¿Cuáles son los retos a corto, medio y largo plazo de la Sociedad Española de Medicina y Cirugía Cosmética (SEMCC)?
Desde hace muchos años lo que pretendemos es consolidar oficialmente nuestra actividad profesional en el marco de la acreditación prevista por la Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias (LOPS), en razón de la formación de postgrado y continuada perfectamente estructuradas que han recibido nuestros compañeros. Para ello se han definido una cartera de servicios, que constituye la base para la autorización de las unidades de Medicina Estética en centros sanitarios, y unos programas de formación que las mejores universidades públicas y privadas españolas han revisado, aprobado y propuesto como másters propios. entre ellas, la Universidad de Barcelona, la primera Universidad española que aparece en el Academic Ranking of World Universities del año 2012, con una puntuación en actividad de investigación por encima de muchas universidades con mayor puntuación global.
Además, recientemente el Gobierno de Bélgica ha aprobado la creación de la especialidad de Medicina Estética, y aunque los modelos de especialización son muy distintos resulta una buena referencia a nivel europeo. En este sentido, estamos evaluando el diseño de un programa único de formación para la Medicina Cosmética, Estética y del Envejecimiento Fisiológico que pudiera validarse para toda la comunidad europea. tendría mucho sentido porque si se pretende que en la CE exista libre circulación de profesionales, lo lógico sería que la formación y la titulación fueran equivalentes.
Por eso mismo cobra pleno sentido la creación de la marca Beauty and Health European Quality Mark (BHEQM), una acreditación de calidad y excelencia que permitirá a los pacientes identificar centros y servicios sanitarios que les ofrezcan efectividad y seguridad, y a los profesionales disponer de un marco y un reconocimiento complementarios al de su formación y capacitación para demostrar su buen hacer.
La acreditación Beauty and Health European Quality Mark (BHEQM) es una iniciativa de los profesionales del sector y las sociedades científicas que los reúnen, gestionada por una entidad independiente de reconocido prestigio internacional en el ámbito de la excelencia europea (Modelo EFQM) y la acreditación sanitaria. Es una acreditación privada y voluntaria. Los requisitos de la Marca BHEQM están recogidos en una especificación que ha sido elaborada y revisada por expertos en Medicina Cosmética, Estética y del Envejecimiento Fisiológico de las sociedades científicas que avalan la Marca.
Todo el proceso de solicitud y obtención de la Marca es sencillo y está basado en asegurar el cumplimiento de los requisitos de la especificación de la misma. Así pues, la excelencia se conseguirá a través del reto de superar unos determinados estándares, recogidos en un libro blanco que contempla, entre otras muchas cuestiones, aspectos relacionados con las instalaciones, el personal, los procedimientos, los protocolos documentales, la seguridad, la comunicación y la publicidad, la gestión, las relaciones económicas, etc.
¿Cuál es la situación actual de la especialidad de la Medicina Estética y del sector de la estética y la cosmética en España?
Es el fiel reflejo de la situación del mercado en general y que afecta a todos los sectores de la economía. El dinero no existe o no circula como lo hacía y esto determina que, en el contexto de una Medicina considerada, sin serlo, como simplemente satisfactiva, los pacientes estén haciendo ahorros. Esto se traduce en una reducción del número de visitas y de tratamientos y en una modificación significativa de la tipología de los mismos. Por ejemplo, en este momento, predomina el recurso a tratamientos médicos frente a los quirúrgicos ya que estos, por un lado, son lógicamente más costosos por sí mismos y además, posiblemente, impliquen un ingreso hospitalario y una ausencia laboral lo cual muchos pacientes, en la situación actual, no se pueden permitir. Por esta razón, muchos deciden realizar procedimientos mínimamente invasivos, como son la gran mayoría de procedimientos médicos. son normalmente menos costosos, resultan compatibles con la vida habitual, no suelen implicar consecuencias (heridas, hematomas, vendajes, etc.) aparentes. Por ejemplo, la sensible disminución del número de liposucciones que se practicaba ha sido compensada con el notable incremento de procedimientos de lisis adipocitaria como las infiltraciones lipolíticas, el láser, los ultrasonidos, la radiofrecuencia o el frío. La cirugía capilar (trasplante) podría dejar paso al implante de biofibras sintéticas si éstas llegan al grado de eficacia y seguridad que se les exige. El lifting de la cara y el cuello podría ser sustituido por la implantación subcutánea de hilos tensores. Sin olvidar todo lo que se puede conseguir con la toxina botulínica, los trasplantes de grasa propia y los materiales de relleno tisular, los peelings, etc. Y todo lo que suponen los procedimientos de bioestimulación con factores de crecimiento autólogos y células madre.
¿Cuáles son las intervenciones más demandadas?
