Remedios Martín Álvarez preside la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (
semFYC). A la sobrecarga asistencial se suman las prácticas de poco valor clínico. La transformación de Primaria pasa por su valor longitudinal. Se ha visto que mantener el mismo médico de familia durante varios años reduce la mortalidad. Son todo afirmaciones de la entrevista que ha concedido a la
Revista EL MÉDICO.
¿Cuáles son los objetivos prioritarios de la junta permanente de semFYC?
Los objetivos de la junta permanente responden a la situación que en cada momento vive la Medicina de Familia y Comunitaria (MFyC). En la actualidad, nuestra especialidad tiene varios importantes frentes abiertos. Para responder a todos ellos contamos con una junta con perfiles que abarcan todos los ámbitos de la Medicina de Familia, desde investigación, a la formación universitaria, unidades docentes, prevención de la salud dentro del programa PAPPS, el PACAP o Comunicación y Salud. Somos una junta con competencias en todos los aspectos transversales que corresponden al desempeño de la Medicina de Familia, dentro de las estructuras transversales de semFYC.
¿Cuáles resaltaría?
Es importante resaltar que el objetivo principal es recuperar el prestigio de la Medicina de Familia y la Atención Primaria, en un momento complicado como el que vivimos, en el que nos encontramos con una problemática asistencial, con cupos desorbitados y mal dimensionados. Médicos de Familia con marcada sobrecarga asistencial, y realizando aún prácticas de poco valor clínico. Pero también, por supuesto, nos centramos en los problemas de salud, y el abordaje clínico centrado en las personas, porque ante todo somos médicos y médicas de personas, sin olvidar la prevención y la promoción de la salud como pilar fundamental de la Atención Primaria.
¿Cuáles son los principales problemas de la AP?
Sin duda, uno de los que más nos preocupa es la presión asistencial. Y lo es porque no podemos atender a nuestros pacientes como queremos hacerlo. Con los cupos que tenemos, no disponemos del suficiente tiempo para practicar la Medicina clínica que queremos, la que sabemos que salva vidas, la que previene y atiende a pacientes con patologías crónicas o problemas agudos.
¿Qué solución proponen?
Perseguimos un cambio importante en la AP para conseguir medidas tan importantes como mantener la longitudinalidad, una de las herramientas más poderosas que tenemos en MFyC para asegurar la eficiencia y sostenibilidad del sistema sanitario. Recientes estudios internacionales afirman que mantener el mismo médico de familia durante varios años puede llegar a suponer un 25 por ciento menos de mortalidad, un 28 por ciento menos de hospitalizaciones y un 30 por ciento menos de uso de urgencias.
En España, ¿hay el suficiente número de profesionales en Primaria?
El problema de la falta de médicos en la AP existe actualmente y se prevé que sea aún más grave en los próximos años. La planificación del número de médicos de Familia necesarios en el SNS no ha sido atendida, y en el momento actual faltan, en gran medida, por la ola de jubilaciones de los primeros especialistas en Medicina Familiar y Comunitaria. Es un tema sobre el que empezamos a alertar hace 10 años. Entonces sí teníamos margen de maniobra, pero la falta de previsión y los errores en la gestión han provocado que esa ola se haya convertido en un verdadero tsunami.
¿Con qué vías se cuenta para ponerle solución?
Para ponerle solución es imprescindible que haya cambios en la AP. Y conseguir la transformación de la Atención Primaria en España pasa por un nuevo modelo de gestión en todas las vertientes, micro, meso y macro.
¿Podría especificar el nuevo modelo?
El nuevo modelo micro deberá estar fundamentado en equipos basados en la triada médico, enfermera y administrativo sanitario. Según este diseño, los tres perfiles profesionales, con plazas perfiladas, desarrollarían su labor hasta su techo competencial realizando prácticas de valor. Con una cartera de servicios óptima para reforzar el principio de subsidiariedad; y una visión de población asignada en base a aspectos cualitativos del territorio. En cuanto al modelo meso, se hace imprescindible la recuperación de las gerencias de Atención Primaria, independientes de las de hospitalaria, con el fin de las gerencias únicas. Y reformas en los centros de salud que faciliten la autogestión con directores asistenciales profesionalizados y proyectos de gestión propios, acorde con las características de los equipos y la población asignada. Por otro lado, se necesitan cambios en los diseños de los centros de salud que faciliten el desempeño de todos los profesionales, asegurando consultas propias y el espacio necesario para el trabajo del equipo. El nuevo modelo organizativo y de gestión macro se centra en asegurar al menos el 25 por ciento de presupuesto sanitario finalista para equipo AP, que sea independiente del presupuesto de farmacia de AP, ambulancias y otros servicios. Y que todo ello se realice con una planificación a largo plazo.
¿Qué relación existe con las distintas Administraciones?
Sin duda tenemos una buena relación de diálogo con todas ellas, desde la ministerial a las distintas consejerías de las comunidades autónomas. Pero es cierto que no todas las administraciones autonómicas tienen la misma sensibilidad a la hora de entender los problemas y, sobre todo, a la hora de buscar soluciones.
¿Les tienen en cuenta a la hora de abordar los problemas asistenciales?
Nos gustaría estar mucho más presentes en las decisiones políticas que nos atañen. A menudo, los políticos no saben de primera mano los problemas de la AP, porque no son usuarios del sistema público. Y eso les dificulta dimensionar sus problemas.
¿Qué factura ha pasado y está pasando la COVID-19 entre los médicos de AP?
