El porcentaje de pacientes con diabetes tipo 2 menores de 50 años varía considerablemente y ronda una horquilla que va desde el 10% al 30%, con una media de aproximadamente el 20%. En cuanto a sexo, los datos son similares, aunque se registra un ligero aumento de los casos femeninos frente a los masculinos. En las zonas geográficas donde existen grupos poblacionales distintos sí que se observan diferencias étnicas y raciales, ya que la diabetes 2 es muy prevalente en pacientes provenientes de India y de la zona del océano Pacífico y poco frecuentes en pacientes de origen africano. La mala alimentación, la obesidad y factor genético son los elementos que favorecen la aparición de la diabetes 2, a lo que hay que sumar enfermedades concomitantes, como son la hipertensión arterial y la dislipemia, en el caso de los hombres, mientras en la mujer fundamentalmente es la dislipemia. En este apartado, no podemos dejar pasar por alto el tabaquismo, la EPOC y el hipotiroidismo.
Diagnóstico casual
El diagnóstico de la diabetes 2 en este grupo poblacional se suele hacer de forma casual, ya que acuden a la consulta por control y al ver los resultados de la analítica se observa que la glucosa está alterada, con unas cifras donde se puede evidenciar la hiperglucemia, glucosa >126 mg/dl en ayunas con HbA1c alterada. En estos casos, es necesario confirmar el diagnóstico con una nueva determinación de glucemia en ayunas, sobrecarga oral de glucosa o hemoglobina glucosilada.
De hecho, son muy pocos los pacientes que refieren sintomatología. Cuando lo hacen, se trata de cansancio, pérdida de peso, polidipsia, poliuria y algunos presentan cardiopatía isquémica.
Hay que tener en cuenta que generalmente estos pacientes presentan un grado de cumplimiento menor que los diabéticos mayores de 50 años. Con tanta información y al considerarse una enfermedad común no genera ningún problema de aceptación, pero sí de cumplimiento, porque la mayoría de los nuevos pacientes no son conscientes de las consecuencias que puede tener a medio y largo plazo. No obstante, al principio puede aparecer cierto temor que desaparece cuando toman conciencia de su patología.
También hay otro factor que hay que tener en cuenta es el socioeconómico, cuanto más alto es, mayor es el cumplimiento.
En este sentido, hay que apuntar que entre las barreras para un buen control de la enfermedad se encuentran el poco tiempo que dedican los pacientes a sí mismos por alta carga de responsabilidades familiares o laborales, la ausencia de sintomatología y complicaciones que en la primera etapa genera una falsa confianza que lleva al paciente a no tratarse bien y que la actividad laboral hace que no se pueda seguir una alimentación adecuada, entre otros aspectos.
Menos cumplidores
Si se compara la actitud de los pacientes ancianos, los menores de 50 años si tienen mayor disposición y posibilidad para realizar actividad física y no tienen la gran mayoría de las patologías concomitantes que hace más complicado el control de su diabetes
Otro dato a destacar es que generalmente, los pacientes menores de 50 años son menos cumplidores en la toma de la medicación.
Hay que tener en cuenta que en los pacientes diabéticos es muy importante las medidas higiénico-dietéticas, realizar actividad física y una dieta equilibrada sin hidratos de carbono, limitar las bebidas azucaradas y evitar el consumo de alcohol ya que puede aumentar el riesgo de hipoglucemias.
Así, con una HbA1c >6,5% se instaura el tratamiento con metformina, continuando haciendo hincapié en el estilo de vida, si no disminuye HbAc1 (>0,5%) en 6 meses se añaden sulfonilureas o IDPP4. Si en los seis meses siguientes, no se reduce la HbAc1 (>0,5%) se recomienda añadir insulina.
En todos los casos, es importante considerar la función renal del paciente y no olvidar que el tratamiento del paciente diabético es complicado y no se puede dejar pasar por alto prevenir las complicaciones y contemplar el abordaje de todos los factores de riesgo cardiovascular.
Para la elaboración de este artículo se ha contado con la colaboración de los doctores Juan Pérez Vega, Manolo Sánchez, Rosa Masek Navatril, Ricardo Reynaldo Pérez Rijo, Gilma Patricia Sandoval, Rafaelito Veloz Poche, del Centro de Salud Ingenio de Las Palmas de Gran Canaria; los médicos de Atención Primaria Vicente César Berná Berná, María Asunción Gil López y Manuel Ángel Jiménez Torres, del Consultorio de Montalbán, José Osuna Mejías del Centro de Salud Fernán-Núñez, Rafael Ángel Cejas López, de la Clínica Parejo y Cañero de Puente Genil, Antonio Cano Calatrava y Francisco López Cañas, del Centro de Salud de La Rambla y Manuel Moreno Rodríguez del Consultorio de Espejo, Fernando Báez Cruz, del Centro de Salud Levante Norte, José María Cuadra Alabanda, del Consultorio de Carcabuey, Alfonso Hidalgo Pineda, del Centro de Salud La Fuensanta, todos en Córdoba, y Federico García de Andrés, Carmen Mendoza Padrón y Enrique Sirumal Hassamal, del Centro de Salud Arona Costa I.