Los cardiólogos perciben que casi la mitad de los pacientes con tratamiento anticoagulante están mal controlados, por lo que confirman la necesidad de mejorar la calidad de la anticoagulación en España. En concreto, el estudio ANZEN analiza la percepción de los especialistas sobre la calidad de la anticoagulación con antivitamina K (Sintrom) en pacientes con fibrilación auricular (FA) no valvular. Más de un millón de pacientes en España padecen esta arritmia crónica que se caracteriza por la aparición de latidos irregulares y descoordinados y que multiplica por cinco el riesgo de ictus y embolia sistémica.
El estudio ANZEN, presentado en el Congreso de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), tiene como objetivo analizar el uso de los anticoagulantes orales de acción directa (ACOD) en España. Manuel Anguita, presidente de la SEC y primer firmante del estudio, explica que “la situación actual no es ecuánime con las numerosas y consistentes evidencias científicas que demuestran resultados significativamente superiores de los ACOD frente a los antivitamina k”.
En su opinión, “pueden influir los requisitos que la Administración solicita a los especialistas para poder prescribirlos, como el requerimiento de visados, que se aprueban solo ocasionalmente”. “Además, sospechábamos que podían existir otros factores relacionados con la percepción de los médicos”, añade.
Trabajo de campo
El estudio ANZEN ha sido promovido por la SEC y cuenta con la participación del 94 por ciento de los servicios de Cardiología de España, en los que se han realizado un total de 588 entrevistas. La propia SEC explica que los cardiólogos fueron entrevistados por una empresa externa durante su consulta, sin haber recibido previamente ninguna indicación. Se les solicitó que accedieran a la historia clínica de un paciente con FA no valvular tratado con antivitamina k y atendido ese mismo día en consulta. Se tomó nota de dos factores que determinan si la anticoagulación está bien ajustada y es eficaz: el International Normalized Ratio (INR), que debe encontrarse entre 2 y 3; y el tiempo de rango terapéutico (TRT), que se considera inadecuado si es inferior al 65 por ciento.
Asimismo, se les solicitó que recordaran los cuatro últimos pacientes visitados con FA no valvular tratados con antivitamina k y dieran su impresión sobre el control del TRT. Los resultados registran que el TRT en los últimos seis meses fue inadecuado en el 60 por ciento de las historias consultadas. No obstante, la impresión de los cardiólogos sobre los últimos cuatro pacientes anticoagulados con antivitamina k visitados fue de una mala anticoagulación solo en el 34 por ciento de los casos.
Para Manuel Anguita, “los resultados de este estudio confirman la necesidad de mejorar la calidad de la anticoagulación en España”. “La SEC defiende desde hace años la modificación del informe de posicionamiento terapéutico de los ACOD y la supresión del visado previo para su prescripción, pero los datos de ANZEN sugieren que es fundamental concienciar a los médicos sobre la necesidad de revisar en cada visita los INR de los pacientes que reciben antivitamina k, y de modificar la pauta de anticoagulación en los mal controlados, incluyendo el cambio a un ACOD. Esto puede hacerse cumpliendo los requisitos administrativos de visado y sin representar una sobrecarga de tiempos en las consultas, como se desprende de los resultados de este análisis”, concluye el presidente de la SEC.
Los beneficios superan a los riesgos
Por otra parte, Pere Doménech, jefe de la Unidad de Trombosis del Hospital Universitario de Bellvitge de Barcelona, señala que “no se puede prevenir estar anticoagulado, una condición que cuando llega lo es para toda la vida”. “La fibrilación auricular es raramente una patología curable; los pacientes con fibrilación suelen necesitar tratamiento anticoagulante de por vida”, añade Doménech, también miembro de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Trombosis y Hemostasia (SETH).
Asimismo, Pascual Marco, jefe de Servicio de Hematología y Hemoterapia del Hospital General Universitario de Alicante, destaca que los beneficios que ofrecen los fármacos anticoagulantes para prevenir ictus y embolias superan a los riesgos de eventos hemorrágicos. Además, “no solo hay que considerar la eficacia y seguridad del tratamiento, sino también la mejoría de calidad de vida”, defiende.
Los cardiólogos detectan la necesidad de mejorar la calidad de la anticoagulación en España
“Pueden influir los requisitos que solicita la Administración a los especialistas para poder prescribirlos, como el requerimiento de visados, que se aprueban solo ocasionalmente”, comenta Manuel Anguita, firmante principal del Estudio ANZEN
El Médico Interactivo
26 de noviembre 2018. 3:45 pm