Sandra González de Riancho y José Félix Olalla
Farmacéuticos. Sanofi
La digitalización avanza de manera inexorable y está cambiando la sociedad. Hasta la actividad más cotidiana como ir a la compra o desplazarse en autobús deja hoy un rastro indeleble de datos. Sin embargo, en la práctica médica aún queda un largo camino por recorrer y resulta decisivo que se aplique el sentido común y el respeto por las personas y por la privacidad de sus datos. La historia clínica y la receta electrónica ya están aquí, pero en el campo tan sensible de la sanidad nunca ha sido más manifiesto que la vasta maquinaria que se conoce como big data pondrá en marcha la generación de una nueva medicina que modificará nuestra vida. Ante esta apasionante encrucijada, todos los agentes de la cadena sanitaria deben mostrar su legitimidad y contribuir a la construcción de un proceso que mejorará la capacidad de decisión desde el suelo de la evidencia. Lo que hace treinta años se conocía como record linkage y trataba de buscar conexiones, orientadas hacia la farmacovigilancia, entre registros médicos configurados con finalidades distintas, hoy alcanza una nueva dimensión de un potencial desconocido. Pensamos que las compañías farmacéuticas deben aportar lealmente su capacidad de innovación. Son las primeras interesadas en que los pacientes de hoy y de mañana accedan de manera racional a unos cuidados sanitarios mejores y más eficaces. El Real World Evidence (RWE) se define entonces como una herramienta para la interpretación de datos recogidos de la vida real. Complementa a otras fuentes de información y especialmente al ensayo clínico que sigue siendo el instrumento principal para medir la eficacia de un medicamento. Sanofi aporta en estos días la evidencia clínica de más de 15.000 pacientes en el área de la diabetes y ha presentado recientemente los resultados del primer ensayo clínico que compara directamente la eficacia y la seguridad de dos insulinas basales de nueva generación en pacientes aquejados de diabetes tipo 2, no tratados previamente con insulina. Cuando se pretende considerar la experiencia completa del paciente e impulsar modelos orientados a resultados de salud, este es un ejemplo de una estrategia enfocada al proceso clave de toma de decisiones. Al filósofo griego Diógenes de Sinope se le ha endosado de manera impropia el síndrome de acumulación de basura en el hogar, trastorno del comportamiento asociado a la vejez del que él no fue un arquetipo. Pero la imagen actual de un hombre aislado que acumula en su habitación periódicos y documentos antiguos, en definitiva, perturbadores e inservibles, debe servirnos de advertencia. Conservar documentos inútiles, no saber cómo utilizar la información, no poder sintetizar, son en definitiva los riesgos a los que el hombre se enfrenta en esta alborada de la digitalización. Los archivos son innumerables y nuestra capacidad de conservarlos no parece tener límites. Desde el momento en que se diseñan, los registros médicos no pueden ser independientes ni dejarse a una explotación meramente circunstancial. El programa de RWE de la IMI (Iniciativa por los Medicamentos Innovadores fundada hace diez años conjuntamente por la Comisión y la patronal europea de la industria farmacéutica), es un síntoma de que el camino se emprende correctamente.