Algunas comunidades autónomas como Galicia, Asturias, Castilla y León o Andalucía llevan tiempo apostando por la gestión clínica y pilotando diversas experiencias, pero es una realidad que todavía ni si quiera se tiene claro qué se entiende por gestión clínica. Para abordar este tema, la Federación de Asociaciones Científico Médicas de España (FACME) ha realizado unas jornadas con diversos agentes sanitarios para dejar claro un mensaje, y es que 'los profesionales tienen que asumir el liderazgo de la gestión', en palabras de Carlos Macaya, presidente de FACME. Es un momento clave para abordar esta cuestión, y es que tal y como Macaya anunciaba, dentro del pacto que el Foro de la Profesión Médica estableció con el Ministerio de Sanidad el pasado año, recientemente se ha consensuado un documento sobre gestión clínica, el tercer pilar de este pacto, que esperan que pronto llegue al Consejo Interterritorial para su aprobación. 'Lo que quiere la ministra es normativizar el tema', aportaba Macaya, ya que el objetivo es tener una regulación que permita que la gestión clínica 'pueda ser utilizada en todas las CC.AA'.
Respecto a las características de dicho documento Carlos Macaya solo adelantaba que 'es muy general, ya que no puede entrar en detalles de tipo operativo de cada unidad'. Lo que sí dejaba claro Fernando Carballo, vicepresidente de FACME, es que lo esencial era 'que el modelo esté claro, ya se han disipado muchas dudas, y ahora lo que tiene que hacer es una acción política que defina estas Unidades de Gestión Clínica'.
Formación y herramientas de gestión
Más allá del impulso político, lo que precisa la gestión clínica es la implicación de los profesionales, y según FACME 'la mayoría de los profesionales están a favor de la gestión clínica'. Así Carballo señalaba que para avanzar lo importante es 'que nos entrenemos', sacando a coalición herramientas en formación en gestión como el Master de dirección de Unidades Clínicas promovido por FACME, que 'no está pensando para obtener un título, sino para cubrir necesidades reales de los líderes de Unidades de Gestión Clínica', es decir, que es una formación práctica pensada desde la perspectiva del clínico y para el clínico. Este master además, en palabras de Carballo, 'conlleva la puesta en marcha de muchos proyectos paralelos'.
Igualmente, los expertos insistían en que para avanzar en gestión clínica es necesario definir realmente qué se entiende por la misma, matizando que 'gestión clínica no es privatización', pero que 'tampoco hay que confundir gestión clínica con ahorro, sino que hay que traducirlo por eficiencia'. Esta eficiencia era explicada en términos prácticos, no en ahorrar costes, sino en ser capaz de tratar a más pacientes con los mismos recursos. Así, Antonio Zapatero, tesorero de FACME, apuntaba que 'ya hay experiencias en este país que funcionan y que tenemos que desarrollar', pero para ello son necesarias herramientas que permitan medir lo que se hace, para una mejor evaluación. 'Lo que interesa es gestionar eficientemente, conocer los costes, pero sobre todos los resultados, la eficiencia no es más que ahorro sino se acompaña de ese valor en salud', concluía Macaya.