La SEMICYUC y la SEEIUC analizan de forma conjunta esta semana en Sevilla, en el marco de sus respectivos Congresos Nacionales, el Síndrome Post-UCI en enfermos COVID-19. No obstante, uno de los pocos
estudios españoles publicados, realizado en
pacientes COVID-19 con ventilación mecánica invasiva, ha mostrado una incidencia de Síndrome Post-UCI en torno al 75 por ciento. “La invasión directa del virus y la respuesta hiperinflamatoria causan a largo plazo alteraciones neuromusculares, respiratorias, mentales. Entre ellas, depresión, ansiedad y estrés postraumático. También disfunción cognitiva, que en ocasiones ha llegado a ser severa causando cuadros de demencia”. Así lo afirma Carola Giménez-Esparza, vicepresidenta de la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (SEMICYUC).
De esta forma, incrementar el
conocimiento y la investigación entre los profesionales del Síndrome Post-UCI es uno de los objetivos a corto plazo en los Servicios de Medicina Intensiva. Así, la SEMICYUC ultima el proyecto ‘La UCI te cuida’. Este abordará al paciente desde una perspectiva más humana e integral (física y psíquica). Algo que incluye la prevención, detección y tratamiento precoz del Síndrome Post-UCI. Peor también la relación y el papel de los familiares y los profesionales.
Recomendaciones en Síndrome Post-UCI
“En general, todos los pacientes graves necesitan rehabilitación precoz para prevenir el delirium y las alteraciones neuromusculares que se pueden producir a largo plazo. El hecho de que la gravedad de los pacientes COVID-19 haya sido, en general, mayor que la de otros ingresados ha hecho que la necesidad de terapias de rehabilitación, fisioterapia y psicología se hayan convertido en esenciales. De ahí que sigamos incidiendo en la necesidad de incluir esas figuras en los equipos multidisciplinares”, indica Giménez-Esparza.
De esta forma, el
proyecto ‘La UCI te cuida’ de la SEMICYUC recomienda precisamente grupos en los que colaboran neurólogos, neumólogos, rehabilitadores, fisioterapeutas, psicólogos, psiquiatras, trabajadores sociales, logopedas, nutricionistas, terapeutas ocupacionales y médicos de familia con los médicos y enfermeras de los Servicios de Medicina Intensiva; y, por supuesto, pacientes y familiares ‘expertos’.
Por último, desde SEMICYUC exponen que
la pandemia también ha traído cambios y mejoras. Por ejemplo, en lo referente a los fármacos sedantes. “Hemos buscado alternativas con menos efectos secundarios que las benzodiacepinas. Además, se ha contado con ayuda psicológica en muchas unidades y se han implementado programas de rehabilitación precoz”, insiste Giménez-Esparza. Asimismo, “se ha puesto en marcha de la consulta Post-UCI en muchos hospitales para detectarlo precozmente y poder tratarlo”, concluye la doctora.