En los últimos dos años, la COVID-19 ha llenado todo el esfuerzo del sistema sanitario y el interés formativo e informativo. Como se sabe, afecta el sistema nervioso central (
SNC). Así lo han demostrado diversas investigaciones realizadas durante los dos últimos años. El virus SARS-CoV-2 da lugar a una multitud de síntomas, como inflamación y lesiones cerebrales provocadas por la reducción del flujo sanguíneo o de oxígeno al cerebro. Las consecuencias pueden ser el daño y la muerte de las neuronas, así como pequeñas hemorragias en el cerebro. Aparte de la COVID-19, otras enfermedades están relacionadas con el SNC.
Uno de los grandes retos del párkinson es conseguir un diagnóstico precoz
Uno de los grandes retos del párkinson es conseguir un diagnóstico precoz de la enfermedad. La Sociedad Española de Neurología (
SEN) ha indicado que en España más del 50 por ciento de los nuevos casos de párkinson todavía no se han diagnosticado. De hecho, esta sociedad científica ha calculado que el retraso en el diagnóstico oscila entre uno y tres años.
Diego Santos. coordinador del Grupo de Estudio de Trastornos del Movimiento de la SEN, ha explicado que, “pese a los avances, el diagnóstico del párkinson es fundamentalmente clínico”. “Cuando los pacientes presentan algún tipo de alteración motora, sobre todo temblor en reposo, rigidez muscular, inestabilidad postural y/o bradiquinesia, el diagnóstico suele ser más temprano”.
Por el contrario, las personas que no presentan estas alteraciones motoras tardan más en recibir un diagnóstico certero, incluso hasta diez años. La clave, por tanto, está en conocer y detectar a tiempo los síntomas no motores relacionadas con la enfermedad, como pueden ser la degeneración cognitiva, la depresión, las alteraciones del sueño, la pérdida del olfato o trastornos gastrointestinales.
En el caso del párkinson, una de las vías terapéuticas va encaminada a proporcionar dopamina en el cerebro. Esta molécula, que participa en el control del movimiento, está presente en cantidades reducidas en el cerebro de pacientes con enfermedad de Parkinson.
Los pacientes con párkinson también se benefician de novedosas técnicas quirúrgicas, como una cirugía mínimamente invasiva que actúa en zonas concretas del cerebro mediante ultrasonidos focalizados de alta densidad. A través de la piel y del cráneo, los ultrasonidos llegan hasta la zona determinada del cerebro que se necesita tratar, sin incisión en la piel ni abertura en el cráneo.
Esta técnica permite reducir los temblores, la rigidez y la lentitud del movimiento en más del 50 por ciento de los pacientes. Además, apenas tiene efectos secundarios, que en todo caso son leves y transitorios.
Actualmente se realiza la estimulación cerebral profunda a través de implantes de dispositivos que estimulan eléctricamente el cerebro para modular la señales que causan los síntomas motores.
En 50 años podrían cuadruplicarse los casos de alzhéimer
La enfermedad de Alzheimer afecta aproximadamente a unas 400.000 personas en España, y las previsiones apuntan a que esta cifra se podría cuadruplicar en los próximos 50 años. La Medicina genómica es la principal esperanza de los pacientes con alzhéimer, una enfermedad compleja y multifactorial, que suele desarrollarse después de los 65 años, con un fuerte componente genético. Investigadores de Europa, Estados Unidos y Australia han identificado 75 regiones del genoma asociadas a esta patología, un conocimiento que podría abrir nuevas posibilidades diagnósticas y terapéuticas.
Asimismo, cada día se conocen mejor los factores ambientales implicados en el desarrollo del alzhéimer. En la actualidad, la investigación busca caracterizar mejor los factores de riesgo, tanto genéticos como ambientales, así como identificar los procesos fisiopatológicos para encontrar posibles dianas terapéuticas.
Una de las últimas novedades ha sido el descubrimiento del sistema glinfático como sistema linfático del cerebro, según ha reseñado Hernando Pérez, médico especialista en trastornos del sueño y neurólogo del Centro de Neurología Avanzada (CNA) de Sevilla. “El sistema glinfático se activa en la fase de sueño no REM, ya que los canales perivasculares que rodean las arterias se ensanchan y permiten que entre el líquido cefalorraquídeo. En ese momento, se limpian los detritus y los tóxicos a nivel cerebral”, ha explicado.
En el ámbito de la investigación, España participa en otros proyectos en colaboración con el
European Alzheimer’s & Dementia Biobank (EADB), con el liderazgo de centros como el Ace Alzheimer Center de Barcelona, dedicado al diagnóstico, tratamiento e investigación de la enfermedad, o la Fundación CIEN (Centro de Investigación de Enfermedades Neurológicas).
