El XXXIX Congreso Nacional de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), que se celebró en Burgos del 21 al 23 de noviembre, arrancó con casi 3.000 asistentes y 1.500 comunicaciones presentadas. Durante la rueda de prensa de su presentación, su presidente, Antonio Zapatero, reivindicó el papel clave del médico internista en el sistema de salud. “Uno de cada cinco pacientes recibe el alta hospitalaria por parte de un internista. Eso supone que, con un coste medio por alta de unos 4.500 euros, estamos gestionando más de 3.000 millones de euros anuales”, incidió el especialista.
A pesar de estos datos, “somos una especialidad desconocida para los ciudadanos”, recalcó Ricardo Gómez Huelgas, vicepresidente 1º de la SEMI. En este sentido, Zapatero señaló que a los internistas les cuesta explicar qué es lo que hacen. “Vemos a pacientes mayores, en torno a 77 años y con una media de tres o cuatro enfermedades, pero, aunque ha aumentado la esperanza de vida, no viven mejor”.
Este es, según Zapatero, el gran desafío de todos los servicios: cómo atender a esa población. “Nuestra especialidad tiene que ser clave junto a Atención Primaria en la atención de la cronicidad. Los hospitales son sitios pocos seguros para los pacientes (duermen mal, pierden masa muscular, sobremedicación…)”, ha hecho hincapié el presidente de la SEMI. Por ello, expone que la Medicina Interna está trabajando junto a los servicios de AP en abordar retos organizativos en crónicos.
Apuesta por el ‘generalismo’
En un panorama sanitario marcado por la cronicidad, los especialistas también recalcaron durante la presentación la importancia de apostar por el ‘generalismo’, por especialistas que sepan de todo, “y ahí la Medicina Interna juega un papel importante”, comentó Zapatero.
“Nuestro sistema sanitario tiene un problema serio de sostenibilidad. Es muy eficaz para dar respuesta a determinados problemas de salud específicos, pero incapaz de dar respuesta al nuevo paciente: de edad avanzada, con pluripatologías y que requiere un abordaje individual”, explicó Gómez Huelgas.
“Lo que no se puede pretender es que aumente un 21 por ciento nuestra actividad sin tener recursos”, denunció Zapatero, que apostilló que es necesario que las instituciones se den cuenta de que la puesta en marcha de una atención a la cronicidad precisa de recursos no solo médicos, también de Enfermería, trabajador social, farmacéutico y recursos sociales.
Gestión clínica
Durante la mesa de gestión clínica, uno de los temas abordados fue el abuso de los medicamentos. “La sociedad en la que vivimos piensa que hay un medicamento para cada problema. Es mucho más cómodo quedarse en el sofá y tomar un comprimido”, incidió Cristina Roure, directora de farmacia integral del Consorcio Sanitario de Terrassa, en Barcelona.
En su opinión, la población está afectada por hábitos de vida pocos saludables, “pero no creo que lo tengamos que solucionar con medicamentos, ya que más del 50 por ciento de los mayores de 45 años son candidatos a hipertensivos en Estados Unidos, y el 40 por ciento de los niños en España tiene obesidad. Si vamos a medicar todo esto, vamos hacia la medicación masiva”, recalcó.
Para la especialista, la solución es el ejercicio. “La actividad física es la inversión con más retorno en salud para cualquier persona: tiene más indicaciones que cualquier fármaco, la dosis necesaria es modesta, solo 30 minutos diarios, tiene una eficacia similar o superior a la de los fármacos, y más segura y barata”, explicó.
Por su parte, Julio Mayol, director médico del Hospital Clínico San Carlos, en Madrid, ofreció una charla sobre medicina de precisión en la que expuso los cinco problemas del sistema: variabilidad no deseada de la calidad, efectos adversos, desperdicio de recursos sin beneficio, desigualdades, e inequidades y fracaso en la prevención de enfermedades prevenibles.
Ante esto, “hay tres impulsores potentes del cambio, que son los pacientes, puesto que la información les es accesible; la actualización del conocimiento y el desarrollo TIC”, comenta Mayol, quien considera que la transformación del sistema pasa por un nuevo modelo de práctica (pasar del servicio al valor), una nueva forma de pensar y una nueva tecnología, la digitalización.
El director médico del Hospital Clínico San Carlos considera que los sistemas de información actuales no responden a las necesidades. “Es necesario cambiarlo para hacer inteligencia de negocio. Es decir, necesitamos saber lo que pasa con los pacientes en tiempo real, y eso requiere reconfigurar los modelos de historia clínica. Con los de ahora, basados en paquetes cerrados, no sirven para la medicina individualizada”. Además, “tenemos que empezar a hacer guías clínicas computarizadas. Nos ayudan a tomar decisiones y es una manera de educar a los residentes”.
Demasiada exigencia a los pacientes
Al paciente cada vez se le exige más. Un paciente empoderado, que tiene que poner de su parte, y cuya carga de tratamiento es pesada e insostenible, sin que el médico tenga en cuenta la capacidad que tiene para poder llevar a cabo su cuidado. “Les estamos exigiendo mucho a personas enfermas. Y si no cumplen, les decimos que no hay manera de ayudarle porque no están participando. La Medicina, en lugar de ser un lugar donde dar ayuda, es donde algunos pacientes encuentran la crueldad como respuesta del sistema”, incidió Víctor Montori, de la Clínica Mayo, en Minnesota.
El experto de la Clínica Mayo ha denunciado los efectos negativos de la industrialización de la Medicina. “Tenemos pacientes mayores, pluripatológicos, que no están saludables. Mucha Sanidad, pero poca salud. Y esto se debe a que con la Medicina que practicamos, no podemos apreciar al paciente con alta resolución. No vemos a la persona, no apreciamos su contexto y lo vemos muy rápido”, explicó.
Además, Montori consideró que a esto se suma que hay clínicos que han perdido la emoción de su trabajo. “Hay una epidemia de gente que ya no tiene capacidad de empatía”. Y esta industrialización lleva a la codicia. Uno de los resultados de la codicia “es considerar el dinero como un fin en vez de como un medio”. .
Para Montori, la alternativa a la Medicina industrializada es la Medicina cuidadosa. “Necesitamos un sistema basado en la solidaridad, la integridad, la gentileza, la elegancia como reemplazo al concepto de eficiencia, y el amor”, señala. Por tanto, el experto cree necesario concentrarse en que un objetivo terapéutico debe ser la atención al paciente. “Una de las áreas donde más podemos trabajar es en la relación médico-paciente. Esa conversación entre el paciente y el médico es una droga potentísima que la vamos a perder.
Tras la charla de Montori, el presidente de la SEMI, Antonio Zapatero, reflexionó sobre la importancia de que en las facultades de Medicina se haga ver cuál es la epidemiología a la que se van a afrontar. “Darles herramientas para que sepan gestionar y que sepan que la relación con los pacientes tiene que ser diferente”, y apostilló: “el arma más tremenda de tecnología que tiene el médico son las manos. La esencia del médico es la entrevista clínica y no sé si los jóvenes tienen la idea de esta importancia.”
Nota: Este reportaje es una recopilación de informaciones elaboradas durante el XXXIX Congreso de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), celebrado del 21 al 23 de noviembre en Burgos. Actualmente, hay fuentes en el texto que ostentan cargos diferentes.
Los internistas reivindican su papel clave en cronicidad
El Congreso de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) se ha celebrado del 21 al 23 de noviembre en Burgos
Ester Crespo
8 de enero 2019. 3:04 pm