La práctica totalidad de médicos y enfermeros tienen claro el beneficio que aporta fomentar el autocuidado entre sus pacientes. El 94,8 por ciento opina que es una medida eficaz y un porcentaje aún mayor (97,8 por ciento) va más allá y cree que de ese modo se reducirían consultas innecesarias. Sin embargo, hasta un 72,9 por ciento admite que la formación en autocuidados no se realiza en la medida que sería deseable.
La falta de tiempo es la razón principal que aducen los profesionales (47,2 por ciento) para entender por qué no se fomentan más las medidas de autocuidado, seguido de la medicalización de la sociedad (17,8 por ciento), que lleva a la población a consultar por cualquier motivo y a no aceptar de buen grado medidas que no sean farmacológicas.
Además, los encuestados esgrimen también problemas propios, como falta de interés e inercia (8,4 por ciento), el déficit de formación (4,3 por ciento) o las dificultades de relación entre profesionales (4 por ciento), sin olvidar otros aspectos más relacionados con el propio paciente, como la resistencia al cambio, la diferencia de cultura, idioma, etc.
Sin embargo, semFYC considera que los profesionales deben hacer un esfuerzo por fomentar más el autocuidado. 'Los médicos de familia estamos en condiciones de aumentar y fortalecer el autocuidado de las personas mediante la educación sanitaria', afirma su presidente, el Dr. Josep Basora.
El interés de esta sociedad científica por fomentar el autocuidado no es una novedad, sino 'una constante desde hace mucho tiempo, con aquel punto de inflexión que fue en 2005 la realización de la Guía Práctica de la Salud', añade.
'Desde entonces', continúa, 'hemos seguido trabajando para mejorar la autonomía de los pacientes, tratando de promover la participación de los ciudadanos en los cuidados de la salud, y en garantizar información rigurosa e independiente a los pacientes y a sus familias'.
'Este es el momento oportuno de poner en marcha una acción más concreta de sensibilización de las personas pero también de los poderes públicos', matiza el Dr. Basora.
Para el Dr. Francisco Camarelles, coordinador de la I Semana del Autocuidado, la idea surge 'como consecuencia de toda la actividad que ha estado realizando semFYC en los últimos años en la mejora de la atención a los pacientes crónicos y en la labor que realiza a través de su Programa de Actividades Preventivas y Promoción de la Salud (PAPPS). A ello habría que sumar nuestra preocupación por la sostenibilidad del sistema sanitario. Si no hubiera autocuidado el sistema sanitario se vería sobrepasado y se colapsaría'.
Asimismo, considera que 'el paciente puede autocuidarse sabiendo manejar las enfermedades agudas más prevalentes y las enfermedades crónicas, y adoptando un estilo de vida saludable'.
A este respecto, y según afirman los profesionales encuestados, los principales motivos de consulta son la gastroenteritis (27 por ciento), seguido de la fiebre (23 por ciento), la lumbalgia (23 por ciento) y la infección respiratoria (16,5 por ciento).
En menor medida, mencionaron otros tipos de dolor como cervicalgias, dorsalgias, cefaleas, artrosis, traumatismos leves o heridas superficiales, enfermedades crónicas (hipertensión, diabetes), alteraciones cutáneas...
'En este aprendizaje de los pacientes, continúa el Camarelles, los sanitarios jugamos un papel clave. Pero para ello también es preciso que el autocuidado tenga un lugar preponderante en los servicios de salud. Es una filosofía cuya incorporación a la práctica clínica requiere estrategias dentro y fuera de la consulta. En este último caso, sería necesario que el concepto de autocuidado entrara en las políticas de salud a nivel nacional'.