Existen tres grupos principales de insulinas: insulina de acción rápida, de acción intermedia y de acción prolongada. Cada una se adapta a las necesidades que presenta cada paciente con diabetes mellitus tipo 2.
14 de septiembre 2023. 12:27 pm
La insulina es una hormona vital para el transporte y almacenamiento de la glucosa en las células, fundamentalmente musculares y grasas. Ayuda a utilizar la glucosa como fuente de energía para el organismo y al mismo tiempo favorece el almacenaje de glucosa en forma de…
La insulina es una hormona vital para el transporte y almacenamiento de la glucosa en las células, fundamentalmente musculares y grasas. Ayuda a utilizar la glucosa como fuente de energía para el organismo y al mismo tiempo favorece el almacenaje de glucosa en forma de glucógeno en el hígado y en el musculo.
La insulina actúa como una llave para permitir que la glucosa acceda a las células. Si la glucosa no puede entrar en las células, se acumula en la sangre produciendo hiperglucemia. Si no se trata, aparecen complicaciones, que pueden ser agudas, como cetoacidosis y la descompensación hiperosmolar.
A largo plazo, las complicaciones crónicas de tener los niveles de azúcar elevados de forma persistente pueden causar, entre otros, daños en los ojos, retinopatía diabética o cataratas; en los riñones, nefropatía diabética o insuficiencia renal; en los nervios, neuropatía diabética, y el corazón. También puede debilitarse el sistema inmune, lo que aumenta el riesgo de desarrollar infecciones.
Grupos de insulinas
Existen tres grupos principales de insulinas: insulina de acción rápida, de acción intermedia y de acción prolongada.
En el primer grupo se incluyen las que se absorben rápidamente desde el tejido adiposo (subcutáneo) en la corriente sanguínea. Se emplean para controlar el azúcar en sangre durante las comidas y para corregir los niveles altos de azúcar en sangre. En este grupo se sitúan los análogos de la insulina de acción rápida: insulina aspart, insulina lyspro, insulina glulisina, que tienen un inicio de la acción de 5 a 15 minutos, efecto pico de 1 a 2 horas y duración de la acción de unas 4-6 horas. También está la insulina humana normal que tiene un inicio de la acción de 1/2 hora a 1 hora, efecto pico en 2 a 4 horas, y duración de la acción de 6 a 8 horas.
Las insulinas de acción intermedia se absorben de forma más lenta. Están indicadas para controlar el azúcar en sangre durante la noche, mientras se está en ayunas y entre comidas. En este grupo se incluye la insulina humana NPH, que tiene un inicio del efecto de la insulina de 1 a 2 horas, un efecto pico de 4 a 6 horas, y una duración de la acción de más de 12 horas, y la insulina premezclada que es NPH premezclada o con insulina humana normal o con un análogo de la insulina de acción rápida. El perfil de la acción de la insulina es una combinación de las insulinas de acción corta e intermedia.
Acción prolongada
Por su parte, las insulinas de acción prolongada presentan la ventaja de que se absorbe lentamente, tienen un efecto pico mínimo y un efecto de meseta estable que dura la mayor parte del día. Su indicación se centra en controlar el azúcar en sangre durante la noche, mientras se está en ayunas y entre comidas. En este grupo se sitúan los análogos de la insulina de acción prolongada: insulina glargina e insulina detemir, que tienen un inicio del efecto de la insulina de una hora y media a dos horas.
El efecto de la insulina se mantiene durante las siguientes horas y es seguido por una duración relativamente plana de la acción que dura 12-24 horas para la insulina detemir y 24 horas para la insulina glargina.
Administración
A la hora de su administración, hay que recordar que hay disponibles varias formas. Está la insulina de bolo, que es una insulina de acción breve o de acción rápida que se administra antes o en el momento de comer para controlar los niveles de azúcar en la sangre de forma inmediata.
Por su parte, la insulina basal es una insulina de acción intermedia o de acción prolongada que se administra para mantener estables los niveles de azúcar en la sangre entre las comidas y durante toda la noche, con una duración del erecto de aproximadamente 12-24h. Y en el régimen bolo-basal, la insulina de acción rápida que se administra en el momento de comer y la insulina de acción prolongada que se administra una o dos veces al día.
Insulinas biosimilares
En este contexto, hay que citar las insulinas biosimilares. El biosimilar es un medicamento semejante al fármaco biológico de referencia (insulina glargina U-100), y tiene una calidad comparable, un perfil de acción similar y una eficacia equivalente. Las fichas técnicas de glargina U-100 y glargina biosimilar U-100 son casi superponibles; por tanto, todas las consideraciones sobre el uso de glargina son aplicables al biosimilar.
El tratamiento con insulina en las personas con diabetes mellitus tipo 2 debe instaurarse, de manera transitoria o definitiva, en pacientes que no están consiguiendo sus objetivos de control glucémico. Esto ocurre en aquellos pacientes con diabetes mellitus tipo 2 cuyas células beta han perdido una parte importante de su capacidad secretora de insulina. Puede utilizarse en monoterapia y asociada a cualquier otro antidiabético.
Insulinización
La insulinización en el momento del diagnóstico se implanta en los pacientes con diabetes mellitus tipo 2 que están sintomáticos, con una pérdida de peso inexplicable por otra causa, cetonuria intensa o síntomas cardinales de diabetes; tienen HbA1c > 10 % o niveles de glucemia > 300 mg/dl.
Estas situaciones se consideran urgentes para iniciar tratamiento con insulina para disminuir la glucotoxicidad.
Para la elaboración de este artículo se ha contado con la colaboración de los doctores especialistas en Atención Primaria Manuel Vicente Cercos Aparisi, Pedro Romero de Ugarte y Luis Emilio Planelles Herrero; María Jesús Chinchetru, Luis Muñoz de Dios, Fernando Gallo Trébol y Alfonso Jiménez Galán, de Logroño, y Edurne Madoz Zubillaga, Ana Resano Igal y Cesar Blazquez Castellanos, del Centro de Salud Rochapea, Pamplona.