El paciente con urticaria crónica (UC) sigue siendo un paciente oculto, que consulta poco al médico y sufre su enfermedad en el silencio de su casa. De hecho, puede llegar a tardar hasta tres años en recibir un diagnóstico correcto, explicó la dermatóloga del Hospital Santa Creu i Sant Pau de Barcelona, Esther Serra, en el marco del 24 Congreso de la Academia Europea de Dermatología (EADV, por sus siglas en inglés), celebrado del 7 al 11 de octubre en Copenhague (Dinamarca).
La tardanza en la detección de la urticaria crónica y, por tanto, de un correcto tratamiento obedece al desconocimiento que existe en torno a esta afección cutánea, que incide muy negativamente en la calidad de vida de los pacientes. 'Por lo general 'añadió la especialista- creen que tienen una alergia y que las ronchas durarán poco tiempo'. Pero Serra no solo se refirió la escasez de información de los pacientes, sino también a la falta de formación de muchos profesionales médicos a la hora de abordar debidamente esta enfermedad.
Una opinión compartida por la profesora asociada del Servicio de Dermatología del Hospital del Mar de Barcelona, Ana Giménez Arnau, quien manifestó que a pesar de que los síntomas son de sobra conocidos, tanto por los médicos de Atención Primaria (AP) como por los especialistas, 'muchos no saben manejar bien la patología'.
La urticaria crónica, cuya causa se desconoce en más del 75 por ciento de los casos, es una afección cutánea caracterizada por la aparición de ronchas o habones enrojecidos, hinchazón, prurito y, en algunas ocasiones, dolor de piel. También, en el 40 por ciento de los casos la UCE suele manifestar angioedemas, hinchazón y deformación de algunas partes del cuerpo.
Signos de sospecha de la enfermedad
'El momento del manejo es complicado porque es una enfermedad crónica en la que, además de los habones, hay que controlar otros factores exógenos', señaló Giménez Arnau, 'ya que las lesiones evanescentes que duran menos de 24 horas son el principal signo de sospecha de presencia de la enfermedad', remarcó la especialista.
La prevalencia mundial de la urticaria crónica asciende al 1 por ciento de la población y hasta dos tercios de los pacientes padecen urticaria crónica espontánea (UCE), una enfermedad que aparece sin avisar y que suele durar entre 1 y 5 años, aunque puede prolongarse durante décadas. Tal y como explicó la dermatóloga del Hospital Santa Creu i Sant Pau de Barcelona, Esther Serra, 'existe una mayor prevalencia en mujeres, sin embargo, en niños no se observan diferencias entre sexos'.
Refiriéndose al estudio de Alergología 2005, Serra apuntó que 'únicamente en un 20-25 por ciento de los casos de urticaria crónica se encuentra una causa, aunque en otras series se alcanza el 40 por ciento. Si nos limitamos a la UCE, el 75 por ciento de los pacientes no presenta causa objetivable', explicó la dermatóloga del Sant Pau de Barcelona, que adelantó la existencia de un amplio espectro de factores que pueden desencadenar el desarrollo de lesiones de urticaria y/o angioedema, incluyendo estímulos físicos (frío, calor, presión, vibración, luz ultravioleta), fármacos (AINE, IECAs, opiáceos), infecciones, alimentos, déficit de complemento o mecanismos autoinmunes'.
Efectos similares a quienes sufren cardiopatía isquémica
La especialista hizo especial hincapié al señalar que la UCE puede afectar muy negativamente a la calidad de vida de quien la padece, ya que provoca efectos negativos como insomnio y comorbilidades psicológicas como depresión y ansiedad. Las investigaciones indican que estos efectos son similares a los de las personas con cardiopatía isquémica que experimentan falta de energía, aislamiento social y molestias emocionales. 'Los pacientes también experimentan dificultades para trabajar y más de la mitad (56 por ciento) pierde al menos un día de trabajo al mes a causa de la dolencia', remarcó Serra.
La comunidad médica 'descubre' la UCE
En el encuentro con los medios de comunicación, la profesora asociada del Servicio de Dermatología del Hospital del Mar de Barcelona, Ana Giménez Arnau, reconoció que la urticaria crítica está dejando de ser una dolencia 'olvidada' por la comunidad científica, 'que a pesar de su prevalencia la veía como poco prestigiosa'.
De hecho, en el 24 Congreso de la EADV, al que han asistido unos 10.000 especialistas de todo el mundo, la urticaria crónica fue una de las grandes protagonistas. Así, se presentaron de 30 'pósters' dedicados a esta dolencia, así como varios 'abstract'.
'En los últimos años se ha incrementado el interés por parte de los profesionales como se ha comprobado en el llamativo incremento de sesiones que han tenido lugar en el Congreso', apuntó Giménez Arnau visiblemente satisfecha, al tiempo que se refirió a dos importantes estudios relacionados con el modo en que se expresan los genes de los pacientes con urticaria crónica espontánea grave. (UCE). Y otro en el que se vincula la expresión genética y el fármaco omalizumab en UCE, registrado por Novartis con el nombre de Xolair, 'un tratamiento muy eficaz y seguro, ya que al inhibir de forma selectiva los mecanismos que inducen la liberación de histamina es más eficaz en un número más alto de individuos', remachó Giménez Arnau.
Aunque de momento la UCE no se cura, según los expertos, omalizumab, comercializado recientemente en España, se considera hasta el momento 'el tratamiento más eficaz y seguro'.
En esta línea, Jordi Valls, director médico de Dermatología e Inmunología de Novartis, subrayó que en nuestro país se podrán llegar a beneficiar de esta nueva alternativa terapéutica más de 400.000 pacientes. 'Omalizumab consigue controlar la sintomatología en el 60 por ciento de los casos y un 40 por ciento se ve liberado por completo de los efectos', concluyó Valls.