Según el Ministerio Nacional de Sanidad, los IBP fueron los fármacos más consumidos en 2022, representando un 6,51 por ciento del total
26 de octubre 2023. 12:14 pm
La Sociedad Española de Patología Digestiva (SEPD) ha renovado su artículo de posicionamiento sobre el uso seguro de los Inhibidores de la Bomba de Protones (IBP). No obstante, los IBP se han convertido en uno de los medicamentos más demandados por los pacientes. Así, según…
La Sociedad Española de Patología Digestiva (SEPD) ha renovado su artículo de posicionamiento sobre el uso seguro de los Inhibidores de la Bomba de Protones (IBP). No obstante, los IBP se han convertido en uno de los medicamentos más demandados por los pacientes. Así, según datos del Ministerio de Sanidad, en 2022 los IBP fueron los fármacos más consumidos en España, seguido de los inhibidores de la HMG CoA reductasa, las anilidas y los derivados de las benzodiacepinas. De esta forma, representan el 6,51 por ciento del total de medicamentos consumidos y un gasto sanitario de más de 490 millones de euros, lo que supone un total de 71.528 millones de envases dispensados.
En este sentido, la SEPD destaca la seguridad de a toma de los IBP a largo plazo. Para ello, incide en la baja evidencia de efectos adversos, como demuestran los numerosos estudios realizados al respecto. “Cuando los IBP se prescriben en las indicaciones de uso establecidas, sus beneficios superan con creces a los posibles efectos adversos”, explica Agustín Albillos, presidente de la SEPD. “Por el contrario, cuando la prescripción es inapropiada, no hay beneficio alguno esperable y se magnifica cualquier efecto adverso por leve que sea”, añade el presidente.
Uso seguro de los IBP
Los inhibidores de la bomba de protones (IBP) representan una de las familias de fármacos más ampliamente utilizadas en el mundo ya que trabajan inhibiendo la enzima encargada de la producción del ácido gástrico en las glándulas de revestimiento del estómago. En este sentido, su uso está indicado para tratar afecciones como la enfermedad del reflujo gastroesofágico (ERGE), úlceras duodenales o aliviar las molestias asociadas a los síntomas de reflujo gástrico, entre otros.
La mejor estrategia para aminorar los potenciales efectos desfavorables del uso a largo plazo de los IBP es evitar utilizarlos cuando no están indicados, así como reducir su dosis al mínimo eficaz cuando su prescripción es correcta.
Entre los posibles efectos adversos identificados en este tipo de fármacos se encuentran infecciones, deficiencia de micronutrientes o el aumento de riesgo de fracturas. Sin embargo, según el documento de posicionamiento, no existe evidencia científica que sustente que los pacientes deban recibir probióticos, vitaminas u otros suplementos, así como tampoco, es necesario evaluarse rutinariamente la densidad ósea o la concentración sérica de calcio o magnesio.