En el caso de la Cirugía, la más demandada, en mujeres, sigue siendo la liposucción, le sigue la Cirugía de mamas, y a continuación la Cirugía facial. En hombres, la más demandada es la Cirugía facial (fundamentalmente la blefaroplastia), incluido el trasplante capilar, y a continuación la liposucción.
En síntesis, ¿cuáles serían las principales debilidades, fronteras y preocupaciones de la profesión? Por el contrario, ¿sus fortalezas actuales?
La gran fortaleza es que se trata de un sector con un target prácticamente universal: cualquier ser humano es un posible cliente. Así como, afortunadamente, no todos seremos 'clientes' de un reumatólogo, lo cierto es que, en una situación económica normalizada, todos somos potenciales clientes en este sector, porque es inherente al ser humano el deseo de aumentar su calidad de vida a través del binomio belleza y salud: mejorar total o parcialmente las patologías estéticas, sean constitucionales o adquiridas por cualquier causa, incluso las juzgadas como tales por el propio individuo. y también aquellas patologías, así como los estados de disconfort general (memoria, sueño, sexualidad, etc.), consecuencia del envejecimiento fisiológico.
Por otra parte, en este momento, los países emergentes del Este, India, Pakistán, China, Corea o Japón, están siendo punteros en estos procedimientos y es un marco que habrá que analizar. Y también lo que puede significar el inconvenientemente llamado turismo sanitario.
Por lo que se refiere a la prestación de los servicios, visualizamos tres niveles: el estrictamente profesional, a cargo de médicos específicamente formados, capacitados y titulados. lo que denominamos 'self-service' o autoconsumo por la irrupción masiva en el mercado de aparatos y productos de uso domiciliario, que resultan de fácil acceso (Internet, parafarmacias, centros comerciales, etc.). y un tercer nivel representado por la proliferación de profesionales, la mayoría de las veces no sanitarios, que reclaman su cuota de mercado y que, con sus actuaciones, se mueven en el terreno de la alegalidad y rozan muchas veces la ilegalidad.
Ante esta situación nosotros queremos reafirmar que, en el estado actual del conocimiento científico, la Medicina Cosmética, Estética y del Envejecimiento Fisiológico es MEDICINA con mayúsculas: se conocen perfectamente las bases fisiopatológicas de todas y cada una de las patologías estéticas, sus causas, su evolución, su diagnóstico en muchas ocasiones (cada vez más) instrumental y, por lo tanto, objetivo, su tratamiento, las complicaciones de los tratamientos, su prevención y su abordaje, etc. Y, nosotros así lo entendemos, la aplicación de la MEDICINA corresponde exclusivamente a los MÉDICOS. A partir de ahí, otros profesionales sanitarios e incluso no sanitarios (cabrá regularlo específicamente) pueden ser, siempre bajo supervisión médica, 'aplicadores' de procedimientos. Y aún así sería exigible una formación, capacitación y titulación específicas que ahora no existe o, si existe, no es exigida por la Administración.
Finalmente, quiero referirme a una gran fortaleza que intuyo para nuestro sector, si sabemos considerarla adecuadamente. Se trata de la Medicina Regenerativa y Genética que ya tiene y en un futuro inmediato aún tendrá más protagonismo en nuestras actuaciones predictivas, preventivas y terapéuticas. Por eso, en las Jornadas Mediterráneas de Confrontaciones Terapéuticas, celebradas recientemente, participaron personalidades cientÍficas como la Dra. María Blasco, directora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), que nos habló de la telomerasa y de los telómeros en cáncer y en envejecimiento. el Prof. José Mª Ordovás, director del Laboratorio de Nutrición y Genómica en la Universidad de Tufts (Boston, USA), que disertó sobre nutrigenética y nutrigenómica. y el Prof. Joan Sabater, delegado internacional de la World Society of Anti-Aging Medicine, que pronunció una interesante conferencia sobre interacciones entre fármacos, genes y hábitos de vida.
¿Es la crisis un caldo de cultivo para el intrusismo profesional? ¿Qué medidas tiene pensado llevar a cabo la Sociedad para erradicar este problema?
Hay que hablar de dos tipos de intrusismo, el intraprofesional y el extraprofesional. Del primero de ellos no haría falta hablar porque no existe. En España la legislación es muy clara al respecto: el médico es médico y como tal se le confieren todas las atribuciones para realizar cualquier procedimiento diagnóstico o terapéutico, médico o quirúrgico, evidentemente siempre que esté (y pueda demostrarlo) formado y capacitado. Y la formación y capacitación no se adquieren exclusivamente por la vía de acceso a una especialidad (en España, el sistema MIR), fundamentalmente porque la Medicina Cosmética, Estética y del Envejecimiento Fisiológico no existe como especialidad. Decir que en España hay 9.000 médicos haciendo Cirugía Cosmética o Estética, como algunos indican, es una exageración, porque no hay tantos médicos en este sector, porque no todos practican Cirugía y porque, lamentablemente, no hay pacientes para tanto cirujano.
