10 de julio 2019. 10:13 am
La adherencia terapéutica se define como el número total de días de toma de medicación de acuerdo con las pautas del prescriptor durante el periodo de seguimiento. Por su parte, la persistencia se define como el número de días de utilización continua de la medicación…
La adherencia terapéutica se define como el número total de días de toma de medicación de acuerdo con las pautas del prescriptor durante el periodo de seguimiento. Por su parte, la persistencia se define como el número de días de utilización continua de la medicación durante un periodo de tiempo específico. Se puede establecer para cada individuo un periodo de gracia o intervalo permitido para obtener o recargar la medicación prescrita. Así, el cumplimiento describe el grado en que un paciente sigue correctamente un consejo médico. El cumplimiento es básicamente sinónimo de adherencia. Sin embargo, el cumplimiento implica que el paciente siga las pautas prescritas por su médico, mientras que la adherencia supone más una relación médico-paciente.
Existen diferencias en el grado de incumplimiento terapéutico en los pacientes hipertensos, diabéticos o con dislipemia en tanto que son patologías diferentes y con una apreciación diferente por parte del paciente tratado. Una patología con una sintomatología percibida por el paciente conlleva una mejor adherencia al tratamiento; por el contrario, el tratamiento de una dislipemia en prevención primaria, en general, puede asociarse con una peor adherencia. La relación entre el cumplimiento y el grado de control de la hipertensión es directamente proporcional.
Costes adicionales
Así, un incumplimiento del tratamiento puede conllevar no alcanzar los objetivos terapéuticos y un aumento del riesgo de padecer eventos cardiovasculares. El manejo de estos eventos y de otras complicaciones propias del incumplimiento del tratamiento origina costes adicionales para la oficina de farmacia así como para los distintos servicios de salud.
El uso de combinaciones fijas favorece la adherencia al tratamiento y con ello la efectividad del mismo.
Entre las desventajas que se plantean con el uso de combinaciones fijas están el precio y la imposibilidad de modular la dosis de los fármacos en combinación. A la hora de prescribirlas, la opinión del paciente es crucial y se debe consensuar con el mismo el tratamiento de elección para poder alcanzar un mayor grado de cumplimiento terapéutico.
Para la elaboración de este artículo se ha contado con la colaboración de los doctores especialistas en Cardiología Antonio Rojas González y Javier Fuertes Beneítez, Rehabilitación Cardíaca Marta Supervia Pola, en Nefrología Vicente Álvarez Chiva, y en Endocrinología Rosa Mary Baldonedo Costoya y José Manuel Bádenas Sierra, de Madrid.