Concienciar de la importancia de las organizaciones sanitarias, de su papel en la promoción de la salud y no sólo en la cura de la enfermedad, y sobre todo, empoderar al paciente, consiguiendo hacer de los ciudadanos partícipes y responsables de su salud. Estos son, a grandes rasgos, los objetivos del Compromiso Ablitas, un documento con diez puntos acordado en el I Congreso de Redes Integradas en junio del año pasado, que ya han suscrito un total de 42 organizaciones sanitarias provenientes de España, Portugal, Guinea Ecuatorial y Latinoamérica.
Como portavoz de este compromiso, José Soto, presidente de la Organización Española de Hospitales y Servicios de Salud (OEHSS), explicaba que el objetivo pasa por 'trabajar todos juntos, ofrecer a los administradores nuestro trabajo, y si no convencemos a las autoridades, da igual, porque en nuestros ámbitos sí que somos competentes para mejorar', reconociendo que 'a veces aludimos como excusa la no existencia de una norma o de un decreto, pero nuestro planteamiento es que vamos a hacer lo esté en nuestras manos'. De esta manera afirmaba que tras la elaboración de este documento, la idea pasa por poner en marcha un observatorio que evalúe los avances en esos compromisos. 'Las 42 organizaciones firmantes vamos a reunirnos en Madrid en el plazo de un mes y vamos a marcarnos objetivos con tiempos y responsables, el estilo es empezar a trabajar en grupos y empezar a evidenciar avance en nuestro propio compromiso', ya que en su opinión 'hay muchas cosas que dependen de nuestro trabajo y no de nuestras autoridades'.
Uniendo a más entidades
Precisamente, como responsable de la Administración, acudía a la presentación de dicho documento Manuel Molina, viceconsejero de Asistencia Sanitaria de la Consejería de Sanidad madrileña, que si bien admitía que la Administración debe apoyar esta iniciativa, tampoco se incluía como firmante de la misma. 'Se trata más de un impulso de colaboración, tenemos suerte de contar con organizaciones que lo impulsen, pero desde la Administración tenemos que sumarnos a estos objetivos', alegando que no se trata de una cuestión política, sino de un motivo de interés para toda la sociedad civil.
Igualmente, Molina destacaba la importancia del carácter internacional de este compromiso, 'que busca que los servicios sean más eficientes y de calidad', teniendo en cuenta que 'son diez puntos enfocados a una nueva visión de cambio, no tan centrada en la cartera de servicios, sino en hacer al ciudadano partícipe de su salud'.
En este sentido, José Soto indicaba que 'es fácil alinear objetivos de este impacto', por lo que 'el compromiso es fuerte, porque es simple, pero es nuclear, y por eso se va a extender', adelantando que esta propuesta ya se había llevado a la mesa de la presidencia de la Organización Panamericana de la Salud, lo que 'podría suponer un impulso importante en América'. Por otra parte, afirmaba que 'en España vamos a continuar con este proyecto también en las Comunidades Autónomas y vamos a intentar involucrar cada vez a más gente'
Una unión sin titularidades
Otro de los aspectos destacados de este acuerdo es que no se trata de organizaciones públicas, sino que agrupa todo tipo de organizaciones sanitarias, en representación también de diferentes sectores y profesiones. Entre ellas, el Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (IDIS), cuyo director general, Manuel Vilches, apuntaba que era importante dejar de lado titularidades 'y centrarnos en el meollo'.
Ahondado sobre esta cuestión, Vilches abordaba el problema de la interoperabilidad de la Historia Clínica Digital, ya que desde su punto de vista, para empoderar al paciente y hacerle protagonista real de su salud es necesario 'que realmente la historia vaya con el paciente' sin importar si el centro al que acude es público o privado, sanitario o social, todo lo cual haría ganar al sistema en eficiencia porque se evitarían duplicidades.