¿Cuáles son las principales patologías observadas desde la especialidad de Geriatría que cursan con dolor neuropático? El dolor neuropático está considerado como uno de los cuadros álgicosmás complejo, tanto en su expresión como en su manifestación clínica. El dolor neuropático es un síntoma de una…
¿Cuáles son las principales patologías observadas desde la especialidad de Geriatría que cursan con dolor neuropático?
El dolor neuropático está considerado como uno de los cuadros álgicosmás complejo, tanto en su expresión como en su manifestación clínica. El dolor neuropático es un síntoma de una disfunción morfológica que puede obedecer a múltiples causas siendo las más aceptadas aquellas basadas en la localización anatómica de las lesiones y en las enfermedades que lo causan.
La neuropatía diabética está presente en el 50 por ciento de los pacientes diabéticos con cinco años de evolución y con frecuencia es subclínica haciéndose evidente cuando aparecenparestesias, entumecimiento o dolor continuo y, en ocasiones, crisis de dolor lancinante.Otras neuropatías dolorosas no diabéticas son debidas a hipotiroidismo, polineuropatía crónica o la de algunas paraproteínas como la amiloidosis primaria, el mieloma múltiple, la neuropatía asociada agammapatía monoclonal y la crioglobulinemia.
También, el dolor neuropático suele estar presente en pacientes mayores con deficiencias de vitamina B12, B6, B1.
Por su elevada frecuencia de presentación, el 10 por ciento de los herpeszóster cursan con neuralgiapostherpética alcanzandoal 75 por ciento en los pacientes mayores de 70 años.
¿Qué determinantes contempla el abordaje del dolor crónico en los pacientes mayores?
Se considera crónico el dolor que dura más de 3 meses o perdura más que el proceso de curación normal. Las localizaciones más habituales son las articulaciones, la espalda y los pies.
El dolor crónico incrementa con la edad y puede estar producido por la inflamación de los tejidos, las deficiencias articulares que ocasionan dolormecánicoproduciendo lesiones intrínsecas y la destrucción de las estructuras afectadas. Algunos ejemplos son artritis y artrosis, síndromes miofaciales y alteraciones isquémicas. La percepción del dolor puede estar modificada por influencia sociocultural.
El estado emocional de la persona, si tiene ansiedad y/o miedo,disminuye la tolerancia al dolor, así como la falta de sueño, astenia o depresión. También, los episodios dolorosos anteriores tienen decisiva influencia en la percepción del dolor al establecer una comparación.El dolor tiene un importante impacto en la calidad de vida y en la salud emocional y puede manifestarse con depresión, ansiedad, alteración del sueño, alteración del apetito, deterioro cognitivo y, a veces, las consiguientes caídas y la alteración funcional (limitaciones al desempeño de las actividades diarias).
Las personas mayores con dolor persistente consideran que su salud es más pobre y usan con más frecuencia los servicios de consulta y atención médica.
¿Es fundamental para este abordaje el trabajo multidisciplinar?
El manejo del dolor en el anciano es complejo por tener presentaciones atípicas y problemas multifactoriales, comorbilidad, polifarmacia y un mayor riesgo de interacciones y efectos secundarios. Por ello, el abordaje del dolor debe ser multidisciplinar y llevarlo a cabo equipos de especialistas en dolor logrando que el paciente tenga expectativas razonables que le permitan mantener las actividades de su vida diaria.
En el tratamiento deben contemplarse las medidas no farmacológicas: Medicina física, Rehabilitación, Psicología del comportamiento y percepción del dolor, y medidas farmacológicas: analgésicos no opioides, opioides y coadyuvantes. En las medidas farmacológicas se deben tener en cuenta los aspectos farmacocinéticos y los aspectos farmacodinámicos que afectan a la respuesta del organismo al medicamento.
Dada la problemática caracterología de los paciente mayores, ¿cómo evalúa las distintas estrategias terapéuticas para paliar en lo posible el dolor neuropático?
La selección del tratamiento del dolor neuropático deberá realizarse teniendo en cuenta siempre el margen terapéutico del fármaco, las características individuales del mayor, la comorbilidad y la polifarmacia, por los posibles efectos secundarios y las interacciones medicamentosas.
