La obesidad es una enfermedad crónica inflamatoria que está asociada con la aparición de 200 complicaciones diferentes de salud; entre ellas están las metabólicas, mecánicas, psicológicas y cognitivas.
Un ejemplo de estas complicaciones son: la diabetes, cáncer, ceguera, amputaciones, afectaciones ortopédicas y complicaciones en COVID-19.
Así lo expuso la Dra. Carolina Solís Herrera, jefa de la División de Endocrinología de la Universidad de Texas, quien participó en el
Congreso Internacional de Investigación sobre Obesidad, organizado por el Tecnológico de Monterrey.
“La pandemia del COVID-19 nos mostró cómo la obesidad es una enfermedad crónica, que cuando se junta con otras condiciones patológicas, puede tener efectos devastadores”, aseguró la especialista.
En este sentido, reiteró que la diabetes es una de las complicaciones más graves derivadas de la obesidad, ya que de ella se derivan a su vez otros padecimientos como ceguera, amputación y enfermedad renal terminal.
Alertan sobre medicamentos “milagro”
La investigadora de la
Universidad de Texas lamentó que las personas continuarán confiando en medicamentos “milagro” para bajar de peso, mismos que ponen en riesgo a la salud, dañando órganos como el riñón, hígado o corazón.
A diferencia de ello, mencionó que que un tratamiento adecuado para bajar de peso debe apoyarse en:
- Acompañamiento con un especialista en nutrición.
- Atención integral de un psicológico.
- Realización de actividad física.
- Uso de medicamento regulador que genera saciedad a través del sistema nervioso central.
Sobre ello, dijo que hay dos generaciones de medicamentos para inhibir el apetito y
controlar el exceso de peso; ambos trabajan sobre el sistema nervioso central, específicamente sobre el hipocampo y el tallo cerebral.
La primera generación de estos medicamentos fue anterior al uso de la molécula Semaglutida, comercializada en 2018.
“Esos medicamentos actuaban como inhibidores del apetito y ayudaban a reducir hasta el 10 % el peso de los pacientes”, recordó.
Sin embargo, refirió que actualmente existe en el mercado una nueva generación, que permite reducir el peso de los pacientes entre 15 y 20 % de manera más efectiva, aunque el fármaco que está relacionado con esta generación, llamado Tirzepatida, se vende en Estados Unidos pero todavía no se autoriza en México.
Relación entre la obesidad y la genética
En México, el 37 % de la población adulta padece obesidad y respecto a la población infantil, la cifra asciende a 30 %, informó Juan Pablo Murra, rector de Profesional y Posgrado del
Tecnológico de Monterrey.
En su mensaje durante la inauguración del evento, Murra destacó que la obesidad es un tema que se debe estudiar a fondo, ya que reduce hasta diez años la esperanza de vida de las personas que la padecen. Además de que genera carga económica a los sistemas de salud pública.
Ante ello, Carolina Solís, de la Universidad de Texas, señaló que en el 70% de los casos, la obesidad viene de los genes.
“El origen de la obesidad son múltiples genes, por eso le llamamos poligénica. Hay tres o cuatro tipos de obesidad que son monogénicas con solo un gen con problema pero son muy raras y se desarrollan desde el nacimiento”, dijo.