Según datos manejados por la Sociedad Española de Neurología (SEN), la prevalencia del dolor crónico podría llegar al 11% de la población española, de los cuales un 47% padece dolor diariamente. La consulta por dolor supone el 50% de las visitas a Atención Primaria.
Dentro de las consultas que se realizan por dolor, el dolor neuropático representa ya el 25% de las que se producen en los centros de salud. En España, el 8% de los pacientes que acuden al neurólogo sufren dolor neuropático y es ya el 8º diagnóstico en orden de frecuencia. El dolor neuropático, por lo tanto, no tiene una escasa prevalencia. Aunque, como mínimo, existirían entre 300.000 y 600.000 personas en España con dolor neuropático, algunos estudios señalan que alrededor del 6-8% de la población podría presentar alguna forma de este tipo de dolor, lo que significaría unos tres millones de afectados en España. Además, teniendo en cuenta que las causas que lo producen son muy prevalentes en la población, es esperable un aumento en el número de pacientes afectados por dolor neuropático en los próximos años.
El 85% de los pacientes presentan un deterioro en su calidad de vida
Para el Dr. José María Gómez Argüelles, coordinador del Grupo de Estudio de Dolor Neuropático de la Sociedad Española de Neurología: 'El dolor neuropático se considera como uno de los peores dolores, no solo por la dificultad del tratamiento, debido a su enorme complejidad fisiopatológica, sino también por la forma tan intensa en la que lo experimentan los pacientes y que conduce a una pérdida de calidad de vida y a una limitación funcional acusada a lo largo del tiempo'.
'Aunque en los últimos años se está produciendo un gran avance en el conocimiento de la fisiopatología del dolor neuropático y se están desarrollando nuevas moléculas más específicas para el tratamiento de esta entidad, actualmente, el dolor neuropático crónico constituye un reto diagnóstico y terapéutico para toda la comunidad médica', continúa.
Esto hace que el 85% de los pacientes presenten un deterioro significativo en su calidad de vida, además de otras patologías asociadas como trastornos del sueño (65%), ansiedad (63%), depresión (56%), o falta de energía (55%), y que motiva una alta demanda de consultas médicas.
En la actualidad, 'el cuadro de dolor neuropático dura más de 12 meses en más del 65% de los pacientes', explica Gómez Argüelles. 'Además, a diferencia de otros tipos de dolor, el neuropático no responde a los fármacos más comúnmente utilizados para el tratamiento del dolor'. Si bien, actualmente, el 50% de los pacientes consigue reducir en casi un 30-40% su dolor, entre un 40-70% de los pacientes con dolor neuropático aún no han conseguido un control completo del dolor.
Plataforma 'Pain Proposal'
Con el aval de la Federación Europea de la Asociación Internacional del Estudio del Dolor (EFIC) y la Federación Europea de Asociaciones Neurológicas (EFNA), se ha desarrollado un estudio por la Plataforma 'Pain Proposal' en quince países europeos (Alemania, Austria, Bélgica, España, Finlandia, Francia, Grecia, Irlanda, Italia, Noruega, Países Bajos, Portugal, Suecia, Suiza y Reino Unido) con el objetivo de crear un documento de consenso que estableciera unas directrices básicas para un abordaje global del dolor crónico a nivel europeo y nacional que ayuden a reducir su impacto.
Como expertos que forman parte del Comité Ejecutivo estuvieron presentes los españoles Pablo Vázquez, director ejecutivo de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (FEDEA) como miembro del Comité Directivo, Josep Darba, del Departamento de Economía de Barcelona; Alfredo Perucho, especialista en dolor del Hospital Ramón y Cajal; Ana Miquel, de la Consejería de Salud de la Comunidad de Madrid y el presidente de Conartritis, Antonio Torralba.
