Falta sensibilización e implicación en algunas especialidades y en los nuevos modelos hospitalarios para abordar el dolor irruptivo oncológico (DIO). En concreto, los expertos citan la falta de implicación de especialidades como Otorrino y Ginecología, así como las quirúrgicas tipo Traumatología, o la Urología. Por…
Falta sensibilización e implicación en algunas especialidades y en los nuevos modelos hospitalarios para abordar el dolor irruptivo oncológico (DIO). En concreto, los expertos citan la falta de implicación de especialidades como Otorrino y Ginecología, así como las quirúrgicas tipo Traumatología, o la Urología. Por el contrario, las que sí se interesan y también tratan el dolor de sus pacientes son Neurología, Medicina Interna, Digestivo y Oncología Médica.
En concreto, las unidades del dolor sí se involucran en el tratamiento del paciente con cáncer, pero últimamente no inician tratamientos con fármacos y directamente ponen técnicas en la mayoría de los casos.
Los motivos de esta aparente falta de sensibilización podrían ser que el médico no se siente cómodo ni lo suficientemente formado o con pleno control del manejo de los fármacos del tercer escalón. Por tanto, no se consigue el objetivo analgésico de los pacientes.
Especialidades como la Cirugía se mantienen como máximo en la pauta de opioides menores, especialmente con el tramadol, pero no suelen subir más. En muchas ocasiones no se termina de alcanzar el resultado analgésico necesario, y son los oncólogos quienes en consulta o planta deben ajustar el tratamiento analgésico.
Prioridad de la evaluación del DIO
La evaluación del DIO no sólo es prioritaria, sino obligatoria. Se debe preguntar siempre al paciente en todas las consultas si tiene dolor, y, en caso afirmativo, es necesario conocer la intensidad y la frecuencia a través de recursos como la escala EVA. Una vez evaluado el dolor, se anota (por protocolo) en su historia clínica (EVA basal y EVA DIO de X intensidad) como parte de su exploración física. En esta evaluación también se debe registrar el estado de ánimo o la manera de afrontar la enfermedad de cada paciente. En la práctica, se dedica mucho tiempo a la evaluación del dolor, sobre todo en primeras visitas; también en las consultas de urgencias, ya que muchos pacientes acuden al hospital porque tienen dolor no controlado y hay que empezar de cero o volver a evaluar este dolor.Tratamiento personalizado del dolor oncológico
El tratamiento del dolor oncológico siempre debe ser personalizado, ya que “cada paciente siente y se expresa de una manera diferente”. De hecho, el dolor depende del tipo de cáncer, y no es lo mismo el de páncreas que el de pulmón, por ejemplo. Además, los efectos secundarios pueden ser distintos en cada persona. En ocasiones, el dolor puede causar limitaciones funcionales severas y complicaciones secundarias, como úlceras, pérdida de masa muscular o infecciones; de ahí la importancia de personalizar su abordaje. Además, se debe tener en cuenta la tolerancia al tratamiento, la vía de administración, así como posibles temores o rechazos a ciertas terapias por parte del paciente. En general, si el paciente llega a Oncología con dolor se personaliza su tratamiento. Es frecuente que se deriven a la unidad de dolor, donde últimamente emplean técnicas muy invasivas para eliminar el dolor, sin probar antes con el tramadol o el parche de fentanilo. En el caso de pacientes en fase terminal, con frecuencia se les pone algún tipo de electrodo cuando la esperanza de vida no es muy larga. Tal vez se está abusando de las técnicas, que, además, suponen un aumento del gasto.Derivación del paciente con cáncer por dolor
La derivación del paciente oncológico por dolor depende de cada hospital, pero, en líneas generales, el proceso es el siguiente:- Unidad del dolor: cuando no se puede controlar farmacológicamente el síntoma; cuando se necesitan técnicas intervencionistas de quirófano, como bloqueos del plexo, bloqueos epidurales, infusor o rescates intratecales, dolores refractarios, neuropatías graves o introducción de parches de capsaicina, etc.
- Oncología Radioterápica: cuando existe una lesión candidata a tratamiento local con radioterapia, como en las afectaciones óseas.
- Psicólogos clínicos especializados: cuando los pacientes necesitan apoyo emocional o psicológico para afrontar su situación.
- Unidades de hospitalización a domicilio: cuando el paciente está en fase terminal o paliativa, cuando le quedan semanas o meses de vida; suelen ser un 20 o 30 por ciento de los pacientes.