Ante el aumento de los contagios y fuertes rebrotes como el de Lleida, los neumólogos lo ven claro: España podría enfrentarse a
un segundo brote significativo de infección por coronavirus. La cuestión es que este segundo brote significativo llegará en
un escenario diferente al del mes de marzo.
Joaquim Gea, jefe del Servicio Neumología del Hospital del Mar, en Barcelona apuntaba los aspectos positivos. Estos serían un
mejor escenario a nivel clínico, epidemiológico, como desde el punto de vista de la organización del sistema de salud o el conocimiento sobre los tratamientos.
Asimismo, muchos hospitales, especialmente los de mayor tamaño, han preparado
planes de contingencia para encajar mejor el golpe de una previsible segunda avalancha de pacientes. Por otro lado, los profesionales sanitarios cuentan con una
mayor información y conocimiento del virus.
Complicaciones en un segundo brote significativo
Respecto a las complicaciones de este segundo brote significativo, estarían los cambios virológicos. El repunte de casos de coronavirus en España se debe a un subtipo de SARS-CoV-2 parecido al que ya provocó la tragedia en el mes de marzo. Sin embargo, a él se ha unido un
nuevo linaje o cepa de coronavirus importado probablemente de Latinoamérica. “En parte, no podemos evaluar su agresividad, ya que los sistemas sanitarios de los países que se han enfrentado a él son muy diferentes del nuestro”, apunta Enric Barbeta, presidente de la Societat Catalana de Pneumologia (SOCAP).
No obstante, hasta el momento no hay evidencia científica de que se trate de una versión más agresiva del virus o con un mayor poder de contagio. Independientemente del subtipo del virus, los
síntomas parecen ser similares y afectan principalmente al sistema respiratorio.
La comunidad científica estudia en este momento una mutación que se ha producido en la posición 23.403 del genoma del coronavirus y que quizás podría estar relacionada con
una mayor capacidad de contagio. No obstante, se trata de una primera hipótesis no confirmada de los equipos de investigación.
De esta forma, la principal complicación de un segundo brote significativo es la falta de terapias. La realidad es que
los tratamientos empleados para luchar contra la COVID-19 no han cambiado mucho respecto al mes de marzo. Sí lo ha hecho el conocimiento sobre cómo responde la enfermedad ante ellos.