Las intervenciones preventivas (psicoterapéuticas, farmacológicas o combinadas) son capaces de retrasar la aparición de un primer episodio psicótico. Además, pueden reducir el porcentaje de personas que acaban transicionando a la psicosis. Así se ha puesto de manifiesto en la última edición del encuentro de profesionales,…
Las intervenciones preventivas (psicoterapéuticas, farmacológicas o combinadas) son capaces de retrasar la aparición de un primer episodio psicótico. Además, pueden reducir el porcentaje de personas que acaban transicionando a la psicosis. Así se ha puesto de manifiesto en la última edición del encuentro de profesionales, Meet The Expert, organizado por la Alianza Otsuka-Lundbeck, al que han asistido más de 400 expertos.
“La prevención primaria selectiva, que se lleva a cabo sobre grupos de personas con alto riesgo de desarrollar psicosis, se centra en reducir los factores de riesgo, tales como la exposición al maltrato o abuso en la infancia, acoso escolar, consumo de cannabis o estrés”, afirmaba Celso Arango, director del Instituto de Psiquiatría y Salud Mental del Hospital General Universitario Gregorio Marañón. El experto incidía en que los factores de riesgo conocidos incrementan hasta 10-20 veces las posibilidades de padecer esquizofrenia frente a la población general. “También es posible realizar una prevención primaria indicativa, actuando en personas con signos iniciales de psicosis que todavía no reúnen todos los criterios diagnósticos necesarios”.
A este respecto, Arango añadía que existe suficiente evidencia de que los antipsicóticos inyectables de liberación prolongada mejoran el cumplimiento terapéutico. “Esa es una forma más de prevención secundaria, que evita complicaciones, mejora el pronóstico y disminuye la aparición de resultados no deseados como puede ser el suicidio, consumo de tóxicos, desempleo, etc.”.