La neuralgia postherpética es un trastorno neuropático complejo, donde el dolor es la consecuencia directa de la respuesta al daño del nervio periférico producido durante la infección por herpes zóster. La neuralgia postherpética se define como dolor dermatómico que persiste por lo menos durante 90…
La neuralgia postherpética es un trastorno neuropático complejo, donde el dolor es la consecuencia directa de la respuesta al daño del nervio periférico producido durante la infección por herpes zóster. La neuralgia postherpética se define como dolor dermatómico que persiste por lo menos durante 90 días después de la aparición del exantema del herpes zóster.
Este se produce por la reactivación del virus varicela'zóster (VVZ) en estado de latencia en un ganglio nervioso sensitivo y se manifiesta como un exantema vesicular muy doloroso que afecta un solo dermatoma y que en general se resuelve en algunas semanas. El VVZ es un herpes virus neurotrópico que penetra en las neuronas sensitivas durante la infección por varicela en la infancia.
En América del norte y Europa, más del 95% de los adultos jóvenes son seropositivos para el VVZ y, por ello, están en riesgo de sufrir herpes zóster. La incidencia anual de herpes zóster es de aproximadamente 3,4 casos por 1.000 y aumenta a partir de los 50 años. La recidiva es menor del 6% entre personas inmunocompetentes.
Causa disminución de la calidad de vida
Los factores de riesgo de neuralgia postherpética son la vejez y la mayor intensidad del exantema y el dolor durante la fase aguda. La incidencia también es mayor entre personas con enfermedades crónicas, como afecciones respiratorias y diabetes y puede estar aumentada entre pacientes inmunodeficientes, aunque la evidencia es escasa y contradictoria. La neuralgia postherpética produce sufrimiento considerable. Afecta predominantemente a los ancianos y causa disminución de la calidad de vida, del funcionamiento físico y del bienestar psicológico.
La evaluación clínica del paciente debe seguir los principios generales de la evaluación de los pacientes con dolor neuropático periférico. Se deben evaluar las características del dolor y de las perturbaciones sensoriales asociadas. El dolor asociado con la neuralgia postherpética puede ser de tres clases: dolor espontáneo continuo. puntadas paroxísticas y dolores tipo shock eléctrico y sensaciones evocadas, que son ampliaciones patológicas de respuestas al contacto leve y a otros estímulos inocuos (alodinia mecánica) o a estímulos dolorosos (hiperalgesia mecánica).
El examen físico debe incluir la comparación de la función sensitiva en el dermatoma afectado con la del lado opuesto. La pérdida de la función sensitiva en respuesta a los estímulos mecánicos y térmicos es frecuente en pacientes con neuralgia postherpética, al igual que las amplificaciones sensitivas patológicas. En la mayoría de los casos, otra evaluación además de la anamnesis y el examen físico.
Tratamiento
En Atención Primaria es donde se ven la mayor parte de los cuadros de reactivación del virus de la varicela en su forma de herpes zóster. El tratamiento es sintomático. Debido a que el dolor puede persistir durante años o durante el resto de la vida, la medicación suele ser necesaria durante tiempo prolongado. Es importante controlar el efecto de las intervenciones sobre la intensidad del dolor y modificar o suspender los tratamientos que no lo alivian o que tienen más efectos adversos que favorables. Estudios aleatorizados, controlados con placebo, avalan la eficacia de varios agentes tópicos y por vía oral.
Prevención del herpes zóster
La única manera comprobada de prevenir la neuralgia postherpética es la prevención del herpes zóster. La vacunación contra el herpes zóster disminuye significativamente la incidencia de herpes zóster y de neuralgia postherpética. La reducción significativa del dolor se logra en solo menos de la mitad de los pacientes. Se dispone de una vacuna con VVZ vivo atenuado desde 2006. Se la autorizó inicialmente para personas inmunocompetentes de ' 60 años y en la actualidad está autorizada para personas de 50 o más años.
En un estudio aleatorizado en el grupo de más edad, su empleo disminuyó en el 51% la incidencia de herpes zóster y en el 66% la incidencia de neuralgia postherpética. En los pacientes de 70 años o más, la vacuna fue menos eficaz que en los de 60 - 69 años para reducir el riesgo de herpes zóster (reducción del 38%). pero otorgó la misma protección contra la neuralgia postherpética (reducción del 67%). Un estudio similar con personas de 50 - 59 años mostró que la vacuna redujo la incidencia de herpes zóster en un 70%1.
La eficacia de la vacuna para los criterios de valoración de la carga de la enfermedad del herpes zóster y de la neuralgia postherpética quedó demostrada durante un máximo de 48 meses de seguimiento (media: 3,12 años). La vacuna frente al herpes zóster reduce la carga de enfermedad en un 61%. previene el herpes zóster en el 51% de los casos y la neuralgia postherpética en el 67% de los casos, presentando un buen perfil de seguridad.
La vacuna es necesaria debido a que el número de casos va a aumentar porque aumenta la expectativa de vida. El riesgo a lo largo de la vida es del 10%. Además, protege a sujetos mayores de la recurrencia de la infección que afecta a la morbilidad y a la calidad de vida2.
1Autor: Robert W. Johnson, M.B., B.S., M.D., and Andrew S.C. Rice, M.B., B.S., M.D. N Engl J Med 2014.371:1526-33
2 Dr. José Luis Cañada Merino. Centro de Salud de Algorta (Bilbao) Rev Esp Quimioter 2009.22(Suppl.1): 19-21