Los avances en la investigación han conseguido determinar que en la enfermedad de Alzheimer influyen la acumulación de péptidos beta-amiloides y la modificación de la proteína Tau, cuyos agregados se encuentran en las neuronas. También está implicada en la enfermedad la vía de señalización dependiente del factor de necrosis tumoral alfa (TNF-alfa).
Un 25 por ciento de los casos de epilepsia se pueden prevenir con una buena salud vascular
En España se calcula que hay unas 400.000 personas con crisis epilépticas, especialmente niños y ancianos, según las cifras aportadas por la Sociedad Española de Neurología (SEN). Juan José Poza, coordinador del Grupo de Estudio de Epilepsia de la SEN, ha advertido que cada vez habrá más gente con epilepsia, debido al aumento de la esperanza de vida. Además, las personas con crisis epilépticas cada vez viven más, gracias a la variedad de opciones terapéuticas y al aumento de la supervivencia de las personas con factores de riesgo.
Así, 15 de cada 1.000 personas van a tener epilepsia en algún momento de su vida. Además, un tercio la padecerá activamente, lo que la convierte en una de las enfermedades neurológicas más frecuentes.
Las SEN ha recordado que un 25 por ciento de los casos de epilepsia se pueden prevenir con una buena salud vascular. Además, los traumatismos craneoencefálicos podrían ser el origen de al menos un 15 por ciento de los casos de epilepsia.
“Es la tercera enfermedad neurológica más frecuente en el anciano, y el trastorno neurológico más frecuente en niños, aunque afecta a personas de todas las edades”, ha comentado Juan José Poza.
Aparte de los factores genéticos y metabólicos, también están implicados otras circunstancias, como posibles lesiones perinatales, infecciones del SNC, un ictus o un traumatismo craneoencefálico.
El tratamiento de primera línea de esta enfermedad es farmacológico, y algunos pacientes requieren combinar varios de estos fármacos para conseguir un adecuado control de las crisis. Además, en ocasiones, en pacientes de daño cerebral adquirido, estos tratamientos pueden ser beneficiosos para el control de otros síntomas de su problema neurológico de base. Pueden mejorar sus aspectos conductuales, como la agitación psicomotora, el estado de ánimo, la calidad del sueño o el dolor de origen neurológico entre otros.
El tratamiento de la esclerosis múltiple ha pasado de una a cuatro líneas de tratamiento en 20 años
Otra enfermedad del SNC en la que se han conseguido grandes avances es la esclerosis múltiple. Si hace 20 años solo había una línea de tratamiento, en la actualidad los pacientes pueden beneficiarse de hasta cuatro líneas terapéuticas; sin embargo, esta enfermedad del cerebro y de la médula espinal sigue sin tener una cura definitiva.
El sistema inmunitario ataca la mielina, la vaina protectora que recubre las fibras nerviosas, y causa problemas de comunicación entre el cerebro y el resto del cuerpo. Con el tiempo, la enfermedad puede causar el deterioro o daño permanente de los nervios. y, en consecuencia, provocar discapacidad.
Al igual que otras enfermedades del sistema nervioso central, las investigaciones van dirigidas a la búsqueda de los factores causantes, tanto ambientales como genéticos. El estudio del sistema inmunitario ha identificado las células precursoras de las células T causantes de la enfermedad.
Conocer y comprender los mecanismos que influyen en el riesgo de padecer esclerosis múltiple es fundamental para encontrar tratamientos eficaces. En la actualidad ya se han realizado estudios genéticos que han encontrado regiones del genoma humano que contienen mutaciones (polimorfismos de un solo nucleótido) asociadas a un mayor riesgo de tener esta enfermedad. Muchas de estas regiones están localizadas cerca de genes que son activos en las células inmunitarias.
Recientemente se ha conocido un estudio que ha relacionado la esclerosis múltiple con el virus de Epstein-Barr (VEB). En este sentido, Miguel Ángel Llaneza, coordinador del Grupo de Estudio de Enfermedades Desmielinizantes de la SEN, ha puntualizado que haber desarrollado una infección por este virus no implica que necesariamente vaya a desarrollar esclerosis múltiple, ya que se trata de una enfermedad multifactorial.
La Sociedad Española de Neurología ha explicado que la altísima prevalencia de seropositividad al VEB en la población general, que supera el 90 por ciento, contrasta con la frecuencia relativamente baja de incidencia de esclerosis múltiple en la población, por lo que se plantea un gran desafío para probar la causalidad directa entre el riesgo de desarrollar la enfermedad y la infección viral previa.