La factura es tremenda y podemos decir que aún la estamos pagando. De hecho, la pandemia hizo crecer 16 puntos el
burnout en AP. Estos datos recogidos de un estudio publicado en la Revista
Clínica de Medicina de Familia aportan una idea: los marcadores de
burnout ya eran elevados en 2016, pero en plena pandemia estarían afectando al 36,5 por ciento de los profesionales de este nivel asistencial. De hecho, según este estudio, hay más sanitarios con
burnout, que sin él.
¿Cómo sobrellevan la presión asistencial?
Evidentemente, mal. Pero no porque nos suponga un alto nivel de estrés ante horarios imposibles de cumplir. Lo que verdaderamente llevamos mal es la imposibilidad de atender a nuestros pacientes como sabemos que debemos hacerlo. Los médicos de familia somos médicos de personas. Nuestros pacientes nos conocen, saben nuestros nombres y nosotros los suyos. La relación que se establece con los pacientes es muy especial. De hecho, es lo que más sorprende y lo que más gusta tanto a los residentes como a estudiantes de Medicina.
¿Potenciando la Atención Primaria, el SNS sería más sostenible?
Hasta hace muy poco se decía que la AP era la puerta de entrada al SNS. Ahora ya no decimos eso porque es el eje del sistema, el que centraliza toda la actividad. Es la casa que sostiene el SNS. Con una AP fuerte es posible reducir en un 25 por ciento la mortalidad; un 28 por ciento las hospitalizaciones; y en un 30 por ciento menos de uso de urgencias (datos Savink). El aumento de 10 médicos de Atención Primaria por cada 100.000 habitantes se asocia a un aumento de 51,5 días en la esperanza de vida de estos, según un estudio epidemiológico de datos de población de EE. UU. (Basu S. JAMA Intern Med. doi: 10.1001/ jamainternmed. 2018. 7624).
¿Qué importancia tiene la formación para ustedes?
Es imprescindible. Un médico no puede dejar de formarse; está en continua formación de las novedades que hay en cuanto a patologías, tratamientos... De hecho, precisamente por eso, la formación y la gestión del conocimiento es una de las principales acciones de la semFYC. Puedo decirle que durante el ejercicio 2022-2023 ha habido más actividades formativas que nunca. Cada ejercicio añadimos alguna nueva formación con el fin de incorporar y actualizar todos los ámbitos en los que se desempeña la actividad asistencial de los médicos de familia que son casi la totalidad de los que abarca las especialidades clínicas.
¿Cómo se canaliza esa formación en sus socios?
Tenemos varias plataformas online y campus virtual, para que los más de 22.000 socios puedan acceder a estas formaciones. Pero también se imparten de forma presencial o mixta. En muchos casos, a través de las 17 sociedades federadas, verdaderas arterias de la semFYC, ya que nuestra sociedad científica es una federación. El pasado año hubo cerca de 10.000 inscritos en los distintos cursos de la semFYC, entre presenciales y online. Ese dato es reflejo de la importancia que, como sociedad científica, damos a la formación, a la gestión del conocimiento y a la necesaria actualización del conocimiento como especialidad.
¿Qué papel tiene la investigación en las prioridades de la junta directiva de la semFYC?
En efecto, la investigación juega un papel fundamental en la Medicina Familiar y Comunitaria. De hecho, la junta tiene un claro perfil investigador. Y nos gustaría continuar fomentando esta parte de la especialidad. Para ello, sería necesario facilitar que los médicos de familia sigan investigando, porque en el hospital sí existe una discriminación para investigar. Incluso las becas o los proyectos competitivos tienen una parte siempre hospitalaria y no tanto de Primaria, y ahí tenemos que incidir: en cómo hacer una discriminación positiva a la investigación en Primaria. En la semFYC, además de una sección dedicada en exclusiva a la investigación, cuenta con una revista solo dedicada a originales, Revista Clínica de Medicina de Familia. Fomentamos la investigación mediante premios como el Francesc Borrell o el más reciente, Salvador Tranche, dedicado a nuestro querido presidente, fallecido en febrero 2022.
¿Con qué especialidades tienen más relación a la hora de su labor asistencial?
La Medicina de Familia, por ser una especialidad tan trasversal e integral, tiene relación con todas las especialidades. Por sinergias y por dinámicas conjuntas, sobre todo en el abordaje de pacientes crónicos, tenemos mucho contacto con Medicina Interna. Y también por la parte de atender a alguien a las personas desde la adolescencia hasta el final de sus vidas, con Pediatría.
¿Qué papel tiene FACME en esta relación?
FACME es una entidad absolutamente necesaria que debiera estar presente en todos los países en los que las sociedades científicas tienen un papel importante. Es una organización muy representativa.
¿Tienen relación con sociedades europeas e internacionales?
Desde luego. La semFYC, de hecho, se caracteriza, entre otras cosas, por su fuerte implicación internacional. Tenemos una sección dedicada a Internacional. Formamos parte del WONCA, Organización Mundial de Médicos de Familia, y WONCA Europa, en la que somos muy activos. También formamos parte de la Confederación Iberoamericana de Medicina Familiar (CIMF). Y participamos en proyectos europeos financiados por la Unión Europea como Happy Patient, un proyecto de gran interés cuyo objetivo reducir en un 40 por ciento la prescripción innecesaria de antibióticos en cinco países diana con altos niveles de consumo, entre los que se encuentra España