“A los médicos la vocación se nos presupone, pero de eso no se vive”. Así de contundente se ha mostrado el doctor José Manuel Cucalón al tratar de explicar la “penosa” situación en la que se encuentran los médicos rurales en nuestro país. Visiblemente molesto, este médico de familia -que ejerce en un pueblo de Zaragoza- ha señalado que los facultativos rurales están desasistidos y ha reivindicado la necesidad de una
reforma intensiva, una reorganización estructural y una planificación del sistema para evitar su desaparición, así como el colapso de la Atención Primaria.
Cucalón es vocal de Atención Primaria rural del Colegio Oficial de Médicos de Zaragoza y ha sido la persona encargada de presentar los resultados del
primer estudio realizado sobre médicos rurales en nuestro país. El trabajo, desarrollado desde la Organización Médica Colegial (
OMC), pone de manifiesto el perfil de los médicos rurales, así como las deficiencias con las que se encuentran a diario en el desarrollo de su labor profesional.
Hombre, entre los 50 y los 60 años, fuertemente sindicado, con necesidad de desplazarse una media de 50 kilómetros a diario para ejercer su labor, sin formación médica continuada, con un salario y unas condiciones laborales precarias, con dificultades a la hora de tener una buena digitalización en su lugar de trabajo, con
el hospital de referencia a unos 30 kilómetros, sin acreditación de su centro para la docencia y, a pesar de todo, satisfecho en su lugar de trabajo.
Solo 11.000 médicos rurales
Esa es la radiografía de los
entre 11.000 y 15.000 médicos rurales que hay en nuestro país, ya que ni siquiera se tiene el dato exacto de los profesionales de la medicina que ejercen su labor en los núcleos pequeños de población. Unos médicos que, de seguir la actual tendencia, están abocados a desaparecer ya que no hay recambio generacional que quiera asumir sus condiciones laborales, subraya Cucalón.
Con los datos en la mano, este médico señala que en cinco años se jubila un tercio de los actuales médicos rurales (el 28%) para los que no hay sustitutos. De cada 10 residentes, 4/5 se quedan en el ámbito hospitalario, y de la otra mitad que va a Atención Primaria
solo 1,5 médicos elige el entorno rural. “Esta escasa aportación en recursos humanos no puede suplir a aquellos que se van jubilando. Existe una fuga en el sistema que se tiene que frenar con planificación. Lo estamos haciendo mal desde la propia universidad”, destaca el vocal.
“No valen parches”
Esta situación es calificada desde la OMC como “insostenible” y exigen una reforma integral de la Atención Primaria. En palabras de Tomás Cobo, presidente de la entidad: “Nosotros hemos presentado en el Parlamento 45 medidas para llevar a cabo la
reforma de la especialidad, porque aquí no valen parches. De entre todas las propuestas, es esencial
que revisen los salarios, la precariedad laboral y la necesidad de la formación médica continuada”.
Cobo sostiene que si hay una especialidad en la que
impacta directamente la precariedad es la de Medicina Familiar y Comunitaria que, como su propio nombre indica, implica conocer a la familia y a la comunidad. “Sin embargo, con contratos de días, semanas o meses -en el mejor de los casos- no se puede conocer ni a una ni a otra y mucho menos cuando los salarios, además, son muy inferiores a la media europea”.
Condiciones laborales y científicas
Ahondando en los datos que refleja el nuevo estudio, los médicos rurales tienen unas condiciones laborales, científicas y personales muy deficientes que se deben tener en cuenta a la hora de abordar las reformas. Uno de los puntos en los que se incide en el informe es que los médicos rurales
tienen que desplazarse a diario para realizar su labor, fuera de sus núcleos de población, además asumiendo los gastos que ello conlleva ya que no están contemplados en el salario en el 88% de los casos.
El estudio apunta a que el 45% de los médicos rurales realiza más de 50 kilómetros a diario para acudir a sus poblaciones de trabajo. El 24% recorre al día entre 10 y 30 kilómetros por carreteras de difícil accesibilidad. El 19% entre 31 y 50 kilómetros y un 13,8% llega a realizar trayectos de
entre 90 y 150 kilómetros cada día.
En cuanto a las condiciones científicas, dos tercios de estos profesionales están asociados a alguna sociedad científica, la mitad están sindicados y la mayor parte
ni son colaboradores docentes ni tutores de residentes. Esto es así porque hay muy pocos centros rurales acreditados para la docencia, más de la mitad no lo son. También la mitad de los encuestados asegura no sentirse representado por el Colegio Oficial de Médicos al que pertenece, algo a lo que Cobo señala que lo tendrán en cuenta de cara a futuras acciones de la OMC.