Se estima que podrían ser más de 11.000 los sanitarios afectados, 2.000 de ellos con una gran incapacidad
14 de julio 2021. 1:24 pm
El Instituto Nacional de la Seguridad Social sigue sin reconocer el COVID persistente como enfermedad profesional. En la práctica lo cataloga como enfermedad común, pese a que el Gobierno anunció que los casos de COVID a largo plazo en sanitarios serían considerados como enfermedad profesional. Así…
El Instituto Nacional de la Seguridad Social sigue sin reconocer el COVID persistente como enfermedad profesional. En la práctica lo cataloga como enfermedad común,
pese a que el Gobierno anunció que los casos de COVID a largo plazo en sanitarios serían considerados como enfermedad profesional. Así lo ha denunciado el
Consejo General de Enfermería.
Las
estimaciones iniciales sugieren que 11.000 sanitarios se hallan en esta situación, 2.000 de ellos con una gran incapacidad. Mucho tiempo después de la infección, sufren cansancio extremo, dolores de cabeza, crisis epilépticas, dificultad respiratoria y un amplísimo abanico de síntomas y secuelas del paso del coronavirus por su organismo.
Pese a ello, si bien se ha producido una equiparación en el plano económico con la enfermedad profesional, a enfermeras, médicos o personal de centros sociosanitarios con COVID persistente se les trata como víctimas de una enfermedad común. Sin embargo, el Consejo insiste en que esta debe ser catalogada de enfermedad profesional. Concretamente, para
realizar su seguimiento y control a lo largo de toda la vida por parte de los servicios de prevención y riesgos laborales. Es por ello que los profesionales sanitarios que sufren
un cuadro de COVID persistente se han asociado para denunciar la falta de apoyo de la Administración pública.
Reconocer el COVID persistente como enfermedad profesional
Uno de los problemas que denuncian los profesionales es que
se están dando casos de despidos en los centros sanitarios. En otras ocasiones se deniega al afectado un cambio a un puesto más acorde a su situación actual. Por ello es clave que haya
una adaptación de puestos de trabajo para los profesionales afectados.
Asimismo, desde el Consejo recuerdan que gran parte de estos profesionales contrajeron la enfermedad ejerciendo su labor, sin mascarillas ni EPIS en los primeros momentos. “
Somos ancianas atrapadas en el cuerpo de una enfermera de 40 años”, denuncian algunos testimonios.
“Las autoridades sanitarias deben brindarles todas las prestaciones que necesiten. Por ejemplo,
no hay unidades de seguimiento post-covid para estos pacientes. En las mismas deben poder realizar una valoración global y holística de todas las patologías. También de todos los síntomas que sufren para que puedan tener un tratamiento más acertado”, concluyen desde el Consejo.
