La obesidad ha crecido de manera alarmante en nuestro país, desde el año 2016 se ha estipulado que sea tratada como una enfermedad, pues esta condición es un factor importante que puede derivar en diabetes, hipertensión, insuficiencia renal, entre otras.
Según datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de Medio Camino en el 2016, destacó que la obesidad está ligada en un 95.6% con la diabetes, 80.8% con algunos tipos de cáncer y en un 91.3%, con dificultades para respirar y asma, así como el 95.5% con presión alta, enfermedades del corazón e infartos.
En conferencia de prensa la doctora Donna H. Ryan, presidente electo de la World Obesity Federation (WOF) invitó a los mexicanos a sumarse a las iniciativas que ayudan a la sociedad a hacer pequeños, pero efectivos cambios en el estilo de vida.
Para tratar esta enfermedad no existe una solución o una cura, pues es debe efectuarse como un esfuerzo mutuo del especialista y el paciente, pues la norma para el tratamiento de la obesidad indica que si el paciente no pierde peso de manera considerable con dieta y ejercicio es posible medicarlo para contra restar esta situación.
La obesidad es provocada por factores genéticos, medioambientales, sociales y fisiológicos, algunos de ellos pueden modificarse, como la dieta y la actividad física, para lo cual los institutos de salud podrían contribuir con más infraestructura deportiva.
Por su parte, el doctor Simón Barquera Cervera, director del Centro de Investigación en Nutrición y Salud del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) y coordinador del Simposio Internacional: Tratando la obesidad seriamente, acciones esenciales para su tratamiento y control, hizo un llamado a los especialistas médicos para que en la atención del SyO, eviten recomendar soluciones, carentes de una evidencia clara, amplia y sólida.
El directivo del INSP, Barquera Cervera, puntualizó que el SyO han generado un estado de emergencia epidemiológica, por su cercana relación con las altas tasas de diabetes (9.4%), haciendo extremadamente urgentes y necesarias, diversas acciones del gobierno y sociedad para modificar el entorno social y facilitar la adopción de estilos de vida saludable.
Comentó también que es obligación de los doctores buscar la manera más adecuada para bajar de peso en cada persona pues, aunque algunos tratamientos funcionan, también pueden tener reganancia de peso, lo que puede empeorar la situación del paciente.
La capacitación de los médicos de primer contacto es esencial pues la meta es establecer un tratamiento óptimo basado en las mejores prácticas internacionales, guías y normas actuales. Para ello es fundamental que cuente con conocimientos de nutrición, actividad física, adherencia terapéutica, tratamiento y control.
Con estas acciones y el apoyo del laboratorio farmacéutico mexicano Ifa Celtics, la Academia Nacional de Medicina de México reiteró su compromiso de reunir a los mejores profesionales de la salud del país y de otras regiones, así como líderes de opinión en obesidad, endocrinología, salud pública y medicina, nacionales e internacionales.
La doctora Donna H. Ryan, resaltó que ningún tratamiento milagro puede revertir el sobrepeso o la obesidad, por lo cual siempre debe considerarse a la dieta y actividad física como piedra angular, y si es necesario, apoyarse en la atención médica para un tratamiento farmacológico y, en última instancia, la cirugía bariátrica.