“La esclerosis múltiple no sigue un patrón de herencia convencional”, asociado a un único gen, ha dicho Miguel Ángel Llaneza, sino que se han identificado más de 200 genes que parecen conferir al individuo un mayor riesgo de desarrollarla cuando se expone a determinados factores ambientales.
“Hasta el momento, sabemos que es una enfermedad crónica autoinmune, inflamatoria y degenerativa del sistema nervioso central, y es el trastorno neurológico discapacitante no traumático más común en los adultos jóvenes de los países desarrollados, y que su incidencia ha aumentado en el mundo en las últimas décadas”, ha dicho el portavoz de la Sociedad Española de Neurología.
La Medicina genómica mejora el diagnóstico de las leucodistrofias
Entre las enfermedades poco frecuentes, destacan los avances registrados para mejorar el diagnóstico de las leucodistrofias, gracias a la Medicina genómica. En la actualidad se han identificado más de 100 genes causantes de estas patologías de origen genético que afectan a la mielina. Con las aproximaciones actuales, se obtiene el diagnóstico molecular solo en la mitad de los pacientes. Una nueva estrategia de Medicina genómica ha mejorado la tasa diagnóstica, y ha permitido descubrir nuevos genes causantes de estas enfermedades.
Se trata de un estudio en el que han participado los departamentos de Neurología pediátricos y de adultos de diversos hospitales terciarios españoles. La principal responsable del proyecto ha sido Aurora Pujol, médico genetista y profesora ICREA en el Institut d’Investigació Biomèdica de Bellvitge (IDIBELL) y el Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Raras (CIBERER). Además, ha colaborado el Servicio de Secuenciación del Centro Nacional de Análisis Genómicos (CNAG).
La estrategia utilizada combina el análisis de exomas y genomas mediante un algoritmo computacional que utiliza los datos clínicos de los pacientes para generar redes de interactomas y priorizar variantes. También realiza estudios funcionales en células derivadas de los pacientes para confirmar variantes de significado incierto. Además, intervienen los neurólogos en todo el proceso, desde la descripción exhaustiva del caso a la selección de variantes.
“Con nuestro análisis, hemos conseguido llegar al diagnóstico en seis meses de media, un gran avance en comparación con la odisea diagnóstica previa de estos casos, que se alargaba una media de 10 años”, ha comentado Aurora Pujol. “Aparte de facilitar el consejo genético de estas familias, el diagnóstico molecular ha mejorado el manejo clínico del 32 por ciento de los pacientes. En algunos casos, hemos podido incluso empezar a testar opciones terapéuticas”, ha añadido.
Hasta 120 genes relacionados con la esquizofrenia están implicados en funciones neurológicas
Comprender la genética de la esquizofrenia resulta fundamental para atender a los pacientes con esta patología, así como para realizar un diagnóstico correcto y una buena atención terapéutica. Recientemente se ha conocido que hasta 120 genes están relacionados con la esquizofrenia y están implicados en procesos fundamentales de la función de las neuronas del sistema nervioso central, como la organización, la diferenciación y la transmisión sináptica. Así lo ha determinado un estudio internacional publicado en ‘Nature’, en el que han participado el Instituto de Investigación Sanitaria INCLIVA, del Hospital Clínico de Valencia, y la Universidad de Valencia.
Se trata del mayor estudio genético realizado hasta la fecha en esquizofrenia, con la participación de 76.755 pacientes con diagnóstico de esquizofrenia y 243.649 controles sin enfermedad psiquiátrica. Algunos de estos genes ya se habían encontrado, previamente, alterados en autismo y otros trastornos del desarrollo.
Los investigadores han vinculado a genes concretos muchas de las asociaciones que se encontraron entre la esquizofrenia y variantes genéticas comunes (frecuencia poblacional mayor del 1%) en 287 localizaciones cromosómicas.
Las conclusiones del estudio también han apuntado que la función neuronal alterada en la esquizofrenia afecta a muchas áreas del cerebro. Esto podría explicar sus diversos síntomas, como las alucinaciones, los delirios o las confusiones.
La esquizofrenia es un trastorno psiquiátrico grave que comienza en la adolescencia tardía o en la edad adulta temprana. Los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) han indicado que la incidencia es de 1 por cada 300 personas en el mundo, y en muchos países los pacientes no reciben la atención adecuada.
