'Esto no ha hecho más que empezar', enfatiza Jaime del Barrio, director general del Instituto Roche, al analizar el presente de la Medicina Personalizada, al tiempo que augura en este campo tiempos de buena esperanza 'porque a pesar de la crisis económica el futuro de la predicción, prevención y tratamiento personalizado de nuestra salud se presenta prometedor'. Un futuro más cercano que lejano, pues se espera que en breve la secuenciación del Genoma Humano completo forme parte de nuestra historia clínica electrónica como prueba complementaria más, que tendrá que ser interpretadas por el doctor experto.
Desde los albores de la Medicina alopática, los galenos han recibido la 'acusación' desde la homeopática de tratar enfermedades y no a enfermos. Ciertamente, al tratar una tuberculosis, una cistitis o una gripe con el mismo fármaco a distintos pacientes, la eficacia variaba, la aparición de efectos secundarios eran inevitables y siempre rechazo en un pequeño porcentaje de tratados.
Pero el paradigma de la predicción, de la prevención del diagnóstico y del tratamiento de las enfermedades comenzó a cambiar en 2003 con el descubrimiento del Genoma Humano: se actúa en el camino hacia la Medicina Individualizada, a cada enfermo el medicamento que necesite, en la dosis que precise y cuando lo necesite y sin efectos secundarios.
'La posibilidad de ofrecer diagnósticos y tratamientos personalizados está dejando de ser un sueño', afirma con rotundidad Jaime del Barrio, que ha dirigido el Instituto Roche desde su origen hace una década. En sus diez años de existencia se ha erigido en un referente nacional e internacional en la divulgación social y la formación profesional en este ámbito.
Una década después del descubrimiento del Genoma Humano 'la promesa de aproximarnos al tratamiento para cada paciente según sus rasgos genéticos, con el fármaco adecuado y a la dosis precisa para obtener la máxima eficiencia terapéutica con el mínimo riesgo y coste, es ya una realidad', para Jaime del Barrio el futuro ya es hoy.
Poniendo los ojos en el año 2020, el futuro es estimulante porque algunas iniciativas internacionales en marcha como el 'Proyecto 1.000 Genomas' o el 'Cáncer Genoma Atlas', o el 'ICGC' entre otros, harán que el caudal de datos aportados a nuestra historia clínica personal permiten un diagnóstico y tratamiento completamente individualizado, con fármacos ad hoc en dosis específicas conseguidos gracias a la nueva farmacogenética o farmacogenómica.
Además, en los últimos años los estudios de asociación a escala genómica han comenzado a revelar las bases genéticas de la susceptibilidad a enfermedades complejas que dependen de la interacción de muchos genes, como diabetes, cáncer, artritis y otras muchas. Hasta ahora se avanzaba mucho en la base del conocimiento, pero era escasa la tecnología. Ahora ésta está desarrollándose enormemente en la simplificación y abaratamiento de tecnologías clave. que están acelerando el descubrimiento de nuevos biomarcadores y dianas moleculares.
Demanda social
Pero también, subraya Jaime del Barrio, se han superado obstáculos sobrevenidos como la crisis económica. 'Hemos logrado que la inversión en Medicina Personalizada pase de considerarse un obstáculo a situarse como alternativa coste-efectiva para la I+D farmacéutica y para la optimización de la atención sanitaria'.
El coste de estas tecnologías se está abaratando, porque estos proyectos las hacen más asequibles, más simplificadas, por lo que poco a poco están entrando en clínica. Como consecuencia de todo esto están cambiando los paradigmas de la asistencia sanitaria y empieza a existir demanda social. 'No sólo se ha modificado la forma de afrontar la enfermedad, sino que también se están registrando cambios organizativos y estructurales en los centros hospitalarios acordes con los nuevos conocimientos. No sólo se cree ya firmemente en la necesidad de asumir los dictados de la Medicina Personalizada, sino que resulta ya una demanda social', advierte Jaime del Barrio.