Las tres sociedades de Atención Primaria, SEMERGEN, semFYC y SEMG han presentado su acuerdo para elaborar conjuntamente una plataforma de desarrollo profesional continuo, dentro del foro del 37 Congreso SEMERGEN, que se celebra en Valencia, con el objetivo de abrir el debate en torno a la recertificación y a qué actores deben participar en la misma. 'Somos un país que no supo subirse al carro de la recertificación en su momento, en Europa son 34 los países que realizan recertificación de sus médicos, en 15 de ellos es obligatorio, y lo hacen las sociedades científicas', afirmaba José Luis Llisterri, presidente de SEMERGEN.
En este mismo sentido, Josep Basora, presidente de semFYC, insistía en que 'las sociedades científicas nos tenemos que posicionar en este sentido, aunque sea por una cuestión de profesionalismo, porque el reconocimiento de la competencia profesional solo pueden realizarlo los propios especialistas'. De hecho, según la última encuesta realizada por SEMERGEN a cerca de 750 de sus socios, casi el 80 por ciento se mostraba conforme con que se evalúen periódicamente sus competencias y hasta un 70 por ciento aseguraba que participaría en un proceso de evaluación ligado a la recertificación.
En este sentido, Carlos Jesús Moreno, director general de Ordenación Profesional del Ministerio de Sanidad, se mostraba de acuerdo en que las sociedades científicas son las que tienen las competencias evaluadoras, 'pero la competencia reguladora la tiene la Administración'. Por ello, en el futuro Real Decreto de Desarrollo Profesional 'se prevé que la competencia esté en manos de la Administración, y la repartirá en los actores que crea conveniente', pese a lo expuesto por las Sociedades.
La falta de métodología
Antonio Fernández-Pro, como presidente de SEMG, recordaba que la recertificación'se trata de una validación de la competencia profesional, no de la excelencia profesional', insistiendo en que 'hay que huir de la idea de examen', y apostar en cambio por la idea de la continuidad en el tiempo. Igualmente, planteaba que más allá del debate del quién, está el debate del cómo. Si bien Carlos Jesús Moreno dejaba claro que 'el Ministerio tendrá un carácter pasivo, y serán las comunidades autónomas las que establezcan su sistema', Fernández- Pro se preguntaba 'si iremos todos al mismo ritmo o dependerá del presupuesto de cada uno'. Esa era la otra cuestión, cuál era el coste de este proceso. Ante la pregunta, Arcadi Gual, como representante de la Organización Médica Colegial, señalaba que el proceso de recertificación planteado por los colegios se financia a través de la cuota de colegiación, sin coste adicional.
Concretando más cuál es el proceso de recertificación que se lleva a cabo en la OMC, señalaba que en primer lugar se evalúa la buena praxis, es decir, que no exista ninguna sanción o expediente abierto; después el estado psico-físico del profesional; también la certificación de la empresa, es decir, que el profesional ejerce de cara al paciente, y no está en otras funciones; y por último, el desarrollo profesional continuo, que pese a ser la parte más importante, es de carácter voluntario, y que en su opinión 'se trata de un punto que solo pueden establecer las sociedades científicas, que son las que tienen los conocimientos para poder evaluarlo'.
Por último, respecto a los beneficios del profesional José Luis Llisterri mencionaba que 'la recompensa del profesional debe ir ligada a la carrera profesional. Un médico recertificado debe ser un médico compensado, a lo mejor no económicamente, pero si a través de formación, congresos, etc'.
El papel de los sindicatos
El punto en el que Administración y profesionales parecían ponerse de acuerdo era en que los sindicatos no deben formar parte del proceso, aunque según afirmaba Moreno, 'se creen con derecho a formar parte del reparto de la película, aunque nosotros creemos que no debe ser así'. En este sentido, tanto la OMC como las diferentes sociedades de Atención Primaria se mostraban preocupadas por este hecho, y es que, aunque Arcadi Gual recordaba que los sindicatos de clase también están formados por médicos, los presidentes de las Sociedades insistían en que cada especialista debe ser evaluado por sus iguales, es decir, por su propia sociedad científica.