La terapia génica, gran esperanza para los niños con atrofia muscular espinal
La terapia génica se ha convertido en una de las grandes esperanzas para los niños con atrofia muscular espinal (AME). El Hospital Universitario La Paz de Madrid ha aplicado una terapia génica en dos pacientes de tres años con atrofia muscular espinal tipo 1, y los niños han respondido de forma positiva al tratamiento.
La terapia ha consistido en inocular el gen deficitario SMN1 a través de un virus que actúa como vector. La finalidad ha sido no solo aumentar la supervivencia de los menores, sino también mejorar la función muscular y respiratoria.
La AME tipo 1 se diagnostica en los primeros meses de vida y se caracteriza por una debilidad muscular progresiva, falta de desarrollo motor, dificultad respiratoria y fallecimiento prematuro. Una persona que nace sin el gen SMN1 puede sobrevivir gracias al gen SMN2, si bien desarrolla la AME. En estos casos, los pacientes pierden la capacidad motora de forma progresiva.
Ya en 2018 se aprobó una terapia genética basada en oligonucleótidos, que facilita la producción de la proteína deficitaria SMN mediante modificación del gen adyacente SMN2. Gracias a esta innovación, la expectativa de vida y la función motora de los pacientes han mejorado notablemente. La terapia genética se administra por medio de punciones lumbares, cada cuatro meses.
En comparación, la terapia génica consiste en la introducción del gen deficitario SMN1, que se vehiculiza a través de un vector no patógeno, y que se inocula en una sola dosis por vía intravenosa.
Avances en el tratamiento del glioblastoma, el tumor cerebral más frecuente
Los tumores cerebrales más frecuentes del SNC son las metástasis de otros tumores, como el cáncer de pulmón o el de mama. Respecto a los tumores primarios, los glioblastomas son los más frecuentes y los que tienen peor pronóstico. Después de 30 años de estancamiento terapéutico, se han obtenido buenos resultados con una terapia hasta ahora solo probada en animales.
El Instituto de Biomedicina de Sevilla y el Imperial College de Londres han anunciado que, gracias al uso concomitante de ADI-PEG20 junto con radioterapia cerebral focal, han conseguido eliminar el tumor. Los análisis post-mortem realizados a los animales de las pruebas, que murieron por causas naturales, han detectado que la respuesta inmune cerebral y las células de la microglía se activaron durante el tratamiento y atacaron las células tumorales hasta la completa remisión de la enfermedad.
El glioblastoma tiene una esperanza de vida media menor a dos años. La incidencia de estos tumores es de unos 5 casos por cada 100.000 habitantes al año. Por edades, en los niños los cánceres cerebrales más frecuentes son los tumores embrionarios, como el meduloblastoma. En el adulto hasta los 45 años los tumores cerebrales más frecuentes son los gliomas difusos que son de grado II o III y tienen una supervivencia mucho más prolongada que el glioblastoma. En el adulto a partir de los 45 años el tumor más frecuente es el glioblastoma, que es de grado IV de los gliomas
Datos relacionados con las enfermedades del sistema nervioso central
Accidentes cerebrovasculares: más de 6 millones de personas mueren cada año por esta causa, según datos de la Organización Mundial de la Salud. Más del 80 por ciento de estos fallecimientos se producen en países de ingresos bajos o medianos.
Alzhéimer: es la causa del 70 por ciento de los casos de demencia. Más del 80 por ciento de las personas con alzhéimer reciben cuidados de su propia familia. El gasto de una persona con alzhéimer aumenta en función de la evolución de la enfermedad, y oscila entre los 18.000 € anuales para la demencia leve y hasta los 52.000 € anuales para los casos más avanzados. El 1-5 por ciento de los casos de alzhéimer tiene un origen familiar.
Demencia: en España la incidencia anual de la demencia se sitúa entre los 10 y 15 casos por 1.000 personas-año en la población mayor de 65 años. A partir de esta edad, el crecimiento es exponencial (en torno a 15, 30, 50 y 70/1.000 personas-año hacia los 75, 80, 85 y 90 años, respectivamente).
Enfermedad de Huntington: su prevalencia media en los países occidentales es de 2,5/100.000 habitantes.
Epilepsia: afecta a más de 50 millones de personas en todo el mundo.
Esclerosis lateral amiotrófica (ELA): junto con sus variantes, es la enfermedad de neurona motora más frecuente del adulto. Se calcula que la incidencia de la ELA en España oscila entre 1,4 y 5,4 casos por 100.000 habitantes.
Párkinson: el 53,46 por ciento del total de personas diagnosticadas son hombres. El 6,84% del total de pacientes son menores de 60 años, y el 65,74 por ciento es mayor de 75 años.