Por lo que respecta al intrusismo extraprofesional existe porque lo hemos generado y favorecido un poco entre todos: minimizando los problemas que ahora sabemos que son verdaderas patologías, devaluando nuestras propias actuaciones (haciéndolas dónde y cómo no correspondía), consintiendo en una probablemente excesiva dependencia tecnológica, etc. Ahora va a costar reconducir la situación pero lo estamos intentando, promoviendo grupos de trabajo que estudian la cuestión desde todas sus vertientes: identificación, valoración legal, deontológica y ética, tipificación, posicionamiento, actuaciones informativas iniciales, y, finalmente, si procede, actuaciones colegiales y/o legales.
SEME, SECPRE, SECE, SEMCC... ¿está lejos la solución al conflicto de competencias en el ámbito de la Cirugía Estética?
Sí, pero no sólo en este terreno porque es muy difícil que las personas renunciemos a nuestro propio protagonismo en cualquier ámbito de la vida. Es complicado agrupar todas las voces en una sola porque tenemos criterios distintos a la hora de valorar qué es nuestra actividad profesional e, incluso, en la forma de defenderla. Esto representa un grave problema porque a la hora de negociar con la Administración se visualizan demasiadas posturas y, lo que es peor, voces que, aun queriendo decir lo mismo, con los acentos y las comas puestos de diferente manera, confunden.
Concretamente, siendo que la Medicina Cosmética y Estética es una actividad profesional multidisciplinar no incluida específicamente en ninguna de las especialidades oficiales que no incluye a la Cirugía Estética o Plástica, ¿qué aspectos les unen y cuáles les separan de la SECPRE, la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética?
En ningún texto legal está escrito que, en el contexto de la Medicina Cosmética y Estética, no puedan desarrollarse procedimientos quirúrgicos. Al que está en su posesión, el título de especialista le confiere, básicamente, las prerrogativas de presentarse y anunciarse como tal, de realizar un ejercicio continuado de dicha actividad concreta y de ser contratado como tal en la Sanidad pública. Pero al médico que no está en posesión del mismo nada le priva, si está formado y capacitado, de realizar procedimientos de cirugía estética.
Sucede que, salvo rarísimas excepciones, la Cirugía la practica quien sabe, quien se ha formado para ello, en muchas ocasiones cirujanos de otras especialidades quirúrgicas como yo mismo que soy cirujano ortopédico.
Aludir a los programas de formación de las distintas especialidades para convertirlos en carteras de servicios con carácter exclusivo y excluyente no es de recibo. La Medicina, afortunadamente, está en continua evolución. se incorporan constantemente nuevos procedimientos, técnicas, equipos, medicamentos y productos sanitarios, y no hay programa de formación que se adapte a ese ritmo. Véase el caso de los factores de crecimiento y de las células madre: ¿a quién pertenecen? Así que debe imperar el sentido común y creer, cuando no exigirla, en la formación continuada de nuestros compañeros.
En cualquier caso, desde la SEMCC no tenemos intención de crear enfrentamientos. creemos en una formación y capacitación transversales. Nuestras Jornadas Mediterráneas son un vivo reflejo de ello: prestigiosos cirujanos plásticos del mundo y de nuestro país comparten sus conocimientos con compañeros de otras especialidades y todos, lo confiesan, aprenden mucho que es de lo que se trata, en aras a ofrecer el mejor servicio a nuestros pacientes. Somos vasos comunicantes, no cotos cerrados.
En el ámbito de la especialidad, ¿qué se hace en España que no se haga fuera y, al contrario, qué se hace fuera de nuestras fronteras que no hagamos aquí? ¿Qué lugar ocupa nuestro país dentro de estas especialidades? ¿España es referencia?
En un mundo globalizado como el nuestro es difícil, por no decir imposible, que algo se haga en un lugar del mundo y a los cinco minutos no se haga ya en el resto. Por lo que respecta a la Medicina Regenerativa y la investigación con células madre y factores de crecimiento, España está en primerísimo lugar ya que, afortunadamente, la crisis nos pilló con un pie dentro. Un elemento a no desconsiderar es que la legislación sea más o menos permisiva en unos países o en otros, por ejemplo, en el caso de las células madre. Por ejemplo, que en Italia no se pueda trabajar con células embrionarias y en España sí puede tener repercusión en el desarrollo clínico de ciertas técnicas.
Precisamente en este sentido nos alegramos sobremanera de la decisión de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios que ha resuelto clasificar el uso terapéutico no sustitutivo del plasma autólogo y sus fracciones, componente o derivados, entre ellos los citados factores de crecimiento plaquetarios, como medicamento de uso humano para atender necesidades especiales. Se trata de una resolución muy importante, porque revalúa un tratamiento en el que somos pioneros, al que, una vez más, un mal uso (probablemente por desconocimiento o formación deficiente), una mala comunicación y una publicidad engañosa estaban 'condenando' irremisiblemente.