Los niños con más riesgos genéticos de padecer asma no sólo son más propensos a desarrollar la enfermedad a una edad temprana sino que también tienen más disposición a seguir sufriendo de asma en la edad adulta, según concluye un estudio de investigadores de la Universidad de Duke, en Carolina del Norte (Estados Unidos), a raíz de un estudio longitudinal de 40 años de neozelandeses.
'Hemos sido capaces de ver cómo los riesgos genéticos recién descubiertos se relacionan con el ciclo de vida del asma a un nivel sin precedentes de resolución', dijo Daniel Belsky, del Instituto Duke de Ciencias del Genoma y Política y el Centro para la Estudio sobre el Envejecimiento y el Desarrollo Humano.
Estudios anteriores habían relacionado varios genes con pequeños aumentos en el riesgo de asma. Belsky y su equipo analizaron el Estudio Multidisciplinar de Salud y Desarrollo Dunedin, en el que participaron 1.037 personas seguidas desde su nacimiento en Dunedin, Nueva Zelanda, durante doce meses entre 1972 y 1973.
Los autores calcularon una puntuación de riesgo genético para cada uno de 880 individuos de la cohorte de Dunedin sumando el número de variantes de riesgo de cada uno de ellos y luego les preguntaron si los resultados estaban relacionados con el desarrollo y la evolución del asma desde la infancia hasta la madurez.
Y así fue: los que tenían alto riesgo genético desarrollaron asma antes en la vida que aquellos con menor riesgo. Entre los participantes que desarrollaron asma en la infancia, aquellos con puntuaciones de riesgo genético más altas también tenían más probabilidades de sufrir asma persistente en la edad adulta, según las conclusiones, publicadas en Lancet Respiratory Medicine.
Asimismo, los que tuvieron asma temprano registran más posibilidades de sufrir a menudo reacciones alérgicas asociadas con asma grave y persistente y problemas de desarrollo de la función pulmonar. Su calidad de vida sufrió también, puesto que aquellos con mayor riesgo genético faltaron más al trabajo y la escuela con mayor frecuencia y generaron más gastos hospitalarios debido al asma.
Según Belsky, todavía hay un largo camino por recorrer antes de que las puntuaciones de riesgo genético de este tipo puedan ser utilizadas en la práctica médica de rutina. 'Será importante explorar cómo estos riesgos genéticos se desarrollan en entornos que difieren en cuanto a la contaminación del aire o de otros factores modificables importantes', concluyó el principal investigador.
