Las nuevas opciones terapéuticas como la inmunoterapia o los tratamientos basados en anticuerpos monoclonales junto con la revolución en el diagnóstico han conseguido
elevar la tasa de supervivencia de los pacientes con algún tipo de cáncer hematológico. Esta ha sido una de las principales conclusiones de los expertos que han participado en la presentación de las primeras estimaciones obtenidas del proyecto HematoREDECAN para 2024.
El incremento de las tasas de supervivencia plantean un futuro esperanzador en el abordaje de los cánceres hematológicos. Una mejora en la supervivencia asociada a las novedades terapéuticas con
fármacos dirigidos y menos tóxicos, y avances en el diagnóstico gracias a la tipificación molecular y genética que han permitido una clasificación más acertada de los pacientes.
Así lo han destacado las doctoras María Victoria Mateos, presidenta de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (
SEHH); y Josefina Serrano López, del Grupo Español de Leucemia Aguda Mieloblastica (LAM-PETHEMA). Ambas consideran que las innovaciones de los últimos años han sido clave en la mejora el tratamiento de estos cánceres que suponen (como grupo en comparación con los tumores sólidos)
el quinto más frecuente en España.
Avances en el manejo y acceso
“En las últimas dos décadas hemos asistido a un gran avance gracias a que conocemos mucho mejor la enfermedad desde el punto de vista biológico y a la llegada de una gran cantidad de nuevos fármacos para tratarla”, asegura la doctora Mateos. “Esto ha hecho que la supervivencia de los pacientes con mieloma múltiple
hace veinte años no superaba los dos años tras el diagnóstico y ahora hay pacientes que viven más de diez”, concreta.
En ese sentido, el doctor Alejandro Martín García-Sancho, secretario del Comité Científico del Grupo Español de Linfomas (GELTAMO), ha subrayado que “las opciones de tratamiento tradicionales (quimioterapia o trasplante de médula ósea) van quedando relegadas ante los
buenos resultados de la inmunoterapia, los tratamientos basados en anticuerpos monoclonales o pequeñas moléculas con efecto diana”.
Por ello, este especialista aboga por seguir apostando por la investigación y la promoción de la realización de ensayos clínicos en los hospitales españoles, punteros a nivel mundial. También ha indicado que “se debe incidir en la necesidad de
acortar los tiempos de espera para disponer de tratamientos innovadores en nuestro país, como está ocurriendo con las terapias CAR-T en algunas de sus indicaciones aprobadas en Europa”.
29.000 cánceres de sangre
En cifras globales, las estimaciones de cara al próximo año cifran en 28.657 el número total de neoplasias hematológicas en nuestro país. De esta cifra, la mayor parte, un 69 %, se prevé que sean
neoplasias linfoides (19.900),
otros 8.611 casos serán neoplasias mieloides (el 30 %) y se estima que habrá
146 pacientes con histiocitosis (un 1 % del total).
Son los primeros datos de HematoREDECAN, un programa conjunto de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH) y la Red Española de Registros de Cáncer (
REDECAN) que define el
mapa de este tipo de cánceres. ¿Su objetivo?
Analizar los indicadores epidemiológicos de los cánceres hematológicos en nuestro país a partir de la incidencia y la supervivencia de los pacientes junto con la tendencia de los diferentes tipos de cáncer durante los últimos años. Unos datos que obtienen de los registros poblacionales de este tipo de patologías de 15 territorios españoles.
Tasas de supervivencia
En lo que se refiere a la supervivencia de las personas afectadas, las estimaciones indican
una supervivencia neta a los cinco años del diagnóstico de un 65 % en el caso de los linfomas. “En el caso de las mujeres este dato es mayor, un 67,3 %, y para el total de la población va disminuyendo ese porcentaje a medida que aumenta la edad”, señala el doctor Rafael Marcos-Gragea, coordinador del grupo de investigación de HematoREDECAN.
Esta supervivencia ha mejorado levemente respecto a la existente entre 2002 y 2006 pasando de un 62,1 % a un 66,6 % en el periodo 2012 - 2016. De entre todas las neoplasias linfoides,
el linfoma no Hodgkin es el que presenta un mejor pronóstico con una tasa de supervivencia de un 63,3 %.
Para los mielomas, la supervivencia neta a los cinco años del diagnóstico es de un 49 %. Dentro de ellos, las neoplasias mieloproliferativas son las que presentan mejor vaticinio con un 80,7 % de supervivencia. Le siguen a mucha distancia los síndromes mielodisplásicos (SMD) (con una tasa de supervivencia estimada de un 37,8 %), y
la leucemia mieloide aguda (con un 23,9 %). En todos los casos, la supervivencia siempre se espera mayor para el grupo de las mujeres.