Teniendo en cuenta las recomendaciones de la European Federation of Neurological Societies (EFNS), la American Geriatrics Society (AGS), las guías de dolor de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG),más la revisión de artículos específicos y contemplando la Medicina basada en la evidencia, la terapéuticapara el dolor neuropático es la siguiente:
Antidepresivos: es la principal y fundamental herramienta en el tratamiento del dolor neuropático aunque nos basemos en la Medicina basada en la evidencia, ya que hay pocos estudios clínicos realizados en los mayores de 75 años.
Antiepilépticos: se suelen emplear en cuadros clínicos distintos a los estrictamente epilépticos, entre los que están el dolor neuropático, principalmente en la neuralgia postherpética, aunque hay que tener en cuenta las reacciones adversas que a veces provocan en los mayores.
Opioides: actualmente está demostrada la eficacia de los opioides en distintos tipos de dolor neuropático, aunque se consideran agentes de segunda o tercera elección por los posibles efectos adversos y las reservas por la dependencia. Aunque en las neuropatías agudas oncológicas y en las exacerbaciones del dolor irruptivo se consideran fármacos de primera elección.
También, se emplean agentes tópicos en el tratamiento del dolor neuropático, principalmente los apósitos de lidocaína al 5 por ciento que producen un efecto analgésico local. Muchos autores lo recomiendan en neuralgia postherpética en pacientes mayores debido a la buena tolerabilidad y eficacia.
Como siempre, será el médico especialista, que conoce las características específicas individualizadas de cada paciente, el que prescriba el tratamiento adecuado y las recomendaciones correspondientes.
¿Qué recomendaciones considera imprescindibles para un envejecimiento activo?
La población española mayor de 65 años es aproximadamente de 9 millones de personas y este aumento está en relación directa con la esperanza de vida que se sitúa ya en 84.1 años.
A medida que aumenta la esperanza de vida, hay también un aumento de las enfermedades crónicas estrechamente vinculadas a la fragilidad y a la dependencia. Por ello, tenemos que hacer todo lo posible para vivir en las mejores condiciones durante largo tiempo y esto se consigue con hábitos y estilos de vida saludables.
La OMS definió el envejecimiento activo como “el proceso de optimización de oportunidades de salud, participación y seguridad con el objeto de mejorar la calidad de vida a medida que envejecemos”.
Adquirir buenos hábitos saludables de vida es la mejor forma de conservar la salud. Y los determinantes claves de salud recogidos en la Conferencia sobre Envejecimiento del año 2012 de la OMS son los siguientes:
Adecuada alimentación y nutrición: La alimentación saludable es fuente de salud, específicamente la dieta mediterránea, y debemos salvaguardar este patrón dietético, mientras que la alimentación incorrecta y desequilibrada constituye un factor de riesgo para la salud y para muchas enfermedades. La OMS aconseja la dieta mediterránea, calificándola de dieta saludable y protectora frente a las enfermedades cardiovasculares, diversos tipos de cáncer e incluso el propio envejecimiento.
Ejercicio y actividades físicas: El ejercicio físico es, sin duda, una actividad que nos ayuda a mantenernos y sentirnos mejor. Ayuda a prevenir problemas de salud y a mejorar algunos de los que se padecen.
Bienestar emocional y estimulación de la actividad mental y la memoria: El bienestar emocional es un estado en el que la persona goza de buen estado de salud mental, ya que una de las mayores preocupaciones es mantener la memoria y el resto de funciones mentales. La estimulación de la actividad mental y la memoria puede fomentarse a través de actividades culturales que promuevan y estimulen las habilidades y capacidades cognitivas.
Eliminar el consumo de alcohol y tabaco: El alcohol, aunque forma parte de nuestra cultura y tradición, genera problemas sociales, de salud y tiene un impacto económico muy significativo.El tabaco, según la OMS, sigue siendo la primera causa de mortalidad y de enfermedades evitables como la EPOC y el cáncer de pulmón.
Implementar los programas de vacunación:Las personas mayores y los pacientes en grupos de riesgo son más vulnerables a padecer una infección, ya que con el envejecimiento disminuyen las defensas inmunológicas y las vacunas pueden evitar enfermedades graves que muchas veces ocasionan la muerte.