Silencioso y con frecuencia asintomático, el glaucoma es un padecimiento ocular gradual difícil de identificar, ya que genera cambios en la vista hasta su etapa avanzada.
Es la segunda causa de ceguera en el mundo, después de las cataratas, afirma la profesora de
la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM, Adriana Hernández López.
“Es una enfermedad neurodegenerativa que ataca al nervio óptico y en ese proceso puede manifestarse como una reducción del campo de visión de los pacientes”, señala.
La especialista pide hacer conciencia sobre el tema, porque el diagnóstico oportuno y personalizado cambian el curso natural de la enfermedad, la cual es irreversible. “Es importante visitar al oftalmólogo por lo menos una vez al año para detectarla en etapas tempranas”, recomienda.
Una enfermedad multifactorial
La especialista explica que el glaucoma es multifactorial y se asocia a factores como la herencia, edad, diabetes, hipertensión, consumo de tabaco, alcohol, entre otros.
Entre los síntomas que puede presentar están:
- Enrojecimiento y dolor de ojos y cabeza.
- Náuseas.
- Vómito.
- Visión borrosa.
- Halos alrededor de las luces.
El glaucoma especialmente ataca a una persona después de los 40 años, con un foco importante a los 60.
Labores médicas para prevenir el glaucoma
En México hay cerca de un millón y medio de personas que lo padecen. Incluso, algunas estadísticas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) señalan que en el mundo pueden ser hasta 60 millones.
La experta coincide en que es relevante que los profesionales de la salud sepan reconocer esta enfermedad en etapas iniciales, para frenar sus daños en los pacientes.
Hizo referencia a que en Estados Unidos hasta 10 millones de visitas al oftalmólogo al año son motivo para realizar seguimiento por glaucoma. “Los mexicanos somos susceptibles con mayor frecuencia a esta enfermedad, por eso hay que prevenir”, afirma.
De acuerdo con información de la página web del
Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI), es la causa principal de ceguera en mayores de 60 años, pero puede controlarse si se detecta a tiempo.
“El problema es que se calcula que
solo la mitad de los pacientes con glaucoma saben que padecen esta enfermedad debido a que, en un principio, no produce síntomas”, lamenta.
El tratamiento puede incluir cirugía, láser o medicación, dependiendo de la evolución y severidad de la afección. Habitualmente, al principio se utilizan gotas para los ojos junto con medicación para reducir la presión intraocular.