Los síntomas de tracto urinario inferior (STUI) son una de las causas frecuentes de consulta en Atención Primaria. Son especialmente habituales en hombres a partir de los 50 años, sobre todo los relacionados con la hiperplasia benigna de próstata (HBP), aunque también puede ser una causa frecuente de consulta en mujeres con patologías como vejiga hiperactiva. Pese a ello, dado las diversas patologías que se engloban dentro de los STUI, y el aumento de arsenal terapéutico, es necesario dotar al médico de Atención Primaria de más herramientas para poder abordar esta patología desde su consulta y solo derivar a Urología los casos más complejos.
Con el objetivo de facilitar el abordaje de estas patologías, en el marco del 41 Congreso Nacional Semergen ha tenido lugar el taller “Criterios de derivación y manejo integral del paciente con STUI”, que se ha basado en la aplicación a casos prácticos de la nueva guía de esta patología, que lleva el mismo nombre, y que ha contado con la participación de doce sociedades científicas y con la colaboración de Astellas.
Se trata de una guía de referencia para todos los profesionales sanitarios, basada en las recomendaciones para el abordaje de STUI tanto de la Guía del NICE, como de la European Association of Urology. De esta forma, y adaptada a la realidad española, la guía incluye una serie de recomendaciones prácticas y sencillas que permiten un fácil seguimiento por parte de los profesionales, marcando así una diferencia respecto a documentos anteriores.
En palabras de Antonio Alcántara, médico de familia en el Centro de Salud Manuel Encinas de Malpartida de Cáceres, “se trata de una patología que exige un abordaje multidisciplinar y, por ello, están implicados una gran cantidad de profesionales sanitarios”, en referencia a la importancia de contar con el aval de todas las sociedades científicas participantes. No hay que olvidar que los STUI engloban síntomas como nocturia, urgencia de micción, incontinencia, retardo miccional o goteo terminal, que pueden referirse, no solo a orígenes urológicos, sino también a los efectos de ciertos tipos de medicación, o patologías como la diabetes.
Respecto a la relevancia de la guía, Alcántara ha insistido en que es importante contar con herramientas de este tipo en consulta, ya que “los casos de STUI afectan de forma importante la calidad de vida del paciente”. En concreto, los mismos suponen alteraciones del sueño, ansiedad a la hora de hacer vida fuera del hogar, dificultades en la pareja cuando afecta a la esfera sexual, vergüenza ante los síntomas, además de acarrear consecuencias económicas de gastos extra para el paciente, como pueden ser las compresas para las pérdidas de orina. Por esto es necesario concienciar a los pacientes de que este tipo de patología tiene tratamiento, si bien no curativo, sí para aliviar los síntomas, que puede mejorar mucho su día a día.
Pasos a seguir en la consulta
Respecto al abordaje de los STUI en esta nueva guía, la clave está en que gracias a la misma se permite realizar un abordaje más personalizado, pudiendo realizar un acercamiento terapéutico más acertado. Para ello, es importante que los profesionales sean capaces de hacer un diagnóstico diferencial para evitar derivaciones innecesarias, que solo deberían llevarse a cabo en el caso de sospechar que hubiera un tumor, antecedentes de radioterapia o cirugía o en el caso de que sea necesario realizar un estudio más específico ante la inespecificidad de los síntomas. Teniendo esto en cuenta, las patologías más comunes suelen ser la propia hiperplasia benigna de próstata, la prostatitis, la estenosis de uretra, una litiasis urinaria, o la ya citada vejiga hiperactiva.
La siguiente cuestión importante, según Antonio Alcántara, es saber utilizar las pruebas diagnósticas recomendadas y el algoritmo básico para saber qué tipo de tratamiento puede ser el más adecuado, pero “siempre personalizando cada caso”, ya que no todos los pacientes responden igual a todos los tratamientos, ni tienen el mismo perfil de necesidades. Así, por ejemplo, en pacientes con STUI asociados a HBP, es más recomendable la combinación que un 5-ARI si se valora la posible disfunción sexual.
Por su parte, Manuel Ruibal Moldes, Jefe de Servicio de Urología del Complejo Hospitalario de Pontevedra, ha destacado que no solo es importante hablar con el paciente para conocer sus síntomas, sino también para explicar los tratamientos, respecto a la importancia de la adherencia, posibles efectos secundarios y también el manejo de sus expectativas. Según el experto, “el 46,2 por ciento de los pacientes deja los tratamientos, no por los efectos secundarios, sino porque no cumplen sus expectativas”. Sin embargo, “con una buena comunicación médico-paciente se consiguen efectos muy satisfactorios”, ya que no solo contará el tratamiento farmacológico, sino también las recomendaciones respecto a los hábitos dietéticos e higiénicos.
De esta forma, los expertos recordaban que resulta clave en el diagnóstico una buena anamnesis, en la que incluir no solo los síntomas de consulta, sino aquellos que quizás el paciente no hubiera identificado, un examen físico, incluyendo si se precisa un tacto rectal, una analítica que incluya el PSA, una ecografía si el centro de salud cuenta con el mismo, y un cuestionario IPSS para conocer el impacto real en la calidad de vida y poder hacer una diferencia entre el impacto de los síntomas de llenado y de vaciado. Asimismo, si fuera necesario también sería recomendable un diario miccional.
Los STUI precisan de criterios claros para un diagnóstico diferencial y un tratamiento adecuado
Los médicos de Atención Primaria cuentan con una guía clínica actualizada y de fácil seguimiento para el abordaje de los STUI
Silvia C.Carpallo
22 de octubre 2019. 1:42 pm