Cargas y costes económicos del dolor crónico
Aunque el coste del dolor crónico es difícil de calcular, ya que no se dispone de datos globales, se cree que cuesta a Europa más de 300 billones de euros14 o en torno al 1,5-3 % del PIB1-2. En España se estima que el coste total (directo e indirecto) que ocasiona el dolor crónico sería de 16.000 millones de euros anuales, lo que supone el 2,5 % del PIB. Estas cifras deben mirarse, en todo caso, con cautela, ya que en nuestro país tampoco existen estudios globales que lo avalen.
Los pacientes con dolor crónico hacen uso del sistema sanitario con más frecuencia que aquellos que no lo padecen, además existe una relación directa entre la gravedad del dolor y el uso de recursos sanitarios3-4-5. Los datos del National Health and Wellness Survey de España mostraron que los pacientes con dolor crónico severo realizan tres veces más visitas a médicos que aquellos sin dolor3, casi el doble en el caso de padecer dolor moderado. Similar patrón se observó también en las visitas a urgencias o en las hospitalizaciones3.
Los resultados del Pain Proposal6 muestran que los pacientes españoles de media visitaron 6,6 veces a profesionales sanitarios en el último año. El manejo inapropiado del paciente y empleo de tratamientos ineficaces pueden originar un aumento de las consultas en AP y especialistas, lo cual, según los expertos conduce a importantes costes sanitarios. Estudios han señalado que son las consultas con profesionales de la salud, particularmente especialistas, las responsables de la mayor parte de los costes directos debidos al dolor crónico7. En este sentido, varios autores han señalado que la reducción del dolor, mediante el uso de medicamentos y terapias/dosis adecuadas, se asocia a una reducción de la utilización de recursos sanitarios, en especial de las visitas realizadas8-9.
La mayoría de los costes indirectos están relacionados con el entorno laboral
Aunque los costes sanitarios directos derivados del manejo del dolor crónico son considerables, esto es solo una parte del problema cuando se compara con el impacto de los costes indirectos atribuibles al dolor crónico en el conjunto de la economía. No hay duda que el dolor crónico reduce considerablemente la capacidad laboral. El dolor crónico impone una pesada carga tanto a empleados como a las empresas, ya que la mayoría de los costes indirectos están relacionados con el entorno laboral.
Estudios nacionales mostraron que el 22 % de los pacientes que sufren dolor crónico pierden su empleo, un 8% sufre cambios de responsabilidad en su puesto de trabajo y un 4% se ven obligados a cambiar de trabajo10. Los gastos que la administración y empresarios soportan son importantes. En España se ha estimado que el 30 % de los pacientes con dolor crónico han estado de baja a lo largo de su vida laboral a consecuencia del dolor11. Esta cifra es muy inferior a las mostradas por diversos estudios observacionales en pacientes con dolor neuropático, en especial si se trata de radiculopatías cervicales/lumbares, donde se observaron de media más de 20 días de baja en el periodo de estudio de 12 semanas12-13.
El Instituto de Estudios Fiscales cifra el impacto del dolor crónico en el mercado laboral en 2.500 millones de euros con 52 millones de jornadas laborales perdidas.
1Phillips CJ. Economic burden of chronic pain. Expert Rev Pharmacoecon Outcomes. Res 2006;6:591-601.
2Mantyselka PT, Kumpusalo EA, Ahonen RS, et al. Direct and indirect costs of managing patients with musculoskeletal pain-challenge for health care. Eur J Pain 2002;6:141-8.
3Langley PC, Ruiz-Iban MA, Molina JT, et al. The prevalence, correlates and treatment of pain in Spain. J Med Econ 2011;14:367-80.
4Sicras-Mainar A, Rejas J, Navarro R, et al. Treating patients with fibromyalgia in primary care settings under routine medical practice: A claim database cost and burden of illness study. Arthritis Res Ther 2009;11:R54.
5Blyth FM, March LM, Brnabic AJ, et al. Chronic pain and frequent use of health care. Pain 2004;111:51-8.
6InSites Consulting. Pain Proposal Patient Survey. July-September 2010.