“Las guías de práctica clínica (GPC) sobre hipertensión arterial (HTA) tienen como objetivo facilitar la toma de decisiones en el manejo del paciente hipertenso, basándose en la mejor evidencia científica disponible, para favorecer una atención médica eficaz y de calidad”, según indica el Dr. José Luis Serrano Carrillo de Albornoz. Las GPC se elaboran y actualizan de forma periódica por un grupo de expertos en el manejo de la HTA, que realizan una revisión exhaustiva de la literatura seleccionando los distintos estudios clínicos con rigor científico. “Para los aspectos más controvertidos se realiza un consenso entre los expertos para emitir la recomendación”, puntualiza el Dr. Serrano.
Las GPC sobre HTA contemplan la mayor parte de los escenarios a los que el profesional de Atención Primaria se puede enfrentar en la consulta diaria de los pacientes con hipertensión. “Sin embargo, en ocasiones podemos tener dudas para las que no nos van a ofrecer una respuesta, especialmente cuando la evidencia es escasa o nos enfrentamos a situaciones muy específicas”, indica.
Este facultativo resalta que, a pesar de que las GPC pueden ser una importante herramienta de ayuda en la práctica médica habitual, a veces es difícil su aplicación y generalización: “En ocasiones no hay suficiente difusión de las guías entre la comunidad médica. Las distintas sociedades científicas a veces tampoco ayudan contradiciéndose en la misma recomendación, como ocurre por ejemplo en relación con los objetivos de tensión arterial a alcanzar en los pacientes con diabetes hipertensos, lo que crea desconfianza en los profesionales”.
Escasa evidencia en novedades terapéuticas
Las “escasas novedades” de las últimas GPC también son valoradas por Juan Jiménez Jáimez, quien considera que “hay consenso en los grupos más utilizados, pero escasa evidencia en ciertas novedades terapéuticas”. “Las necesidades de los pacientes están cubiertas. Falta adherencia a las guías por parte de los profesionales y adherencia de los pacientes al tratamiento”, recalca.
Miguel García Román también es crítico con la actualización de las guías, porque se hacen “tarde”, aunque considera que “recogen las necesidades de los pacientes”. Este facultativo observa cierto consenso entre profesionales y las sociedades científicas, pero la Administración no favorece este consenso.
Para actualizar las GPC se recurre a un comité de expertos, así como las guías de las sociedades científicas, cuyo trabajo se basa en nuevos estudios y metaanálisis para actualizarlas, como explica Pedro Ruiz Soler, quien considera que las guías recogen bien las necesidades de los pacientes.
“Normalmente todas o casi todas las sociedades científicas avalan las guías y su implementación, animando a los médicos a abordar el tratamiento de la hipertensión con sus pacientes. Los profesionales nos basamos en estas guías para tratar al paciente e intentamos adaptarnos, en la medida de lo posible, a las nuevas actualizaciones”, añade.
Las GPC son una herramienta de ayuda en la práctica médica habitual, aunque a veces es difícil su aplicación
Médicos de Primaria destacan que hay consenso en los grupos más utilizados, pero escasa evidencia en ciertas novedades terapéuticas
Eva Fariña
7 de marzo 2018. 11:39 am