Desde que las CAR-T irrumpieron en la Hematología están avanzando hacia más indicaciones y a su utilización cada vez más precoz.
10 de junio 2024. 1:24 pm
"La terapia CAR-T ha revolucionado el tratamiento de ciertas patologías oncohematológicas, ofreciendo una alternativa terapéutica eficaz y potencialmente curativa a pacientes con mal pronóstico”, tal y como señala Ignacio Gómez, hematólogo del Hospital General Universitario Gregorio Marañón, de Madrid, en la VIII Jornada de Divulgación…
'La terapia CAR-T ha revolucionado el tratamiento de ciertas patologías oncohematológicas, ofreciendo una alternativa terapéutica eficaz y potencialmente curativa a pacientes con mal pronóstico”, tal y como señala Ignacio Gómez, hematólogo del Hospital General Universitario Gregorio Marañón, de Madrid, en la VIII Jornada de Divulgación 'HematoAvanza”, que se ha celebrado en Salamanca, organizada por la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH), que ha contado con el patrocinio de AstraZeneca, Gilead, Lilly (colaboradores oro), AbbVie, BeiGene, Menarini, Novartis y Roche (colaboradores plata).
La investigación en este campo se está traduciendo en la aprobación de diferentes productos para distintas patologías y en diversas líneas de tratamiento. Próximamente, “dispondremos de nuevas indicaciones, nuevos productos y además se espera que la terapia CAR-T se incorpore a líneas de tratamiento más precoces”.
Pero la Hematología no solo es el campo de las CAR-T, ya que se están abriendo posibilidades para su utilización en tumores sólidos y enfermedades autoinmunes, “aunque el desarrollo en estos ámbitos se encuentra en fases más precoces”.
Nuevos retos
Según el hematólogo, los principales retos de las CAR-T se centran en la necesidad de contar con mayores recursos materiales y humanos. También hay que tener en cuenta el coste que tienen y su impacto económico en el sistema sanitario.
A medio y largo plazo hay que trabajan en mejorar y prevenir las toxicidades, ya que de esta forma “se conseguirá un menor consumo del recursos hospitalarios”.
La formación del personal sanitario para ofrecer esta terapia a todos los pacientes que puedan obtener un potencial beneficio de la misma es otro elemento que hay que mejorar.
Prevención del cáncer sanguíneo
La presidenta de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia, María Victoria Mateos, se ha referido a la prevención del cáncer sanguíneo. Ha indicado que aún queda mucho camino por recorrer. Por el momento, no están claros los programas de cribado en algunos de estos cánceres, “pero hay otros en los que se sabe que pueden estar precedidos de situaciones premalignas sobre las que se podría actuar potencialmente para hacer una detección precoz, plantear un seguimiento e incluso implementar algún tratamiento precoz”.
En cuanto a la experiencia con cribado de cáncer hematológico, Mateos ha comentado el programa de cribado poblacional realizado en Islandia para la detección de gammapatías monoclonales de significado incierto, que suelen ser la antesala de un mieloma múltiple latente. Aunque se han evaluado distintos elementos, aún no se recomienda este cribado de forma generalizada, “pero sí se están estudiando algunas estrategias de tratamiento precoz en pacientes con mieloma múltiple latente, para que no evolucionen a mieloma múltiple. Por ahora, las investigaciones son prometedoras, pero necesitan un mayor seguimiento y me atrevo a decir que la nueva inmunoterapia jugará un papel destacado aquí”.
Inmunoterapia
De la inmunoterapia ha hablado Alfredo Corell, doctor en Biología, catedrático de Inmunología en la Universidad de Sevilla. En su opinión, los anticuerpos monoclonales biespecíficos constituyen el nuevo brazo armado de la inmunoterapia contra el cáncer, después de la terapia CAR-T. “Combinan la especificidad de dos anticuerpos monoclonales y permiten el reconocimiento y unión específica a dos moléculas diferentes”.
Esta nueva inmunoterapia ofrece una alta eficacia en pacientes que han sido pretratados y que cuentan una adecuada tolerabilidad. Se están investigando fundamentalmente en el tratamiento de las leucemias, los linfomas y el mieloma múltiple, pero también frente a enfermedades hematológicas no malignas, como la hemofilia A. Junto con la terapia CAR-T, están empezando a revolucionar el abordaje del cáncer sanguíneo.