El colesterol alto manifestado como hiperlipidemia es, junto a la hipertensión arterial, la hiperglucemia y la obesidad uno de los factores de riesgo de enfermedad cardiovascular (ECV) que puede cursar como cardiopatía y accidente vascular cerebral (AVC) u otra arteriopatía. De hecho, el 90 por ciento de los infartos que se producen se asocia a algunos de estos factores o a los efectos concomitantes de todos ellos.
Las ECV son la principal causa de muerte en el mundo, 17,5 millones de personas, el 31 por ciento de todas las muertes registradas, de ellas, 4 millones en Europa y 120.000 en España. Estas dolencias son un quebradero de cabeza en su salud para casi el 40 por ciento de las personas adultas en EE.UU., y en España más de 10 millones de ciudadanos tienen problemas de corazón.
Prevención
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El cardiólogo Xavier García-Moll, del Santa Creu i Sant Pau.[/caption]
Con este mapa de patología, y con el objetivo de reducirla significativamente, a la prevención ―dieta equilibrada, actividad física moderada, no tabaco, no alcohol― y detección precoz, ha de sumarse una eficiente actuación farmacológica.
Las estatinas hacen un trabajo eficaz y son un buen camino en la reducción del colesterol, pero sus efectos secundarios ―especialmente dolor muscular, daño hepático, aumento de la glucemia y efectos neurológicos―
en algunos pacientes, retrae de su uso a muchos de ellos. De hecho, siendo el C-LDL uno de los factores de riesgo cardiovascular más importantes, el 80 por ciento de los pacientes en tratamiento con estatinas no alcanza sus niveles objetivo de colesterol.
Por ello, la importancia de los últimos análisis de simulación
del registro SANTORINI presentados por Daiichi Sankyo en el Congreso de la
Sociedad Europea de Cardiología 2022 celebrado en Barcelona, del 26 al 29 de agosto con la participación de cerca de 20.000 expertos. Los nuevos datos indican que
añadir ácido bempedoico en el algoritmo de tratamiento hipolipemiante podría ayudar a más pacientes a alcanzar los objetivos recomendados de C-LDL.
Simulación del riesgo
Los análisis de simulación del riesgo C-LDL se suman al creciente conjunto de pruebas que indican que
la maximización de las terapias combinadas orales mediante el uso de ezetimiba y ácido bempedoico después de las estatinas, podría dar lugar a un número significativamente mayor de pacientes que alcanzan los objetivos de LDL recomendados por las directrices europeas y, por lo tanto, a la reducción potencial de su riesgo de eventos cardiovasculares.
Los investigadores estudiaron,
mediante una simulación, la adición del ácido bempedoico a la ezetimiba en la vía de tratamiento de los pacientes con alto y muy alto riesgo de sufrir acontecimientos cardiovasculares debido a la hipercolesterolemia, utilizando los datos de SANTORINI
, para evaluar la proporción de pacientes que podrían alcanzar los objetivos lipídicos recomendados por las directrices europeas.
Las cifras presentadas en el Congreso de Barcelona señalan que, de los pacientes que reciben ezetimiba y no alcanzan actualmente el objetivo, se prevé que la adición de ácido bempedoico permita alcanzar el objetivo en un 36% más.
En 6.177 pacientes
El estudio incluyó una cohorte de 6177 pacientes que estaban recibiendo cualquier régimen hipolipemiante conocido con datos de LDL-C y estado de riesgo CV conocido en la línea de base de SANTORINI. Se aplicó un algoritmo de tratamiento a los que no alcanzaban sus objetivos de C-LDL basados en el riesgo al inicio del trabajo, añadiendo primero ezetimiba si no la tenían ya y, posteriormente, ácido bempedoico si no alcanzaban el objetivo.
Los expertos confían en que
el número de pacientes que alcanzan el objetivo recomendado por las directrices europeas aumente de 1.428 (23,1%)
al inicio a 2.455 (39,7%) y 3.677 (59,5%) tras la adición de ezetimiba y ácido bempedoico, de forma secuencial. Además, se espera que la media de C-LDL para toda la cohorte se reduzca a través de esta vía desde 80,33 mg/dL al inicio hasta 69,28 mg/dL y 60,94 mg/dL, respectivamente.
