Un estudio del Instituto Buck y la Universidad de California Los Ángeles (UCLA), en Estados Unidos, ofrece una explicación de por qué una determinada forma genética (alelo) de la apolipoproteína E (ApoE) plantea el riesgo genético más significativo para la enfermedad de Alzheimer.
Publicado en 'The Journal of Neuroscience', los autores demostraron que la ApoE es un factor de transcripción que entra en el núcleo y se une al ADN con alta afinidad, incluyendo en regiones promotoras de 1.700 genes diferentes.
Setenta y cinco millones de estadounidenses son portadores de ApoE4, lo que los pone en mayor riesgo de enfermedad de Alzheimer, y otros 7 millones llevan dos copias de ApoE4, dándoles una posibilidad aún mayor, de 10 a 12 veces más de riesgo, de desarrollar Alzheimer.
'Cuando los genes cuyos promotores se unen a ApoE4 se consideran en grupos funcionales, su relación con la enfermedad de Alzheimer es sorprendente', dice el coautor Dale Bredesen, del Instituto Buck y profesor en los Laboratorios Easton para la Investigación de Enfermedades Neurodegenerativas de UCLA.
'ApoE4 apunta a genes asociados con las sirtuinas y el envejecimiento, resistencia a la insulina, la inflamación y el daño oxidativo, la acumulación de placas amiloides y ovillos de tau entre otros. Esto proporciona una hoja de ruta para lo que es esencialmente una 'teoría unificada' de la enfermedad de Alzheimer -agrega--. Estos resultados ofrecen una nueva posibilidad emocionante para diseñar terapias que bloqeen la acción coordinada de estos 1.700 genes asociados a ApoE4 en su inducción al riesgo de Alzheimer y este enfoque está ahora en marcha'.
'Nuestro grupo espera que este trabajo dé lugar a un nuevo tipo de cribado para la prevención y el tratamiento de Alzheimer', afirma el coautor Rammohan Rao, profesor asociado de investigación en el Instituto Buck. 'También estamos diseñando y creando nuevos fármacos candidatos que no se dirigen a una sino a varias de las vías en las que media ApoE4 simultáneamente. En última instancia, queremos desarrollar un medicamento que se pueda dar a los que poseen ApoE4 que impida el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer y estos resultados proporcionan un mecanismo para hacerlo', sugiere.
'Este es un descubrimiento emocionante e inesperado que debería ser de gran interés para los neurocientíficos --dice Caleb Finch, profesor Neurobiología del Envejecimiento de la Universidad del Sur de California--. El hecho de que una lipoproteína en la sangre también sea un factor de transcripción que controla directamente la expresión génica hace que sea un factor importante durante toda la vida'.
Finch, quien no participó en la investigación, estudia la evolución de la esperanza de vida y las enfermedades del envejecimiento humano, especialmente la patología de Alzheimer. 'Hay una gran cantidad de trabajo importante por hacer, tanto dentro del campo de Alzheimer como dentro de la biología molecular en general, ahora que ApoE se ha identificado como un jugador tan importante', agrega.