Existen diferentes enfermedades reumáticas de inicio en la infancia. En concreto, se estima que 1 de cada mil niños en España padece alguna enfermedad reumática, siendo la
Artritis Idiopática juvenil (AIJ) la más frecuente. Además, según Daniel Clemente, portavoz de la Sociedad Española de Reumatología (SER) y reumatólogo del Hospital Infantil Universitario Niño Jesús de Madrid, entran en juego los determinantes sociales de la salud. En concreto el género, ya que, “en general, las enfermedades reumáticas de inicio en la infancia son más frecuentes en niñas que en niños”.
En la AIJ sistémica se da por igual en ambos sexos, mientras que en la artritis relacionada con entesitis es más frecuente en niños que en niñas. Asimismo, en el caso del
lupus eritematoso sistémico también la frecuencia es mayor en niñas (proporción 5:1), aunque menor que la encontrada en los casos que aparecen en la edad adulta. En la dermatomiositis juvenil (DMJ) y la esclerodermia localizada la frecuencia es 2:1 a favor de las niñas, mientras que en la esclerosis sistémica la proporción es 4:1, detalla el Clemente.
Enfermedades reumáticas de inicio en la infancia
Así, con el objetivo de darle visibilidad al impacto de estas patologías en el colectivo infantil, este año desde la Fundación Española de Reumatología hemos impulsado la
II Jornada Reumafit Junior. Esta se ha celebrado en el municipio madrileño de Lozoya y en el vasco de Urdaibai el 1 de julio. En la misma han participado niños de entre 8 y 16 años con alguna enfermedad reumática.
En opinión de Clemente, “se trata de experiencias
muy positivas para los niños que participan. Por un lado, se divierten y realizan actividades deportivas que a lo mejor no han probado o no se han atrevido a hacer previamente. Por otra parte, estar con niños con enfermedades similares a las suyas les permite compartir experiencias e inquietudes y aumentar su círculo de amigos. Muchos de los que acuden a estas iniciativas repiten, lo que da una idea del éxito de estas actividades”.
El
ejercicio resulta clave en las enfermedades reumáticas de inicio en la infancia. Por una parte, aumenta la autoestima y la relación con sus compañeros, mejorando la calidad de vida. Además, contribuye a mantener un peso adecuado y evitar complicaciones cardiovasculares en la edad adulta. Algunos estudios demuestran incluso una disminución del número de articulaciones afectadas y del dolor, y una menor fatiga.
Asimismo, este tipo de actividades ayuda a
hacer frente al estrés emocional que sufren estos pacientes y que, en ocasiones, puede ser el desencadenante de la enfermedad o uno de los factores que influyen en el empeoramiento de la misma.