En personas aparentemente sanas mayores de 80 años surge la duda de ¿tratar o no tratar? Es una cuestión que implica un reto para los servicios de Salud, ya que supone un elevado peso epidemiológico, con el coste asociado y sobre todo la poca evidencia para la toma de decisiones.
En este sentido hay que decir que en la mayoría de ensayos clínicos incluyen un pequeño porcentaje de población mayor de esa edad (10 % aproximadamente) por lo que la evidencia procede del metaanálisis de subgrupos de dichos estudios y de estudios observacionales.
Como norma general, la edad, por sí misma, no debe ser un criterio definitivo para la toma de decisiones sino el contexto cognitivo/funcional y pronóstico vital. En
prevención secundaria, se recomienda iniciar tratamiento con
estatinas, mantenerlas y no dejar de prescribirlas, salvo deterioro cognitivo o funcional avanzados y/o corta esperanza de vida, porque las
estatinas son eficaces y seguras en esta población.
En
prevención primaria, sin embargo, la información es todavía menos consistente, por lo que se está a la espera de resultados de ensayos clínicos en marcha, como STAREE y PREVENTABLE.
Comorbilidades
En líneas generales, son frecuentes las comorbilidades asociadas a trastornos del
colesterol. La más frecuente es la diabetes. También hay que tener en cuenta la hipertensión arterial, la enfermedad respiratoria crónica y la insuficiencia renal, incluso cuando es leve.
El manejo de la dislipemia no se escapa a la tendencia actual de individualizar la farmacoterapia. La elección del fármaco se debe establecer teniendo en cuenta el
objetivo terapéutico, patología del paciente y tratamientos concomitantes.
Las
estatinas son fármacos con una eficacia ampliamente demostrada, con buen perfil de seguridad y una posología cómoda.
Los avances en el conocimiento de los mecanismos farmacocinéticos de las
estatinas que se han producido en los últimos años han permitido caracterizar muchas interacciones.
Pacientes mayores
Los pacientes de más de 75 años presentan mayor riesgo potencial de efectos adversos principalmente los musculares, además suelen presentar comorbilidad, pérdida de masa musculoesquelética y están polimedicados lo que aumenta el riesgo de interacciones. Se aconseja en estos pacientes una actitud más conservadora y que se valore periódicamente su situación clínica y la necesidad de continuar con
estatinas.
No obstante, en pacientes de edad avanzada las
estatinas han demostrado que son eficaces en la prevención secundaria de la enfermedad cardiovascular.
Generalmente, no se recomienda el ajuste de la dosis de
estatinas en los pacientes de edad avanzada. Pero, es preciso tener en cuenta que los pacientes de edad avanzada tratados con
estatinas, y especialmente los mayores de 80 años, son más susceptibles de presentar miopatía, debido e a la disminución de la función renal, la comorbilidad asociada y las posibles interacciones farmacológicas.
Enfermedad renal crónica
Los pacientes con
enfermedad renal crónica presentan un
alto o muy alto riesgo cardiovascular, por lo que es clave su
prevención desde los estadios iniciales de
enfermedad renal crónica. El tratamiento con
hipolipemiantes en la
enfermedad renal crónica, concretamente con
estatinas, ha demostrado ser seguro y eficaz en la disminución del cLDL y en la reducción de episodios cardiovasculares. Si no se alcanza el objetivo de cLDL, está indicado asociar
ezetimiba.
Para la elaboración de este artículo se ha contado con la colaboración de los doctores especialistas en Atención Primaria Antonio Vicente Masia Alegre, Carlos Rafael López Leiva y Lisbet Jauregui Enríquez, del Centro de Salud Torrent.