Los profesionales de atención primaria (AP) del Sistema Nacional de Salud (SNS) son conscientes de que,
con una mayor formación e inversión tecnológica de bajo coste la AP podría ser
mucho más resolutiva.
De hecho, más del 37 por ciento de los profesionales reconocen que,
si dispusieran de una partida extraordinaria para dotación tecnológica, la invertiría en material informático y nuevas tecnologías.
Esta es una de las conclusiones del
informe elaborado por la Sociedad Española de Directivos de Atención Primaria (
SEDAP) y EL MÉDICO INTERECTIVO, con el patrocinio de la compañía farmacéutica Sanofi, a partir de los resultados de una
amplia encuesta.
En la encuesta han participado no solo directivos de AP, sino también mandos intermedios médicos, personal de enfermería, profesionales de administración y otros colectivos sanitarios que integran la Primaria, con el objetivo de conocer sus problemas y necesidades para mejorar la calidad asistencial.
Preferencias
El 18,26 por ciento de los sanitarios encuestados destinaría el presupuesto en
ecografía, mientras que el 16,44 por ciento lo dirigiría hacia la
formación y el desarrollo profesional en nuevas tecnologías.
De los encuestados, el 15,07 por ciento invertiría el dinero extra en mejorar los
equipamientos, recursos técnicos y material básico y el 12,79 por ciento destinaría el presupuesto al desarrollo de la
telemedicina.
Además de en estas cinco cuestiones, los profesionales de AP señalaron también que sería importante destinar más inversión en la
telefonía de los centros y en la
historia clínica.
Crónicos
Siendo evidente que uno de los retos de la AP es dar respuesta a las necesidades de los pacientes crónicos complejos y frágiles, el informe pregunta a los sanitarios sobre los cambios que introducirían en la gestión de primaria para poder dar respuesta a este reto. Les cuestiona también sobre qué indicador utilizarían para medirlos.
El 17,81 por ciento de los encuestados apuesta por dotar de mayor importancia a los
servicios de enfermería, el 13,70 por ciento considera que hay que rediseñar la
atención a domicilio, y que el 8,90 por ciento apunta a
contratar más personal sanitario.
Los profesionales se refieren a otros cambios, como una mayor implicación de los servicios sociales (6,16 por ciento), y casi 11% responden que crearían unidades especiales para crónicos, además de variar el servicio de Telemedicina.
Historia clínica
Por otro lado, el 8,22 por ciento de los sanitarios de Primaria apuestan por el correcto uso de la
historia clínica y por una mayor
educación y prevención en los pacientes crónicos, además de por dotar de más
herramientas para priorizar las urgencias.
Mientras, solo un 2,05 por ciento se refiere a potenciar la figura del farmacéutico para tratar a los crónicos de AP, un 13,70 por ciento apunta un amplio abanico de cambios que van desde la adecuación de las agencias médicas y de enfermería a la creación de un número de consultas limitadas por pacientes.
También sostienen que hay que cambiar los ingresos hospitalarios por la misma causa y facilitar la aportación de todos los profesionales implicados en las tareas preventivas y de diagnóstico precoz.
Otros cambios
Otras de las variaciones que incluirían en la AP sería una
aplicación de renovación de medicación, revisión y seguimiento automático según un protocolo adaptado al problema de salud crónico y seguido por el equipo sanitario, principalmente una vez estabilizado, por los profesionales de enfermería y farmacia.
Por otro lado, más que gestión de AP, este 13,70 por ciento de sanitarios responde que mejoraría los
recursos de servicios sociales, ya que, por muy bien que lleven a cabo los protocolos para atender a pacientes pluripatológicos, sin recursos sociales se sentirían impotentes para dar respuesta a determinadas necesidades de estas personas y sus familias.
Además, entre otros muchos cambios, los sanitarios de AP consultados pasarían de un modelo de agenda enfermera o médica basada en la demanda a otro
basado en la gestión clínica, con tiempos blindados para la atención a los crónicos.
Indicadores
Sobre los indicadores que los profesionales encuestados utilizarían para medir los cambios anteriormente citados, la lista la encabeza el grado de adherencia y las encuestas de satisfacción.
En lugar destacado también señalan el número de reagudizaciones, la satisfacción de los usuarios y los profesionales, las carteras de servicios, así como los indicadores clínicos específicos y el número de ingresos y atención de urgencias.
Se refieren igualmente a los indicadores de mejora en pacientes inmovilizados y crónicos, al número de ingresos anuales por paciente crónico complejo y al número de días ingresados; también señalan como necesario medir peso de los cupos.
Por último, los sanitarios de AP, a la hora de medir los cambios, tendrían muy en cuenta los ingresos hospitalarios por la misma causa, los resultados en indicadores de salud y la calidad asistencial, citas e interconsultas.