El estudio de las desigualdades sanitarias es importante para orientar las intervenciones dirigidas a obtener resultados sanitarios más equitativos.
El interés por conocer las desigualdades sanitarias en los distintos países europeos viene desde lejos, pero desde mediados del del siglo XX empezaron a surgir estudios que se centraban en el análisis de los determinantes sociales de la salud. Tal y como ha detallado Orsolya Varga,…
El interés por conocer las desigualdades sanitarias en los distintos países europeos viene desde lejos, pero desde mediados del del siglo XX empezaron a surgir estudios que se centraban en el análisis de los determinantes sociales de la salud.
Tal y como ha detallado Orsolya Varga, del Departamento de Salud Pública y Epidemiología, Facultad de Medicina, Universidad de Debrecen, Instituto de Investigación Syreon, en Budapest, en el webinar A national and sub-national analysis of diabetes mellitus prevalence and health inequalities in Europe, organizada por la European Public Health Association, los primeros esfuerzos se centraron en comprender la relación entre los factores socioeconómicos y los resultados sanitarios con el fin de sentar las bases para las investigaciones siguientes.
Ya en las décadas de 1960 y 1970, los estudios de Whitehall en el Reino Unido, realizados en 17.530 funcionarios, mostraron diferencias en el estado de salud de las distintas profesiones.
Posteriormente, la Unión Europea desempeñó un papel fundamental en la promoción de la investigación transnacional sobre las desigualdades en salud, fomentando la colaboración entre los distintos estados miembros.
Otros factores determinantes
La investigación se ha ampliado para abarcar una gama más amplia de factores determinantes, como la educación, el empleo y los factores ambientales. Además, ahora se tiene en cuenta el impacto de las innovaciones sanitarias, la utilización de nuevos métodos científicos y el impacto a largo plazo de las investigaciones en salud.
Por su parte, Nour Mahrouseh, de la citada universidad, se ha centrado en la medición de las desigualdades sanitarias. La Organización Mundial de la Salud la define como las diferencias observables en materia de salud entre subgrupos de una población, lo cual es primordial para tener información cuantitativa sobre las disparidades existentes.
Esta información ayuda a evaluar la salud de la población, considerando otros indicadores, como es la prevalencia.
Desigualdad absoluta y relativa
Dos enfoques fundamentales para medir la desigualdad sanitaria son la absoluta y la relativa.
La desigualdad absoluta proporciona la diferencia entre subgrupos y es la más sencilla de calcular calculando el valor de los distintos grupos.
Por su parte, la relativa muestra diferencias proporcionales y se calcula dividiendo el valor de un grupo por otro.
Para conocer la desigualdad se utilizan distintas herramientas, como es el índice de concentración (IC), el coeficiente de Gini, el índice pendiente de desigualdad (SII) y el índice relativo de desigualdad (RII).
Estas medidas proporcionan una base cuantitativa para comprender y abordar las disparidades sanitarias, orientando las intervenciones dirigidas a obtener resultados sanitarios más equitativos.
Diabetes mellitus
El epidemiólogo que trabaja en la misma universidad que las citadas participantes, Carlos Alexandre Soares Andrade, se ha focalizado en estimar la prevalencia de diabetes mellitus en mayores de 50 años durante estos años: 2010/11, 2013, 2015 y 2019.
El análisis se ha realizado en 13 países europeos y se ha llevado a cabo un análisis subnacional basado en los diferentes niveles de NUTS, niveles de nomenclatura de las unidades territoriales estadística. También su trabajo se ha dirigido en ver cómo las desigualdades en la prevalencia de diabetes están relacionadas con la educación, los ingresos y el lugar donde se vive.
España es el país que encabeza la prevalencia de la diabetes, presentado un mayor porcentaje a través de todo el periodo estudiado, sobre todo en Extremadura y en Canarias. A España le sigue Chequia, mientras que los países que registran una menor prevalencia son Suiza y Dinamarca.
La mayor parte de los casos de diabetes se identifican entre las personas con nivel socioeconómico desfavorecido y en personas con menor nivel educacional.
Por eso, el epidemiólogo ha insistido en la necesidad de centrarse en programas de prevención y de mejora de acceso a la salud, sobre todo entre las personas con un nivel socioeconómico más desfavorecido para poder reducir el impacto de la diabetes en estos grupos poblacionales.