Con cada nueva ola de COVID-19, se detecta también un aumento de casos registrados de ansiedad y depresión, que parecen estar asociados con la evolución de la pandemia y las medidas de confinamiento
21 de mayo 2021. 11:50 am
Otra de las consecuencias de la pandemia es el impacto directo en la salud mental. Una evolución que además va en paralelo a las restricciones y medidas de seguridad de cada nueva ola. Así lo han analizado desde Cegedim Health Data España. La conclusión es…
Otra de las consecuencias de la pandemia es el
impacto directo en la salud mental. Una evolución que además va en paralelo a las restricciones y medidas de seguridad de cada nueva ola. Así lo han analizado desde Cegedim Health Data España. La conclusión es que
los diagnósticos de estrés por ansiedad aumentaron un 40 por ciento de 2019 a 2020.
Por otra parte, se observa que, en años anteriores, la progresión de casos era más lineal. Siempre teniendo en cuenta algunos picos en determinadas épocas del año, especialmente Navidad. En 2020, en cambio, se ha visto
una fluctuación de los diagnósticos que ha ido muy de la mano de las olas de la pandemia.
Las cifras de este análisis se extraen de su base de datos del mundo real THIN (
The Health Improvement Network). Esta es una potente herramienta con más de 68 millones de registros anónimos de pacientes de toda Europa. De los mismos, cerca de 3 millones son españoles.
Fluctuación de los diagnósticos de estrés
Comenta estos datos Carlos Iglesias, director médico de Cegedim Health Data España.
“En marzo, observamos un descenso significativo de los diagnósticos de estrés. Entendemos que derivado del estado de alarma y el confinamiento domiciliario. A partir de julio y agosto, los casos empiezan a aumentar significativamente.
Llegan a su máximo en septiembre – octubre, cuando se produce un nuevo confinamiento tras el verano”. Este además se junta con la vuelta al cole y el teletrabajo como medida generalizada para muchos trabajadores.
Ante estas cifras, analizan más
concretamente cómo fue “la vuelta al cole” en 2020. Muchas familias tuvieron que enfrentarse al miedo al contagio de sus hijos en las escuelas. Todo ello sumado a las dificultades de conciliación familiar, agravadas por el teletrabajo, las cuarentenas o las clases online. “No es de extrañar que la pandemia de COVID-19 haya contribuido a modificar las cifras de prevalencia de esta enfermedad en nuestro país”. Tanto es así que, d
e los diagnósticos de estrés registrados, más del 67 por ciento estaban en la franja de 18 a 64 años.