“Los cambios en la consistencia, la coloración y el olor de la mucosidad pueden dar información de la enfermedad que tiene un paciente”, según ha explicado José Andrés García Romero de Tejada, especialista de la Sociedad Madrileña de Neumología y Cirugía Torácica (Neumomadrid). Una mucosidad normal es blanca o incolora y tiene consistencia gelatinosa. Una persona sana produce un volumen pequeño, que pasa a la laringe, es deglutido de forma inconsciente y se disuelve en el estómago. Cuando se producen cambios, la mucosidad puede dar algunas pistas sobre la salud.
- Cambios en la cantidad: un incremento de la mucosidad de características normales puede producirse en pacientes con bronquitis crónica, rinitis alérgica o un simple goteo posnasal.
- Cambios en la densidad: normalmente, el moco es viscoso, pero un aumento de su densidad suele producirse en infecciones del aparato respiratorio. El esputo purulento se relaciona con procesos inflamatorios pulmonares, como alergias, infecciones o exposición a tóxicos ambientales.
- Cambios en el color: el moco puede tener diferente coloración, más verdoso, amarillento o marronáceo. El color depende del microorganismo implicado, del tiempo de evolución o de la sustancia a la que se haya expuesto el paciente.
- Cambios en el olor: un olor fétido del esputo orienta a una infección por microorganismos anaerobios.