En la vida laboral los principales problemas para llevar a cabo los cambios necesarios para el control del diabético son la alimentación, al tener que comer fuera de casa; el horario laboral, donde queda poco tiempo libre para poder hacer ejercicio; las revisiones, a las que no acuden si son cada poco tiempo, y olvidar la toma de la medicación de forma adecuada.
En cuanto a los miedos más frecuentes en el diabético recién diagnosticado, la propia enfermedad, su tratamiento, su influencia en la calidad de vida, la herencia, las posibles complicaciones, la disminución de la esperanza de vida,… son los más comunes, pero también existe el temor a no ser capaces de llevar a cabo todos los cuidados necesarios, o de no llevarlos adecuadamente. La actitud ante la situación y cómo afrontar esas inquietudes resulta fundamental para la vida del diabético, y especialmente para su calidad de vida.
Miedos
Los miedos más frecuentes que manifiestan los pacientes están relacionados sobre todo en los insulinizados con el número de hidratos de carbono que están ingiriendo, así como el temor a sufrir hipoglucemias, obesidad, neuropatías, retinopatías, nefropatías y todas las complicaciones que a largo plazo les puede producir la diabetes.
El diagnóstico de la diabetes en cualquier persona supone un cambio sustancial en su forma de vida y la adaptación a la nueva situación dependerá de la actitud del paciente ante el cambio. El control de la diabetes se basa en cuatro pilares: tratamiento, dieta, ejercicio y autocontrol. La integración de la enfermedad en la vida diaria del paciente y en su vida laboral irá ligada a una detallada educación diabetológica y a la cumplimentación de los objetivos planteados por su médico. Lo más recomendable es aplicar a cada paciente un tratamiento individualizado.
Cualquier variable que se produzca en la vida del paciente diabético puede tener un importante impacto en el control y desarrollo de la enfermedad. Desde el momento del diagnóstico es importante tanto para el equipo sanitario como para el paciente conocer la influencia que tienen en su enfermedad, los hábitos, el entorno donde vive y el tipo de actividad laboral y horario que realiza.
Implicación del paciente
Tras recopilar dicha información, será conveniente analizar en qué forma influirá todo esto en su enfermedad para establecer las pautas terapéuticas y el asesoramiento que se ofrece al paciente adaptándolas al máximo a sus condicionantes personales.
El paciente deberá formar parte de este proceso, explicándole desde el principio que él será el principal responsable del tratamiento con su autocontrol. Las pautas se centran en lograr que desarrolle unos buenos hábitos de autocuidado para su situación individual. Para conseguirlo, se puede fomentar la interacción entre diabéticos de edades similares para el intercambio de información sobre aspectos relacionados con el adecuado autocontrol en situaciones cotidianas de la vida o la recomendación de web donde expertos en el tema y otros pacientes comparten sus vivencias, brindan consejos y novedades.
Cumplimiento
En cuanto al incumplimiento farmacológico, es más alto con los antidiabéticos orales que con la insulina. Los pacientes más cumplidores son los que tienen más tiempo libre, aunque el diabético joven suele cumplir mejor, realizando ejercicio físico, corrigiendo la dieta y tomando la medicación.
Las visitas a la consulta disminuyen según las tareas y los trabajos que tienen los pacientes, pues evitan faltar al trabajo. No acudir a la consulta, lo suelen justificar por la falta de tiempo que disponen en su trabajo y la poca importancia que algunos pacientes le dan a la enfermedad a pesar de ser necesarios los controles y análisis, ello implica mantener sus niveles de glucosa más elevados de lo normal, buscando muchas veces soluciones de adaptación a los cambios que precisa el cuidado de la diabetes.
En pacientes mayores y polimedicados utilizar dispositivos de administración mejoran el cumplimiento. También la intervención de Enfermería, farmacia y educación diabetológica lo mejoran.
Controles
La mayoría de pacientes diabéticos acude a controles en las fechas indicadas y de forma regular. Los pacientes activos laboralmente se hacen más autocontroles y se les cita con menor frecuencia, puesto que se sabe que no acudirán si coincide con horario laboral. Además, se adapta el horario de mañana o de tarde para facilitar la accesibilidad.
Para poder gestionar la pérdida de horas laborables, se extiende justificantes de asistencia tanto en la consulta médica como en la de Enfermería.
Para la elaboración de este artículo se ha contado con la colaboración de los doctores especialistas en Medicina de Familia Manuel Aguirre Pardillos, Juan Dimas García, Heliodoro Ibáñez Bargues y Fernando Fenollosa Adam, del Centro de Salud Sueca; Mª Victoria Donet Yagüe, Pascual Llop Uso, José Nova Álvarez y Óscar Sala Lajo, del Centro de Salud Serrería II, Trafalgar, ambos en Valencia; los especialistas en Atención Primaria, Salvador Muñoz Sapiña, del Centro de Salud Guillem de Castro; Esther García Martinez, Centro de Salud Torrent 1; Joaquín Collado Peiró, del Centro de Salud Gil y Morte; Amparo Roig Carbo, del Centro de Salud Nou Moles, y Mª José Jover Andreu, del Centro de Salud San Isidro.
Los objetivos de control del diabético se deben adaptar a su vida laboral
El diagnóstico de la diabetes en cualquier persona supone un cambio sustancial en su forma de vida y la adaptación a la nueva situación dependerá de la actitud del paciente ante el cambio
Clara Simón
18 de noviembre 2019. 12:20 pm