es el descubrimiento de la penicilina por Alexander Fleming. También han sido fuente de conocimiento el método científico, del que son representantes ilustres Descartes, Galileo, Copérnico y Kepler, y la regulación ética, que se inició con el principio hipocrático «primum non nocere» en el 500 a. C. y culminó en 1964 con la Declaración de Helsinki, que establece los principios éticos para la investigación médica en seres humanos. Hasta bien entrado el siglo XVIII, el médico, también llamado por aquel entonces barbero-médico, cirujano, boticario, herbolario o, incluso, hechicero, prestaba una atención personalizada, basada en la teoría hipocrática de los cuatro humores. A finales de ese mismo siglo, se descubrieron las primeras vacunas y aparecieron los primeros hospitales de atención pública, en los que ya se practicaban la prevención y la docencia. En el siglo XIX, se descubrieron la anestesia y la esterilización quirúrgica, y la bata negra que utilizaban los médicos se sustituyó por la bata blanca impoluta y los guantes Goodyear, que salvaron muchas vidas. Louis Pasteur y Robert Koch empezaban a hablar ya de la teoría de la microbiota. En los siglos XX y XXI, los avances han sido mucho más rápidos. La contribución de la industria farmacéutica ha sido clave, con el paracetamol, la aspirina, la insulina o la píldora anticonceptiva entre los desarrollos más relevantes. En el campo de digestivo, cabe destacar el de la cimetidina, en 1976. Nace también el hospital moderno y surgen los primeros probióticos, los glucocorticoides, los inmunosupresores y los quimioterápicos y, en 1984, se descubre el Helicobacter pylori. En la década de los 50, se empezaron a hacer los primeros trasplantes, en los años 80 aparecen los antivirales y, más recientemente, la inmunoterapia contra el cáncer. Los hospitales actuales realizan cirugía a distancia gracias a los avances tecnológicos y están asociados con unidades o institutos de investigación, en los que se empieza a practicar la medicina del futuro, una medicina de precisión, personalizada, que es posible gracias a las implicaciones de hallazgos tan rompedores como el aislamiento del ADN primero, la secuenciación del genoma humano después y, aún más reciente, la tecnología CRISPR, que permite modificar genes de cualquier organismo. «En el campo de la microbiota, ya estamos viviendo un auge de la medicina personalizada en forma de trasplantes fecales, terapia con fagos y terapia con probióticos y prebióticos, y es previsible que, en los próximos diez o veinte años, este campo experimente una gran expansión», apuntó el Dr. Santos. En esta larga mirada del pasado al presente, concluyó Santos, no se puede obviar el papel que pueden desempeñar las nuevas tecnologías (la nanotecnología, el machine learning, la inteligencia artificial, etc.), las cuales van a formar parte de nuestro futuro, ayudando a identificar nuevas dianas preventivas y terapéuticas.Las patologías digestivas en Atención Primaria
El médico de familia es el especialista en personas, ofrece una atención integral y continua, guía y coordina al paciente y orienta a la familia, realiza prevención y trabaja en la comunidad. Así empezó su intervención el Dr. Juan Manuel Mendive, médico de familia del Centro de Atención Primaria La Mina, en Barcelona, quien recordó que la Atención Primaria es la puerta de acceso del paciente al sistema sanitario, universal y garante de la continuidad asistencial, lo que proporciona beneficios en salud al tiempo que reduce el uso de los servicios de Urgencias, las hospitalizaciones y la mortalidad1. Sin embargo, la atención sanitaria es solo uno de los factores (y no el más importante) que determinan la salud, entre los cuales se incluyen el estilo de vida, la herencia, el entorno y el sistema sanitario2. Por ello, en Atención Primaria, más allá de la interpretación de los síntomas, hay que tener en cuenta el conocimiento de la persona, ya que sus circunstancias personales, laborales y socioeconómicas pueden desempeñar un papel clave en sus patologías. Por esta razón, según el Dr. Mendive, el soporte psicológico y emocional en Atención Primaria es fundamental, como lo es también la implicación del paciente. Por ello, cada vez más se intenta establecer alianzas con él, proporcionándole información sobre el estilo de vida saludable y promoviendo el autocuidado. Del mismo modo, es importante la coordinación asistencial, con algoritmos compartidos entre especialidades para que el sistema sea más eficiente y proporcione una atención resolutiva. Asimismo, importante es también conocer los recursos terapéuticos de la comunidad y el concepto de prescripción social, que reconoce el beneficio terapéutico de las actividades culturales y deportivas y contempla la derivación del paciente a estos recursos en algunos casos. Respecto a la microbiota intestinal, el Dr. Mendive señaló que Atención Primaria tiene un papel expectante, a la espera de conocer el resultado de investigaciones en marcha que han de esclarecer la relación causa-efecto en diferentes enfermedades. Por ahora, indicó, «solo se prescriben probióticos en determinadas situaciones, pero su uso es limitado». En el ámbito de la diagnosis, existen ya algunos kits para el diagnóstico de algunas patologías digestivas, aunque no se utilizan con frecuencia en Atención Primaria. En el ámbito terapéutico, se podrían utilizar para establecer perfiles específicos de bacterias e integrar en la práctica asistencial los prebióticos y los probióticos.Las patologías digestivas en la farmacia
La farmacia tiene un papel fundamental en la prevención, empezó diciendo M.a José Cachafeiro, farmacéutica cotitular en Farmacia La Pomar de Asturias. El intestino es un ecosistema muy complejo que cumple numerosas funciones. Una de ellas, que tiene mucho que ver con la protección frente a los microorganismos invasores, está relacionada con la microbiota intestinal. Los millones de bacterias que componen la microbiota nos ayudan en nuestra salud digestiva, pero también influyen en aspectos como el humor y la respuesta inmune. Ya Hipócrates situaba el intestino en el epicentro de nuestra salud cuando consideraba que toda enfermedad comienza en este órgano. Los cuatro pilares de un intestino saludable son:- Una alimentación equilibrada que aporte los nutrientes necesarios para favorecer el crecimiento de las bacterias beneficiosas y limitar, a la vez, el crecimiento de las bacterias más perjudiciales. Las fibras y el agua son fundamentales.
- Una suplementación inteligente, en la que tienen un papel crucial los prebióticos y probióticos.
- Evitar el estrés y la falta de descanso, que afectan al sistema parasimpático, el cual dirige la digestión.
- El movimiento. La inactividad es enemiga de una buena salud digestiva. Caminar o hacer otras actividades físicas activa el intestino y el flujo sanguíneo, mejorando así la digestión.