La
Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen) ha impulsado, junto con el
Grupo SANED, el curso
‘Actualización en hipertensión arterial (HTA)’. Uno de sus coordinadores es
Francisco Javier Alonso Moreno, del Grupo de Trabajo de Hipertensión Arterial y Enfermedad Cardiovascular de esta sociedad científica. Además, es médico especialista en Medicina Familiar y Comunitaria del Centro de Salud Sillería de Toledo.
Francisco Javier Alonso ha hablado de los beneficios que aporta un curso como ‘
Actualización en hipertensión arterial’ para el médico de Primaria. “La hipertensión arterial es uno de los factores de riesgo cardiovascular más prevalentes. La participación de los médicos de Familia y enfermeros en el primer nivel asistencial es fundamental para realizar un correcto diagnóstico, seguimiento y tratamiento de estos pacientes.
La formación y actualización en hipertensión arterial resulta clave para abordar correctamente este problema”.
¿Cuáles son las principales necesidades formativas del médico de Familia en relación con la HTA?
Es importante hacer un diagnóstico adecuado, tanto con la medida correcta de la presión arterial en la clínica, así como con la automedida de la presión arterial (AMPA) y la monitorización ambulatoria de la presión arterial (MAPA).
Todas las guías de las distintas sociedades científicas aconsejan confirmar el diagnóstico de hipertensión arterial en los pacientes con cifras promedio ≥140 y/o 90 mmHg en la clínica, con AMPA o MAPA.
De esta forma se puede clasificar mejor a los pacientes. Estas pruebas diagnósticas permiten conocer a las personas con hipertensión clínica aislada o de bata blanca, y aquellas que presentan hipertensión enmascarada.
El médico de Familia también es el responsable de hacer el seguimiento.
Efectivamente, se trata de algo fundamental, ya que el seguimiento va a permitir establecer el riesgo cardiovascular, las posibles lesiones de órgano diana, etc. A partir de aquí se recomendará un tratamiento adecuado, tanto con medidas no farmacológicas, como farmacológicas.
Las distintas situaciones clínicas van a orientar a tratar a estos pacientes hipertensos con los fármacos más adecuados. Cada vez se utilizan más los tratamientos combinados, que permiten una mejor adherencia al simplificar la pauta terapéutica.
¿Cómo es el perfil de paciente con problemas de HTA que se atiende en los centros de salud?
En las consultas de Atención Primaria se atiende a pacientes hipertensos con otros factores de riesgo cardiovascular, como diabetes, dislipemia, obesidad, etc., en prevención primaria. Así mismo, cada día más en los centros de salud se atiende a un importante número de pacientes en prevención secundaria. Estas personas ya han desarrollado un evento cardiovascular, como cardiopatía isquémica, accidente cerebrovascular, etc.
Los médicos de familia y las enfermeras atienden en consulta, o en los servicios de urgencias extrahospitalarios, los casos de urgencias y emergencias hipertensivas. Estas últimas van a precisar derivación al hospital.
¿Están claros los criterios de derivación de Atención Primaria a Hospitalaria?
Algunos pacientes hipertensos pueden necesitar una valoración hospitalaria cuando exista la sospecha de hipertensión secundaria. Igualmente, los pacientes con hipertensión resistente, que no responden a un tratamiento correcto, pueden precisar un estudio hospitalario.
Debido al envejecimiento de la población, ¿es un problema que seguirá creciendo?
Efectivamente, la prevalencia de la hipertensión aumenta con la edad, igual que ocurre con otros factores de riesgo como, por ejemplo, la diabetes. En las consultas de Atención Primaria se atiende un importante número de pacientes mayores que en muchos casos podrán presentar hipertensión arterial.
Además, muchos mayores pueden estar polimedicados, y, por lo tanto, se deben establecer pautas de tratamiento lo más sencillas posibles. Se deben favorecer los tratamientos en combinación fija, cuando estén indicados.
¿Falta concienciación entre la población para intentar reducir los factores de riesgo evitables?
Los hábitos de vida saludables, entre ellos la dieta mediterránea, el ejercicio físico, no fumar, evitar la obesidad, etc., contribuyen en gran medida a reducir el desarrollo de hipertensión, diabetes, dislipemia, etc.
La dieta inadecuada puede ser responsable de más del 20 por ciento de la mortalidad en todo el mundo. Siempre debemos considerar estos hábitos de vida saludables, con la participación de nuestros pacientes, para un mejor manejo de los factores de riesgo cardiovascular.