El síndrome metabólico es un conjunto de alteraciones metabólicas consideradas como un factor de riesgo para el futuro desarrollo de enfermedad cardiovascular y diabetes. El perfil que se suele ver en la consulta es un paciente de mediana edad, obeso, hipertenso de larga evolución con dislipemia aterogénica (HDL bajo y hipertrigliceridemia) y alteración hidrocarbonada, lo que favorece que aparezca enfermedad cardiovascular a edades más tempranas. La prevalencia oscila entre el 15-20% de pacientes que acuden a consulta de riesgo cardiovascular.
Este síndrome está constituido por la presencia de 3 de los siguientes factores de riesgo: hipertensión en tratamiento o PA >130/85 , triglicéricos elevados > 150 mgr/dl, HDL bajo < de 40 en varones y < 50 mgr/dl en mujeres, obesidad central con un perímetro cintura > 102 cm en varones y > 88 cm en mujeres y glucemia en ayunas > 100mgr/dl o tomar tratamiento para la diabetes.
De los cinco criterios definitorios del SM los tres que con mayor frecuencia se encuentran en la consulta son la alteración del perfil lipídico con triglicéridos altos y HDL bajos y la hipertensión, aunque la obesidad central acompaña con mucha frecuencia a los tres primeros. En los últimos tiempos se está viendo un aumento de la prevalencia del SM en menores de 65 años. En este tipo de pacientes, que por norma general están asintomáticos, se están viendo reflejadas las consecuencias del sedentarismo y los malos hábitos de vida de la sociedad actual.
Prevención primaria
Como los objetivos de prevención primaria en este grupo de paciente de alto o muy alto riesgo son comunes se abordan de manera conjunta cada uno de los factores de riesgo cardiovascular. Habitualmente y sobre todo desde el abordaje global del paciente que se realiza en las consultas de AP las patologías asociadas al SM se tratan de manera conjunta. Esta es la razón por la que el fármaco de elección para el control de las alteraciones glucémicas sea la metformina, ya que actúa sobre una de las causas de este síndrome metabólico, la resistencia a la insulina.
Del mismo modo el tratamiento de elección para la hipertrigliceridemia son los fibratos y/o las estatinas para lograr los objetivos de control que previamente se deben consensuar con el paciente. Como se trata de una patología asintomática resulta de capital importancia concienciar a los pacientes de la importancia de seguir el tratamiento médico pautado, pactar con ellos los objetivos de control de los distintos factores de riesgo y apoyarse en otros profesionales sanitarios para mantener la implicación de los pacientes y su cumplimiento terapéutico.
Abordaje multidisciplinar
Así, la labor de los enfermeros de AP con los pacientes con síndrome metabólico resulta muy importante, ya que los médicos se deben apoyar en ellos para asegurar el cumplimiento terapéutico, reforzar la concienciación de estos pacientes e intensificar la educación en salud para conseguir unos hábitos de vida saludables. En este último objetivo es donde también pueden ser muy importantes los farmacéuticos; desde sus oficinas de farmacia se debe incentivar la pérdida peso, dejar el tabaco, cumplir el tratamiento prescrito y realizarse los controles rutinarios pautados por su médico. Desde todos los ámbitos de la salud se debe recordar a los pacientes con síndrome metabólico la necesidad de cambiar su estilo de vida para poder ayudar a prevenir futuras complicaciones.
Para la elaboración de este artículo se ha contado con la colaboración de los doctores especialistas en Medicina de Familia José María Pardo Muñoz, Juan de Dios Soto Trigueros, Thaimi Tamayo Ferriol, Silvia Martínez Reig, Elizabeth Iturricastillo Arana, Maria Dolores Hidalgo Navarro, Nieves Ruiz Palazón, María Dolores Marcos Rodríguez, Luis Sánchez Vadillo y el cardiólogo David Sirera Hernández.
Los objetivos de prevención en síndrome metabólico se deben consensuar entre médico y paciente
Clara Simón
30 de mayo 2018. 2:58 pm