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Kausik Ray, pte. de la Sociedad Europea de Aterosclerosis.[/caption]
Terapias combinadas
Las guías de manejo de la dislipidemia de la ESC/EAS de 2019 recomiendan que los objetivos de C-LDL para tratar a los pacientes con alto y muy alto riesgo de eventos CV sean <70 mg/dL y < 55 mg/dL, respectivamente.
Pero investigaciones anteriores del registro SANTORINI muestran que solo el 20,1% de los pacientes habían alcanzado su objetivo de C-LDL basado en el riesgo, con unos niveles medios de C-LDL comunicados en el contexto clínico de 93.2 mg/dL, muy superiores a las recomendaciones de las directrices europeas.
Para aquellos pacientes que siguen teniendo un alto riesgo residual de sufrir eventos CV debido a los niveles elevados de C-LDL, las directrices recomiendan un tratamiento más intenso, incluyendo el uso de una terapia combinada.
Objetivos lipídicos
“Las sinergias que existen en el uso del ácido
bempedoico además de la ezetimiba para que un mayor número de pacientes logre los objetivos lipídicos recomendados y que, por ello, reduzcan su riesgo de patología cardiovascular aterosclerótica son evidentes; otra cosa es que se aplique menos de lo necesario por razones no estrictamente médicas”, subrayó el doctor Xabier García-Moll, jefe clínico de Cardiología del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau.
El profesor Kausik Ray, catedrático de Salud Pública y presidente
de la Sociedad Europea de Aterosclerosis, e investigador principal de SANTORINI, reconoce que muchos pacientes de riesgo aún no alcanzan los objetivos recomendados, “y los datos ofrecidos en el Congreso refuerzan las recomendaciones de las directrices de que debemos intensificar el tratamiento para aquellos que presentan los niveles más altos de riesgo de sufrir infartos de miocardio e ictus”.
Tal y como indica este cardiólogo, consultor honorario, director de la ICTU Global y subdirector de la Unidad de Ensayos Clínicos del Imperial College de Londres, “
los datos de la simulación proporcionan una indicación positiva de cómo podemos ayudar mejor a nuestros pacientes a alcanzar sus objetivos de C-LDL en la práctica clínica y, en última instancia, mejorar sus resultados'.
Identificar los riesgos
En otro subanálisis del registro SANTORINI de 9.044 pacientes, los investigadores estudiaron los factores de riesgo CV en pacientes con y sin antecedentes de enfermedad cardiovascular aterosclerótica (ASCVD, por sus siglas e inglés).
Los factores de riesgo CV o de ASCVD fueron comunes en los pacientes del estudio SANTORINI. La hipertensión fue el factor más común tanto en los que tenían como en los que no tenían ASCVD,
mientras que la diabetes y la hipercolesterolemia familiar fueron más prevalentes en los pacientes sin ASCVD frente a los que tenían ASCVD (44,6 frente a 30,3% y 18,6% frente a 7,2%, respectivamente).
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Stefan Seyfried, vicepresidente de Asuntos Médicos y Medicamentos Especializados de Daiichi Sankyo Europa.[/caption]
El control de la ASCVD está relacionado con los factores de riesgo individuales; cuanto mayor sea el riesgo, más intensa será la intervención necesaria. Por lo tanto, es crucial identificar con precisión el nivel de riesgo para garantizar una solución a medida para la prevención de la ASCVD y reducir el impacto entre los pacientes.
Práctica clínica
El doctor Stefan Seyfried, vicepresidente de
Medical Affairs Especialidades de Daiichi Sankyo Europe GmbH, sostiene que los datos de SANTORINI presentados durante el congreso de la ESC muestran que
el riesgo CV de los pacientes, tanto con como sin ASCVD, está subestimado en la práctica clínica, limitando potencialmente la prevención de ASCVD en toda Europa.
En esta línea, Seyfried remarca que desde Daiichi-Sankyo Europe entienden la necesidad de apoyar y trabajar con la comunidad clínica para seguir integrando las directrices de la EAS/ESC en la práctica clínica habitual. “
Estamos comprometidos a trabajar junto a los clínicos para ayudar a reducir el número de vidas que se ven afectadas por la ECV cada día, explorando el verdadero impacto de la ECV en la atención clínica, a través de estudios como SANTORINI”, apostilla.